Managua, 4 sep (EFE).- La siguiente es la reproducción íntegra de la entrevista realizada hoy por la agencia Efe al presidente de Nicaragua, Daniel Ortega.
PREGUNTA.- Le voy a leer algo: “Esta nueva tiranía enfrenta una insurrección que alcanza a todos los sectores sociales. Se trata de fuerzas policiales y paramilitares armadas con fusiles de guerra, que actúan en conjunto, en contra de una población desarmada. Esta lucha desigual ha tenido un costo excesivo para un país tan pequeño, de apenas seis millones de habitantes: 400 muertos en tres meses. Cazados por francotiradores, ejecutados con un tiro en la nunca, tiroteados por paramilitares desde vehículos en marcha, quemados vivos dentro de sus hogares, aún niños de pecho.
La inmensa mayoría son jóvenes, y hay al menos 25 menores de 17 años. Como nosotros entonces. Y los heridos llegan a 1.500”. Esto lo ha escrito Sergio Ramírez, ex vicepresidente sandinista y premio Cervantes en España. ¿Qué le parece?
RESPUESTA.-Yo recordaría las crónicas que se escribían en el período en el que él era vicepresidente, primero miembro de la Junta y después vicepresidente. Estamos hablando del periodo de 1979 hasta 1990 y si buscamos esas crónicas vamos a encontrar que ese mismo discurso lo hacia desde el presidente Reagan hasta todas sus voces de resonancia en la región latinoamericana y caribeña.
P.- ¿Tiene razón Sergio Ramírez cuando dice esto?
R.- Él sabe que está poniendo a trabajar su capacidad como cuentista. Él es un gran cuentista y está haciendo un cuento macabro realmente de lo que es una tragedia que vive este pueblo. Está mintiendo.
P.- ¿Quién es el responsable de lo que ha ocurrido estos meses en Nicaragua y de los muertos en las calles?
R.- Nosotros tenemos una larga historia y muy conocida que hemos tenido siempre en cuenta: a esta potencia que se llama Estados Unidos de Norteamérica. Interviniendo, ocupando Nicaragua y desde los años 1850 ya está el expansionismo yanki aquí. ¿Qué los había traído a ellos aquí? La fiebre del oro. Era mucho más cómodo y más seguro en lugar de transitar el territorio norteamericano de la costa este a la costa oeste, las compañías de tránsito tuvieron la visión de encontrar aquí una ruta más cómoda, más segura. Se abrió esa ruta y detrás vino el expansionismo norteamericano y luego la fijación sobre el canal.
P.- ¿Y ahora usted sostiene que Estados Unidos está detrás de los incidentes?
R.- La misma historia. Después de que nosotros dejamos el Gobierno fuimos a elecciones en 1990, reconocimos los resultados de esas elecciones, teniendo un Consejo Supremo Electoral lleno de sandinistas, entramos en el Gobierno y ahí mismo vino una política de buscar cómo restaurar todo lo que era el poder económico, político y cultural que habían impuesto los Estados Unidos, con el que ya habíamos acabado cuando acabamos con la dictadura de Somoza, que es el periodo en el que de forma prolongada más pudieron imponer su proyecto en Nicaragua.
Luego el empeño de ellos por evitar que el frente (Frente Sandinista de Liberación Nacional) ganara elecciones. Desde 1990 fueron elecciones intervenidas, no fueron libres porque Estados Unidos estaba ahí amenazando. El presidente Bush decía que si el Frente ganaba continuaría la agresión contra Nicaragua. Pero que si ganaba la UNO Estados Unidos apoyaría a ese Gobierno y lógicamente para el pueblo no era fácil votar libremente. Estaba la vida por medio, la guerra que había provocado tantos muertos.
