Pablo Gonzalez

Nicaragua: El desmantelamiento de los tranques y la respuesta de la OEA


Desde el dia que la policía nacional, apoyada por pobladores cansados del estrangulamiento económico y secuestro masivo provocado por los tranques, desmanteló dichos tranques, la oposición golpista se convirtió en una serpiente desmuelada. 

A falta de masivo respaldo popular, recurrieron a pandillas locales y maras internacionales de carácter mercenario. No pudiendo reunir una multitud de 500 mil personas que se tomara las calles de Managua para “echársela al dictador” hasta su "guarida" en El Carmen, recurrieron al método de los tranques, como su “Modus Operandi” por excelencia.
En los tranques se consumían drogas, en los tranques se practicaba la sodomia, en los tranques se planeaban asesinatos, en los tranques se acopiaban armas de guerra, en los tranques se escenificaban orgias sexuales, en los tranques se peleaban por el dinero del peaje, en los tranques se hacía de todo menos luchar por la democracia.

Los tranques eran una clara, directa y abierta violación del articulo 31 de la Constitución política de Nicaragua que garantiza el derecho a la libre circulación. La libertad de protestar se convirtió en la libertad de cercenarle a los demás sus libertades.

Los tranques estaban estrangulando la economía, especialmente la economía de “delantal”, la de las humildes mercaderas que venían cada madrugada a vender sus verduras a los mercados de Managua. Los tranques interrumpieron el año escolar, los tranques obstaculizaron el derecho del pueblo a salir a trabajar y ganarse el sustento diario.

“Los tranques se quedan,” respondieron con arrogancia los representantes de los “ninis” (ni trabajan ni estudian) en el Diálogo Nacional. “Son el único recurso con el que contamos para defendernos de la policía.” En tiempos de Somoza, la población nos protegia de la guardia, nos escondían en sus casas. En 2018, la población se encerraba en sus casas y no le abria las puertas a los nuevos “redentores” de la patria.

Cuando productores, transportistas, ciudadanos comunes y corrientes, simpatizantes algunos de ellos de la intentona golpista, comenzaron a quejarse por la profunda alteración al ritmo diario de sus vidas, los obispos hablaron de “flexibilizar” los tranques, lease, dejar pasar solo a sus partidarios y los demás a pagar peaje a las nuevas autoridades no electas por nadie.

El gobierno exigió el levantamiento de los tranques. El gobierno insistió en el grave daño a la economía producto de los tranques, señaló la muerte de mujeres embarazadas porque en los tranques no dejaban pasar las ambulancias. No cedieron, no quisieron “flexibilizar” los tranques, excepto para sus escasos partidarios y todos los demás, incluyendo a los transportistas centroamericanos, a pagar peaje.

Finalmente el pueblo se cansó, se organizó y demandó del presidente Ortega, el auxilio policial para levantar los tranques. Los pobladores de los barrios y tramos carreteros, desesperados porque ya llevaban meses de no poder trabajar finalmente se decidieron a actuar y actuaron. 

Los dentistas de la Policia Nacional le extrajeron los colmillos a la venenosa serpiente que intoxicaba y asfixiaba al pueblo de Nicaragua.

Lo que tenían eran muelas envenenadas con las cuales asfixiaban al pueblo, hundiendo sus colmillos en la yugular del pueblo.

La poderosa maquinaria mediática de la derecha, inmediatamente pegó alaridos de dolor y estigmatizó al pueblo hambriento como “turbas parapoliciales”. Washington juró vengarse y llevó nuevamente a Nicaragua al banquillo de los acusados de la OEA. La oligarquía pegó el grito al cielo y corrieron a llorarle a sus amos, los yanques. 

Estados Unidos se enfureció y vino la venganza y pasada de cuentas a nivel diplomático. La respuesta de Estados Unidos fue cabildear con sus aliados en la OEA, para terminar de rematar a la pequeña Nicaragua. El desmantelamiento de los tranques dolió mas en Washington que en Managua.

La oposicion vandálica inventó un nuevo vocabulario, muy pocas veces usado. A las capturas realizadas por la policía contra los tranqueros, le llamaron “secuestros” y a los cobardes que huyeron a las faldas de la laguna de Masaya o a Costa Rica, les bautizaron como “desaparecidos.” Tipico de la cultura de la derecha, inventan siempre su falso marco de referencia.

