Que sabiduría tiene el refranero cuando te dice que no tires piedras al techo ajeno siendo el tuyo de cristal, que no escupas para arriba porque todo lo que sube baja y te salpicara la cara, que no desees para otros lo que no quieres para ti o aquellas máximas bíblicas de que con la misma vara que mides serás remedido o que no mires en el ojo de tu hermano la espiga cuando en el tuyo hay una enorme viga.
No hay duda, son sentencias demoledoras que cuando te tocan te parten la vida, y con más con dolor, porque al menos, cuando le pasó a tu prójimo, siempre tuviste cómo considerar que también te podía pasar a ti y no solo no lo hiciste, sino que envilecidamente actuaste con más saña contra el que lo padeció, porque a ese lo consideraste tu enemigo de siempre y su dolor lo celebraste con el vecindario a sabiendas del desorden en tu casa, de los graves conflictos con tu familia, de lo detestable que resultaste para los de tu propia casa a pesar de todas las apariencias de las que hacías gala y que resultaron ser una enorme estafa.
Lo que recientemente vivió Nicaragua, al menos la etapa violenta que nos asaltó, fue dura y quedará escrito para la historia como una tragedia que no puede volverse a repetir, al menos es mi deseo y seguramente el de toda una inmensa mayoría de connacionales que amamos la paz, aunque es imposible pensar que el odio, que aun anda suelto, este dispuesto a deponer las espadas con las que quieren atravesar a todo aquel que no esté en la sintonía de sus caprichos, por demás alentados y financiados por Estados Unidos.
Los ya venimos de vuelta de todo eso que el terrorismo golpista quiso hacer e infructuosamente continua intentando, a pesar del rechazo de la mayoría pacífica de nuestra nación, tenemos que hacer una separata de lo que fue la crisis en Nicaragua y la que hoy vive nuestra hermana república de Costa rica y además, de quienes son sus actores. Hay un mar der distancia entre la situación tica y la nica. Allá los trabajadores dan una batalla contra un gobierno derechista cuyo capitalismo salvaje impuso medidas anti populares y neoliberales que solo beneficia al empresariado costarricense.
Contrariamente aquí en Nicaragua, los empresarios burgueses y regala patria quieren derrocar un gobierno popular que ha beneficiado a la clase trabajadora, que, está en abierta guerra contra la pobreza. Aquí la derecha Nica, apoyada por el imperio, financia a los vándalos para quedarse con el pastel del crecimiento económico sin conceder un solo milímetro a la respuesta social que demanda la población empobrecida.
Plateadas las cosas así la lucha de los trabajadores costarricenses es claramente contra un capitalismo depredador que es parte de un sistema de corrupción del que yo empecé a escuchar desde 1982, cuando llegué a ese país para incorporarme a la lucha que iniciaba Edén Pastora desde el Frente Revolucionario Sandino contra la entonces llamada “Dirección Nacional” del FSLN y que a la vuelta de 29 años se volvió un verdadero “chorizo”.
Para entonces ya venían reclamando a Rodrigo Carazo Odio, pero después la agarraron y con más fuerza con Luis Alberto Monge, hombre bonachón, Oscar Arias, que siempre navegó con cara de dundo, Rafael Angel Calderon, estuvo preso, José Maria Figueres, se auto exilio, Miguel Angel Rodriguez, estuvo preso, Laura Chinchilla, su género la salvó de las rejas, Luis Guillermo Solis, que dejó la presidencia echando pus por todos lados y ahora este Carlos Alvarado Quezada, que, sin realizar aun cómo llegó a ser presidente recibe un país quebrado aunque siempre jactancioso de una fantasía pero cuya realidad es la de una nación que gusta de vestir con las marcas de los más famosos diseñadores aunque en sus refrigeradoras no haya más que agua caliente porque prefieren que sus electrodomésticos, que solo son para lucir aunque no enciendan, estén malos y no gastar en repararlos.
Tengo que expresar que no puedo ni debo alegrarme por lo que nuestra vecina del sur sufre hoy. Primero porque, aunque es mal ajeno nadie debe celebrar cosas como esas a pesar de la mala actitud que ellos puedan tener para nosotros pues al fin y al cabo somos vecinos y de la misma manera que ellos resintieron los efectos negativos de los que nos pasó de la misma manera nosotros resentimos los efectos de lo que les pasa a ellos por el simple hecho de que estamos pegaditos, que estamos contiguo, a la par y mi deseo es que les aterrice la paz.
Cuando estas cosas pasan todo deja de ser normal y allá padecen los nicaragüenses que trabajan, que a la hora de que se profundice una desaceleración económica ellos van a ser los primeros despedidos, allá tenemos a compatriotas que tienen pequeños y medianos negocios, que son los primeros en ser afectados por una situación de esta naturaleza y eso se verá reflejado en el flujo de remesas que familiares de allá envían a familiares de aquí y si no se resuelve pronto las importaciones que hacemos vía Puerto Limón se verán retrasadas afectando nuestro comercio por lo que es mejor que elevemos nuestra oraciones para que se le encuentre una salida al conflicto que sufre la llamada Suiza centroamericana.
Perfilo desde hoy hacer una temática durante esta semana de la situación en Costa Rica porque hay muchas cosas que decir en cuanto a esto, que tiene que ver con la naturaleza de los conflictos de aquí y de allá y las diferentes reacciones y comportamientos que asumieron los agentes internos y externos para tratar el asunto y en el que se ven distancias enormes en el tratamiento aplicado.
Por lo pronto el planteamiento de hoy lo expongo introductoriamente porque hay que ver las posturas de los gobiernos frente a las situaciones, el trato disparejo de los organismos internacionales para observar los conflictos, las posturas tan diferentes de los empresarios en uno y otro país para opinar sobre los temas, el rol de los medios de comunicación y los periodistas de aquí y de allá y así otras particularidades que por su alto nivel sociopolítico tengo que desglosar para su mejor comprensión.
Por: Moisés Absalón Pastora.