Después, cada vez que había unas elecciones en Nicaragua estaban los enviados del Gobierno de Estados Unidos, compareciendo públicamente con el presidente de turno para traer el mismo mensaje. Uno de los últimos enviados fue el general Collin Powell y los medios de prensa y EFE tuvieron que recoger en ese momento si ustedes lo buscan a los ministros y altos funcionarios de Estados Unidos que venían a Nicaragua. Los trabajos que hacía su embajador con otras embajadas aquí para unir a la derecha y no triunfara el Frente Sandinista. Es decir, no respetar al pueblo nicaragüense, sino hacer una política de injerencia permanente para obligar al pueblo a favor de esa injerencia y por el candidato de ellos. Entonces vemos que ellos no cesaron su campaña injerencista entre 1990 y el año 2007 que nosotros retornamos al Gobierno, cuando ya no pudieron evitar el triunfo del Frente. Inmediatamente, ellos también asumen una política de hostilidad y de injerencia con el Gobierno sandinista. Si la tenían hasta 1990 y se manifestó en la guerra, desde el 90 en adelante se trata de evitar que el frente llegara al Gobierno y el Consejo Supremo Electoral que le dio el triunfo luego al doctor Alemán, candidato de los yanquis en su momento y del capital y la derecha. Y luego al ingeniero Enrique Bolaños, candidato del capital y la derecha y del mismo partido, el liberal. El Gobierno yanqui y la derecha y la prensa de derecha e internacional aplaudieron ese consejo electoral. Luego ganamos nosotros las elecciones y ya ese consejo se volvió malo porque ganó el Frente.
P.- ¿Tienen alguna prueba de que el Gobierno de Estados Unidos está detrás de las personas que salen a la calle a protestar contra su Gobierno?
R.- Es clarísimo. Retornamos al Gobierno y viene la hostilidad de los Estados Unidos. Y lo primero que hicieron fue retirarnos de la cuenta Reto del Milenio que formaba parte de un proyecto acordado con el Gobierno anterior para colocar fondos en toda Centroamérica. A Nicaragua la castigaron, porque el Frente no es democrático para los Estados Unidos e inmediatamente se empezaron a organizar grupos armados.
P.- ¿Quién les da las armas a esos grupos?
R.- Ahí había una actividad que se origina desde la extrema derecha en la Florida. Ha sido un cordón umbilical permanente que quedó ahí desde el periodo de la guerra de la Contra. Una relación tan estrecha de los políticos norteamericanos de la Florida con los Contras, que se convirtió en una amistad. A esta derecha con mucho poder político en el Congreso le dolió mucho que el Frente retornara al Gobierno y se instaló la punta de lanza que alimentó esos grupos armados y empezar a vincularse a grupos de narcoactividad. En algunas acciones contra ellos se encontró actividad vinculada al cultivo de marihuana.
P.- ¿Está diciendo que los que protestan en la calle contra su Gobierno, por un lado están apoyados y financiados por Estados Unidos y vinculados al narcotráfico?
R.- Exactamente. Esto es una continuidad. No ha habido una ruptura de la política intervencionista de Estados Unidos contra Nicaragua y el Frente Sandinista. Mantuvieron ese tipo de presión y la prensa recogía, destacando que estos grupos andaban asesinando campesinos y dirigentes del Frente. Los ve en las fotos armados y pertrechados y con el título de “patriotas, combatientes, por la libertad”.
P.- ¿Y los grupos paramilitares vinculados al sandinismo?
R.- No. Los únicos paramilitares que han existido en Nicaragua son estos que se forman después de 2007 y han cometido y siguen cometiendo cantidad de crímenes. Nosotros hemos librado esa batalla con la policía y el ejército. Hay compañeros del ejército que han muerto en ese combate que no existe para la derecha ni para los organismos de derechos humanos. Cuando cae un delincuente es víctima de la policía y el ejército.
P.- ¿El pasado 30 de mayo quién ordenó a la policía que disparara contra una manifestación pacífica?
R.- Primero eso es una gran mentira. Yo vi la manifestación por la televisión, porque la estaban transmitiendo. Y allí lo que hubo fue una embestida de parte de los manifestantes en contra de la otra marcha que había hacía la Avenida Bolivar, una embestida armada. Los 22 policías muertos estos meses, por ejemplo, ¿cómo se explica los 22 policías muertos por manifestantes pacíficos? Los centenares de muertos sandinistas que fueron secuestrados en viviendas y asesinados, los que fueron quemados. ¿Cómo nos explicamos todo esto?
P.- ¿En Nicaragua están garantizados los derechos humanos?
R.- Los hemos respetado, claro que sí.
P.- ¿Y por qué todas las asociaciones internacionales de derechos humanos les dicen que no?