La serpiente de metal quedó desmuelada. La policía le quitó los colmillos (los tranques) y perdieron inmediatamente toda su efectividad, precisamente porque no existe ese masivo y multitudinario apoyo popular que decían tener. 

Pero Estados Unidos no solo escogió a sus grandes y desprestigiados aliados, carentes de toda autoridad moral para sentar en el banquillo de los acusados a la Nicaragua Sandinista del presidente Ortega. Estados Unidos olvido que la OEA tiene un largo y negro historial de agresiones en contra de America Latina y sus aliados que condenaron a Nicaragua, tienen las patas hinchadas con sus propios pueblos.

La OEA ha sido conocida por décadas a los largo y ancho de America Latina como el “Ministerio de Colonias” del Departamento de Estado del gobierno de Estados Unidos. 

La OEA muy, pero muy raras veces ha respondido a las necesidades de los pueblos. Por el contrario, la OEA es un instrumento que responde únicamente a los deseos del imperialismo.

Estados Unidos ha montado en cólera por el desmantelamiento de los tranques en Nicaragua.

 A pesar de la existencia de un dialogo nacional, el cual ya no reclama la oposición, sabedores que no podrán acceder al poder via golpe dialogado, con la complicidad de la conferencia episcopal, a pesar de la presencia de la CIDH, a pesar de la presencia de la MESINI, Mision Especial de Expertos Internacionales, a pesar de las negociaciones entre el gobierno de Nicaragua y el secretario general, Luis Almagro sobre una reforma a la ley electoral, a pesar de todo eso, Estados Unidos quiere una mayor presencia injerencista de la OEA, para doblarle el brazo al gobierno de Nicaragua.

Paises como Mexico, un narco estado fallido, donde matan periodistas casi cada mes, con un record mundial de criminalidad entre los mas elevados del mundo, Colombia, el país donde mas asesinatos de sindicalistas ocurren en el mundo. Colombia es el productor de cocaína mas grande del mundo y Estados Unidos su principal mercado consumidor. 

Brasil, con un presidente no electo por el pueblo, Argentina, con un Macri que oprime a su pueblo y lo está empobreciendo provocando un desempleo masivo, solo para mencionar a los principales, carecen de autoridad moral para sentar a Nicaragua en el banquillo de los acusados.

El pueblo de Nicaragua debe estar consciente que SOLO EL PUEBLO SALVA AL PUEBLO. La oposición no tiene fuerza al interior del país para derrocar al gobierno y su fuerza depende únicamente del apoyo de Washington. 

Recuerden, sin los tranques, son una serpiente sin colmillos.

El pueblo de Nicaragua tiene que prepararse para cerrar filas alrededor del presidente Daniel Ortega Saavedra, el mas brillante estadista que ha tenido Nicaragua en toda su historia.

El pueblo nicaraguense tiene que prepararse para una lucha política, económica, social, ideológica y quizás militar a largo plazo. 

La patria necesita de todos y cada uno de sus hijos.

Todos a olvidarse de los bacanales, las hartazones de guaro y a prepararse para la defensa de la patria. Y bajo las actuales circunstancias, la mejor preparación es la relación política e ideológica. 

Cada uno de nosotros tiene que convertirse en una especie de misionero y persuadir, uno a uno mediante largas y pacientes conversaciones con nuestros amigos y familiares que no comulgan con nuestro gobierno. 

Los golpistas se hacen los suecos, pretendiendo que no están derrotados, pero si lo están. 

Carecen de apoyo popular y para mostrar fuerza tienen que recurrir a pandillas, a maras del triangulo norte, dependen de los dólares de Estados Unidos y de las fuerzas satánicas de potestades espirituales de la conferencia episcopal en las regiones celestes. 

El pueblo lucha contra una mafia organizada en la cual campea el lesbianismo, el homosexualismo, la sodomia, el uso de estupefacientes, el tráfico de drogas, el crimen organizado y la descomposición social.

Solo el pueblo salva al pueblo. Ya derrotamos a Somoza, ya derrotamos a la Contra, ya mostramos que se podía derrotar a la pobreza y también derrotaremos las fuerzas de la muerte y la opresión. Sandino vive, la lucha sigue. Patria Libre o Morir.

Por: Carlos Alberto Escorcia Polanco

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