R.- Porque aquí desgraciadamente estamos hablando que se enfrenta un proyecto que no es del agrado de los Estados Unidos y los Estados Unidos siguen teniendo una influencia enorme en los organismos internacionales, en la comisión de derechos humanos de la OEA. Igual pasa con la comisión de derechos humanos de Ginebra y se acaban de retirar de allí, pero son los grandes abanderados por la lucha por los derechos humanos en Ginebra.
P.- ¿En Nicaragua hay presos políticos?
R.- No tenemos presos políticos. Los que están detenidos están detenidos por crímenes que han cometido en contra del pueblo y están siendo sometidos a los procesos correspondientes. Nadie está detenido por sus ideas y por su activismo político.
P.- ¿En Nicaragua hay prensa libre?
R.- Basta que ponga los canales de televisión y vea los noticieros y lea los periódicos. Hay tanta prensa libre que incluso hay un programa donde entrevistan estos días a encapuchados que son paramilitares armados por la derecha y donde salen diciendo tranquilamente que “hacen falta más muertos aquí”. Así tranquilamente lo dicen. No sé qué pasaría en otros países con un entrevistador que entrevista a quien dice que hacen falta más muertos, en un momento en el que está corriendo la sangre en este país.
P.- Como presidente de Nicaragua, ¿qué le dice a los familiares de los muertos estos meses en las calles por las protestas?
R.- Aquí los responsables de estas muertes son los que han promovido, financiado y alimentado estos actos y detrás está la política norteamericana de la Florida que ha logrado una influencia en el Congreso norteamericano y presionar al Gobierno norteamericano. Lo que más ha molestado a la derecha norteamericana es la alianza que el Frente logró construir con trabajadores y empresarios que ideológicamente no son sandinistas, pero que aceptaron la propuesta de hacer un Gobierno entre empresarios, trabajadores y el Gobierno. Esto dio grandes frutos, partiendo del grado de estabilidad y seguridad que tiene Nicaragua y donde las fuerzas de seguridad, policía fundamentalmente, han hecho una labor extraordinaria con la comunidad y la población y nos han convertido en un punto de contención del narcotráfico, el crimen organizado, las pandillas, las maras que presionan desde el norte de México, Guatemala, Salvador, y aquí lo estamos conteniendo de acuerdo con esos países. La estabilidad y seguridad era imprescindible para dar crecimiento a la economía nicaragüense. Los Estados Unidos están empeñados en destruir esta alianza. Y ese es el punto de partida para esta ofensiva que se inició en abril, porque allí empezaron a promover la ley que llaman la Nicat y que preocupó a los empresarios. Empezaron campañas en Estados Unidos contra los empresarios y empezaron a viajar los que piensan como Sergio Ramírez a pedirle allá a congresistas de la Florida que actuaran en contra de los nicaragüenses para que no hicieran alianzas con el Gobierno. Y empezaron a aplicar las medidas que ya aplicaron a los rusos.
La amenaza no era contra los sandinistas, sino contra los empresarios que tienen intereses en Estados Unidos y que mueven grandes operaciones financieras. Crearon las condiciones para desarrollar ofensivas como esta de abril. Todo con un tendido internacional a través de las redes, alimentado con financiamiento de organismos de Estados Unidos, que especializaron a jóvenes en el manejo de las redes para crear condiciones para minar al Gobierno. Todo combinando con las armas, porque si ha habido muertos es porque ha habido armas y si no hubiera habido armas no habría habido muertos. El primer problema cuando se da a conocer el decreto de reforma de la seguridad social, todos estaban de acuerdo en que no había más salida; el FMI, estuvieron aquí y dijeron que no había más alternativa, que el sistema iba a colapsar. Hubo protestas, no hubo muertos, pero inventaron que allí había muerto un estudiante. Vi en televisión esas protestas y ahí no había armas, ni de un lado ni de otro lado, las armas salieron al día siguiente por la noche. Combinaron marchas sin armas por el día y por la noche salieron ya los grupos armados a atacar alcaldías, oficinas del rente, hospitales, instituciones estatales y a matar sandinistas. Ahí empezó la refriega, los enfrentamientos y los muertos.
P.- La OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos encontró “graves violaciones de derechos humanos” y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los derechos Humanos responsabilizó a su Gobierno de “asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, torturas y detenciones arbitrarias”, ¿qué le parece?
R.- Cuando conocí el informe he sido claro al señalar que para ellos sencillamente aquí los únicos muertos que han habido son los muertos que identifican los organismos de derechos humanos y los grupos políticos que no son adversos. Para ellos no existen los 22 policías muertos, ni los compañeros quemados que eran civiles, la vivienda quemada donde murió un niño que menciona Sergio (Ramírez) distorsionando la realidad. Una vivienda donde habitaba un compañero sandinista que tenía una fábrica de colchones y como no se sumó al paro y estaba en la zona caliente lo fueron a agredir y a pegar fuego. Le incendiaron la casa y murió la familia completa.
P.- Los mismos organismos acusan al Gobierno de detenciones arbitrarias y torturas.
R.- Incluso a ellos se les ha permitido entrar a donde estaban detenidos y en una ocasión después de una visita al Chipote (centro de detención) uno de ellos dijo que no había visto evidencias de torturas y le cayó encima aquí todas las fuerzas de derecha y la prensa. Lo que hay son versiones interesadas, no pruebas que por razones oscuras inventan torturas. Nosotros no aplicamos torturas, es un principio. En una reunión con los obispos, esto no lo he contado, uno de ellos monseñor Silvio Baez, muy beligerante, me dice que él tiene que condenar la tortura y que ha visto muchachitos a los que les han arrancado las uñas de las manos. No uno, cuatro o cinco muchachitos. Entonces le digo: “Le aseguro que eso no es cierto, si lo ha visto traígalo y vamos a encontrar a quien les arrancó las uñas y vamos castigarlo con la pena máxima. Eso no es cierto”. Mintiéndome de esa manera el señor obispo, llevado por la pasión, por el fanatismo. Que presente a los muchachitos con las uñas arrancadas. Le dije: “Tiene una confusión porque lo que recuerdo que el que tenía esas prácticas era Somoza. Eso sí lo recuerdo bien”.
P.- La Unión Europea ha pedido también “elecciones libres y justas” en Nicaragua y el parlamento europeo ha condenado a su Gobierno, ¿qué responde?
R.- Desgraciadamente en Europa tenemos una ola bastante conservadora también, donde a pesar de las diferencias con Estados Unidos tienden a unir posiciones frente a América Latina. Porque aquí hay que tomar en cuenta que América Latina está siendo víctima de lo que es la falta de actitud democrática de gobiernos de derecha en América Latina que han provocado una polarización y una fractura en los organismos de integración de América Latina. Nunca como hasta ahora que gobiernan los partidos de derecha los países de América Latina se había dado un debilitamiento de los organismos de integración regionales, desde la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que nació cuando teníamos una correlación diferente en América Latina, donde se demuestra la tolerancia y madurez de las fuerzas de izquierda en el Gobierno y la actitud democrática que cuando siendo mayoría no actuamos con la prepotencia de buscar excluir, dinamitar a las fuerzas de derecha, sino al contrario buscamos como unir. Recuerdo bien el primer paso en Brasil de la Celac con Lula de presidente y luego con el presidente Calderón, conservador y de derechas, que fue quien nos propuso que pusiéramos en una nota el nombre del organismo de cooperación para América Latina y Caribe, que no lo teníamos. Teníamos la OEA con el amo a la cabeza y entonces salió la Celac en Caracas con Chávez y un presidente de izquierdas y luego pasó la reunión a Chile, con Piñera que es de derechas, de derechas. Y así fue rotando y había integración, pero eso ha sido destruido ahora por la intolerancia de los gobiernos de derechas que actúan bajo la dirección de la política norteamericana que nos recuerda la época aquella cuando ocuparon la OEA para invadir países como República Dominicana y donde entre las tropas liberadoras encabezadas por los yanquis iban las tropas de Somoza, frente a la amenaza del comunismo. Se está reeditando esa historia.
P.- ¿Se ha planteado en algún momento adelantar elecciones?
R.- No, no tiene sentido. Es lo más absurdo que se ha planteado, sería sentar un precedente muy negativo que daría lugar a que en cualquier momento habría que hacer pasar un Gobierno cuando a la oposición no le gustara sus medidas. Sería vivir la historia de países iberoamericanos que no tenían estabilidad y que tenían que estar cambiando gobiernos continuamente porque iba la gente a protestar a la calle y el ejército venía y sacaba al presidente. Un país como este con 11 años de crecimiento, estabilidad y seguridad y progreso en el cambio social, el más empobrecido de América después de Haití vienen con este golpe criminal y lo que querían era un plan para salir del Gobierno. Sacaron las uñas de espuela inmediatamente. Fue una acción acompañada de la petición de la salida inmediata del Gobierno.
P.- ¿Usted dijo que la solución era “diálogo del pueblo con el pueblo”, qué opciones hay?
R.- Estamos en un diálogo de reconciliación. Porque yo llamé a un diálogo pero desgraciadamente no fue a ningún lado porque fue un show. Porque lo transmitieron por la televisión y ningún proceso de paz se transmite por la televisión. Se trabaja en privado, se prepara y sólo se dan a conocer los resultados. Aquí era un teatro donde se dedicaban a insultarnos no a dialogar. No iba a ningún lado y no generaba confianza en la población, sino que el ejemplo era negativo para la población.
P.- ¿Qué queda del sandinismo revolucionario marxista, qué queda?
R.- Primero, yo siempre he partido del principio, y siempre lo he dicho, que el marxismo es una guía para la acción. Aquí, los primeros debates los tuvimos, recuerdo, con los muchachos, con los compañeros del partido socialista y dentro del mismo Frente Sandinista les parecía que no era correcto que el partido se llamase Frente Sandinista, sino que en todo caso debía llevar el nombre de un partido clásico, entendido en sus orígenes prácticos del pensamiento marxista en Europa y luego trasladado a América. Nosotros nos aferramos a que teníamos una fuente de valor política e ideológica que era Sandino (Augusto César). Sandino hacía una síntesis de lo que eran nuestros valores y nuestras luchas, con una esencia estrictamente y profundamente antiimperialista. Entonces, ese ha sido mi pensamiento. El marxismo, como un instrumento para desarrollar las ideas, para desarrollar los programas y para desarrollar la acción. Jamás nos dejamos llevar por lo que era la interpretación dogmática que el mismo Marx no la mandó, sino que partimos de ese principio y yo sigo pensando de esa manera, porque aquí, cuando hablamos de un gobierno que en esta nueva etapa de 2007 a 2018 logra un enorme avance como nunca en la historia de nuestro país en el campo económico, en el campo social, en seguridad, estabilidad, rompiendo esquemas, porque una alianza con empresarios, es decir, con la burguesía. Y esto hay compañeros que no lo pueden entender.
P.- Hay muchos sandinistas muy significados y muy conocidos en todo el mundo, desde Sergio Ramírez, del que hemos hablado, que se han ido descolgando de ese sandinismo y han terminado siendo críticos con usted.
R.- Ellos se descolgaron a raíz de la derrota electoral. Mientras tanto eran radicales, eran más radicales que yo. Estos que hoy hablan como demócratas de derecha y que andan con la derecha en coalición, eran más radicales que yo. Eran los que se oponían a que en el Gobierno sandinista hubieran sacerdotes, curas católicos o pastores evangélicos. Eran los que andaban predicando el ateísmo y nos crearon problemas, porque este es un pueblo muy creyente, e ir a predicar el ateísmo a un pueblo muy creyente, sencillamente, no está en nuestra realidad cultural y política.
P.- En los últimos meses, tres días de empezar las revueltas en el mes de abril, su propio hermano Humberto, que fue jefe del Ejército, hizo unas declaraciones acusando al Gobierno de Nicaragua de represión contra el pueblo, ¿Qué le parece?
R.- Ese fue el frente también después de la derrota electoral. Y desgraciadamente, en el año 1990, después del cambio de gobierno, que fue el 25 de abril, el nuevo gobierno vino aquí a buscar cómo restaurar, de forma violenta, los bienes y todo de Somoza y regresársela, bienes que se les habían entregado a los trabajadores, a las familias, a los campesinos, tierras, etc. Entonces nosotros nos planteamos una lucha en el campo, en las ciudades e hicimos protestas, con los estudiantes también participando de esta lucha, una lucha donde combinamos obreros, campesinos, estudiantes y con todos los que habían sido beneficiados con la revolución. Y la consigna era defender las conquistas de la revolución, que las respetara el gobierno, porque no era un triunfo contrarrevolucionario, no les daba derecho a ellos a venir a barrer con todo lo que había heredado de la revolución. Entonces sacaron al Ejército. El Gobierno democrático sacó al Ejército, no le bastó la Policía, y el Ejército salió a botar los puntos que había de protesta en unas barricadas que existían también. Y no solamente eso, sino también a disparar siendo jefe del Ejército Humberto, que antes había dicho que iban a faltar postes en el país para colgar a toda la burguesía y el otro que recién habló, Wheelock, ministro de cultura, que después se fue para Estados Unidos después del 90 y antes había dicho que había que cortar las manos a los latifundistas, por eso digo que eran más radicales que yo. Entonces, sacó al Ejército y trabajadores que habían sido beneficiados con unas empresas les lanzó al Ejército para que apunte a balazos y arrebataran las empresas. Y hubieron muertos.
P.- ¿Ha habido alguna diferencia con la Administración de Donald Trump respecto a Nicaragua?
R.- La Administración del presidente Donald Trump lo que ha marcado es una agenda determinada por los políticos que tienen su asiento en la Florida y que van sumando unos cuantos congresistas y luego le presentan al Gobierno iniciativas como la Nica Act, después de ser aprobada por el Congreso, porque fue aprobada por el Congreso. Solo falta que la apruebe el Senado. Y ya después del Senado va para el presidente. La Magnitsky le ha sido aplicada a varios nicaragüenses ya a iniciativa del Grupo de Miami, que luego se la presenta al presidente.
P.- Sus relaciones con España en este momento, ¿cómo son?
R.- Con España hemos tenido relaciones normales, pasando por el Gobierno de Felipe González, que fue el que estuvo en el período de los 80, hasta llegar al presidente Rajoy (Mariano). A nosotros, como Gobierno, nos ha tocado tanto con Gobierno del PSOE, como con Gobierno del PP, y en ambos casos las relaciones han sido estables, respetuosas.
P.- El actual Gobierno de Pedro Sánchez aprobó hace poco una nota en la que pedía respeto a los derechos humanos en Nicaragua. ¿Se siento concernido con esta interpelación del Gobierno de Pedro Sánchez?
R.- Yo espero que cuando el Gobierno de Pedro Sánchez pide respeto a los derechos humanos al Gobierno de Nicaragua, lo está pidiendo para todos los nicaragüenses. No que se respeten los derechos humanos de unos, sino que se respeten los derechos humanos de todos. Nuestra posición ha sido no solo mantener, sino fortalecer las relaciones con todos los países, incluso con Estados Unidos. Ese ha sido nuestro mensaje permanente. Ante España, nuestra posición ha sido hacer más fuertes nuestras relaciones y más profundas, dentro de un marco de respeto, y esa es la posición que tenemos.
R.- ¿Va a ir a la Cumbre Iberoamericana en Guatemala?
P.- Bueno, estamos invitados, nos ha invitado el presidente Morales (Jimmy) y claro que me interesa ir a la Cumbre. Creo que es muy importante una cumbre en estos momentos y yo estaba pensando, cuando llegó la invitación, sobre todo en estos momentos, porque desgraciadamente en estos momentos no tenemos un mecanismo regional y en este caso, el mecanismo (la cumbre) lo veo como regional, aun cuando estamos en diferentes continentes. Pero sí, históricamente y culturalmente es un organismo regional por el que estamos entrelazados con España y es la oportunidad de que nos reunamos, que nos convoquemos, porque si no es por esto, no podemos convocarnos todos. No ha habido reunión de la Celac. Se están partiendo y desapareciendo los organismos de integración que existían en el sur.
P.- Sus apoyos internacionales en este momento, ¿cuáles son?
R.- Tenemos relaciones con toda la comunidad internacional y lo que hemos buscado es cómo promover el comercio y cómo nuestras pequeñas economías puedan moverse en muchas direcciones, hemos buscado como abrir nuevos mercados. Lógicamente, siempre tenemos el mayor peso, el mayor dinamismo, en la región centroamericana de cara también a los EE.UU.
P.- La situación de Venezuela actual, ¿cómo la contempla?
R.- Con Venezuela mantenemos una buena relación, mantenemos una relación muy estrecha. Venezuela está siendo víctima de la misma política intervencionista que han sufrido países como Cuba y que ha sufrido también Nicaragua, eso es lo que está claro.
P.- Ustedes acaban de expulsar una misión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). ¿Estaría dispuesto a que entrara en Nicaragua algún tipo de comisión internacional que vigilara si se cumplen los derechos humanos o si son ciertas las acusaciones que hay contra el Gobierno de Nicaragua?
R.- Yo creo que el problema es que a nuestros países, a los que hemos estado aquí en el traspatio de EE.UU. nos suelen dar un tratamiento de países que somos todavía colonia o neocolonia, porque yo no veo que existan necesidades de este tipo cuando se presentan grandes conflictos en Europa. ¿Hay alguna iniciativa que diga que manden a Europa, que manden a Cataluña, a ver qué es lo que está pasando ahí, que manden observadores internacionales? Porque los catalanes tienen su punto de vista, yo los escucho. Ahí hubo unas elecciones y luego hubo una persecución, encarcelamiento. Hay catalanes presos todavía allí en Madrid y yo no he escuchado a ningún organismo de derechos humanos en Europa o en Naciones Unidas preocupado por lo que está pasando en Cataluña. Y a nadie se le ocurre decir que vaya una misión, porque se supone que ese es un país que ya alcanzó su mayoría de edad, su madurez y entonces se le respeta y no se le agrede, en cambio a nosotros sí. Continuamente nos quieren estar supervisando, interviniendo. A quien se le ocurre, frente al problema de la migración que vive Europa, provocada por los EE.UU. y algunos países europeos, que fueron los que destruyeron la seguridad que había allá en la zona del Magreb. Ellos la destruyeron, la seguridad no la destruyó Bachar Al Asad, ni la destruyó Gadafi, la destruyeron los europeos que hicieron causa común con los EE.UU que hicieron causa común para destruir una zona que era tan segura y que ahí mismo se detenía la migración que venía del sur de África, porque allí encontraban trabajo. Había actividad económica, había crecimiento, había respeto a los derechos de las mujeres, increíble en países con una cultura de discriminación a la mujer. Entonces, a quien se le ocurre mandar una misión ahí.
P.- En Cataluña no ha habido muertos.
R.- Pero digo que aquí, en estos países, si cae preso un político de oposición, inmediatamente se convierte en un caso donde intervienen los europeos y los EE.UU. Ya no hace falta que se dé la tragedia de la muerte, sino que es un preso político y eso revuelve, y viene la campaña en favor de los presos políticos. Veamos la campaña que hay a favor de los presos políticos en el caso de Venezuela, que hay una campaña bien fuerte. Es un tratamiento diferente.
P.- Nicaragua está situada en el segundo lugar entre los países más pobres, únicamente por detrás de Haití. ¿Considera que es un fracaso de la política económica del Gobierno?
R.- Yo pienso que la política económica del Gobierno venía avanzando muy bien durante once años, reconocida por todos los organismos más duros, como el Fondo Monetario Internacional, reconociendo el éxito de la política económica en Nicaragua, está siendo sometida a una prueba, porque la política económica no ha fracasado. Aquí lo que vieron fue un plan de golpe de estado que ha provocado una fractura en el ritmo que traía el desarrollo y el crecimiento económico en nuestro país y nosotros ahora tenemos que luchar para recuperar lo que se ha perdido.
P.- ¿Qué logros económicos destaca en Nicaragua?
R.- Yo creo que lo más importante es la generación de empleo. Sin trabajo, lógicamente, la población no puede estar bien. Nicaragua es un país que tiene mucha menos migración hacia Estados Unidos. Los países con más migración de Centroamérica son Guatemala, El Salvador y Honduras. Y esto, gracias a que nuestras políticas han promovido la inversión nacional, desde el negocio más pequeños hasta los negocios más grandes. Esto ha permitido una generación de empleo que se ha visto afectada, lógicamente, con esta situación. Y si tenemos generación de empleo, significa que tenemos una actividad económica dando recursos para poder cubrir los programas sociales, la salud, la educación. Y además, nos ha permitido acceder a financiamiento de los organismos para poder desarrollar también infraestructuras, ya en este caso con recursos externos y recursos propios.
P.- Desde diversos sectores se señala enriquecimiento de su familia y nepotismo dentro del poder. ¿Qué dice usted a eso?
R.- Es totalmente falso, que presenten una prueba, no tienen ninguna prueba.
P.- ¿De miembros de la familia en el poder?
R.- En el Ejecutivo, la compañera, que es la vicepresidenta, está ahí en tanto es militante del Frente, yo la conocí a ella como militante y venía creciendo como militante del Frente, y está en la Vicepresidencia en tanto militante del Frente y por su capacidad.
P.- ¿Cómo valora el desarrollo social de Nicaragua?
R.- Hemos avanzado, pero todavía hay mucho por hacer. Estamos trabajando a futuro con lo que tenemos en la mano y viendo como empujar en ese campo.
P.- Los programas de su Gobierno, como Hambre Cero, de 2007, qué frutos han dado?
R.- El Hambre Cero permitió incorporar como agente productivo y económico a más de 100.000 nicaragüenses y sobre todo mujeres, porque en su primera fase se dirigió solo a mujeres en el campo. Las mujeres que contaban con una parcela de tierra de la que la revolución había entregado o las parcelas que empezamos a entregar nosotros también a partir de 2007. La mujer que está ahí con los hijos y el hombre se iba a trabajar para otro lado o que ya no tenía compañero y que hacía una supervivencia ahí en su parcela, el darle los instrumentos para poder convertir la parcela en una fuente de producción, logró en primer lugar los alimentos básicos para la familia y luego ir colocando en el mercado los productos, enlazando con la actividad productiva local.
P.- Algunos sectores empresariales hablan de una pérdida de 70.000 empleos en el sector turismo desde que comenzó la crisis.
R.- Efectivamente, ha habido una pérdida de empleo, el país estuvo paralizado por los famosos tranques durante mucho tiempo y eso afectó al empleo, y ese es el reto ahora. Ir reactivando las actividades como se está haciendo. Se está reactivando más rápidamente el turismo nacional y las fuentes de pequeños empresarios locales, y de los internacionales que se han quedado en Nicaragua. Donde ha habido más problema es en la atracción de turismo internacional, porque esta situación tiende a ahuyentar a los turistas.
P.- ¿En qué situación se encuentran los trabajos del canal con empresarios chinos?
R.- En el estudio del impacto medioambiental. Hicieron un primer estudio y fue sometido a la Comisión de Medioambiente del Estado nicaragüense, acompañada de (sitios) Ramsar (Humedales de Importancia Internacional). Cuando se sometió el proyecto, se le hicieron observaciones en cuanto a la ruta y se planteó que había que modificarla, porque la que habían trazado iba a provocar impacto en zonas donde teníamos recursos vivos todavía. Ellos tienen que presentar el estudio ya con las modificaciones que señaló la comisión. Para que el canal pueda empezar a ejecutarse tiene que haber un estudio con mínimo impacto ambiental.
P.- ¿Qué supondrá el canal para el país?
R.- Ha tenido el respaldo de la mayoría de la población, aunque siempre hay un sector que lo cuestiona, sobre todo estos grupos que hoy nos están haciendo el daño al país, también cerraron filas en contra del canal. En todo lo que a ellos no les es posible montar una agenda sobre lo que plantea el Gobierno, como salud, turismo, educación, les queda ir buscando como atacar y se lanzaron con lo del canal, pero la mayoría de la población quiere el canal, porque todos estamos convencidos de que traerá a Nicaragua una fuente de recursos para poder dar un salto y que el mismo canal daría los recursos para recuperar zonas que han sido afectadas o arrasadas por incendios, tala de madera, etc. Nicaragua dejaría de ser el segundo país más empobrecido de América Latina. Mientras, tenemos que seguir apostando por el sector agropecuario, donde tenemos la fuente para la alimentación de nuestro país, e incluso para exportar.
Tomado: El Diario Vasco