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ARGENTINA Y ECUADOR: La bicleta neoliberal lleva a ambos países al desastre


El momento económico de ambos países, en manos neoliberales, es analizado por la Unidad de Debates Económicos del CELAG (Centro Estratégico Latinoameriano de Geopolítica). M. Mestre
La bicicleta de Lenín Moreno y el nuevo equilibrio neoliberal en Ecuador

El presidente de Ecuador Lenín Moreno, al igual que Mauricio Macri, ha construido una economía de bicicleta. 

En Argentina, Macri impuso una economía basada en la famosa “bicicleta financiera” por la que el Estado estimuló la entrada de divisas al pagar altas tasas de interés a los capitales de corto plazo, y permitió que éstos salgan libremente al imponer reducidas exigencias para su permanencia. La bicicleta de Macri acaba de explotar y la economía argentina se acerca peligrosamente a un abismo de la mano del FMI.

Moreno, por su parte, ha instaurado en Ecuador una “bicicleta de importación”: el Estado se endeuda en el exterior y con esos dólares financia a los importadores quienes, una vez desmontado el sistema de restricción a las importaciones, se aseguran una tasa de ganancia oligopólica. Finalmente, deja que las divisas vuelvan a salir libremente por dos vías: (i) como consecuencia de las mismas importaciones y (ii) reduciendo –paulatinamente- el impuesto a la salida de divisas y reinstaurando escudos fiscales para que la ganancia fugue a paraísos fiscales.

Con ello, Moreno se aleja de su antecesor, Rafael Correa, y forma un esquema piramidal similar al argentino con dos agravantes: primero, éste no fue el plan económico que ganó en las urnas y, segundo, Ecuador es una economía pequeña, sin soberanía monetaria y sin mecanismos de alerta que anticipen un colapso. 

En la gestión de los equilibrios monetarios del gráfico 1 se muestran las diferencias del modelo económico de Lenín Moreno y el de su antecesor, Rafael Correa.


Fuentes netas de divisas. Comparativo gobiernos Lenín y Correa.

Durante 2015 y 2016, Correa experimentó el descalce más importante de los términos de intercambio de las últimas décadas, la apreciación del dólar y un terremoto en la costa ecuatoriana. En 2015, la entrada neta de dólares por hidrocarburos (exportación de petróleo menos importación de derivados) fue negativa en -631 millones de dólares, y ligeramente positiva en 2016 (536 millones); en todo caso, insignificante respecto a los más de 4.000 millones que recibió en 2014 el país andino como excedente neto del petróleo. 

A esto hay que sumar que la guerra mediática de los grupos de poder, más la desaceleración económica, provocaron un retiro neto de divisas de las bóvedas del sistema financiero que alcanzó los 2.314 y 1.701 millones de dólares durante 2015 y 2016, respectivamente.

Este movimiento tuvo dos destinos: las élites fugaron divisas al exterior en metálico y la gente prefirió guardar los dólares en su casa al tener fresco el recuerdo del feriado bancario de 1999. Para compensar, creció significativamente la entrada neta de divisas por deuda (desembolsos menos servicio de deuda), al tiempo que se controlaron las importaciones. En 2015, Correa restringió las importaciones y logró que el sector privado (exportaciones menos importaciones) sólo saque en neto -544 millones, inferior a los más de 5.000 millones que en 2014 se habían perdido de las reservas producto del rentismo importador privado. Y, en 2016, consiguió que el saldo de giros del sector privado sea positivo con una entrada neta de divisas de 210 millones. En definitiva, la política económica de Rafael Correa consistió en contratar deuda para sortear la caída del precio del petróleo y, al mismo tiempo, cuidó que cada dólar se quede en la economía al restringir importaciones.

En cambio, Lenín Moreno entre 2017 y 2018 -como muestra el gráfico- ha seguido financiando la piscina de dólares de la reserva internacional con más deuda para garantizar las ansias importadoras que dejan ya un saldo negativo en las reservas: entre 2017 y el primer semestre de 2018 se han perdido 3.900 millones de dólares por giros netos (exportación menos importación) del sector privado hacia el exterior, mientras garantizó una entrada neta de divisas vía deuda de +4.565 millones en el mismo período. El actual presidente de Ecuador muestra estos resultados a pesar de contar con una entrada neta de divisas por hidrocarburos de +2.877 millones.

En resumen, Moreno ha creado una “bicicleta” donde el Estado vía deuda financia la importación de una élite selecta y reducida. Hay que recalcar que el monto de deuda contratada por Lenín Moreno es mayor a la que contrató Correa en el peor momento del precio del petróleo, lo que pasa es que en el gráfico 1 se muestra el aporte neto a las reservas -restando la salida de divisa por servicio de deuda-. A su vez, durante el 2018, se detiene completamente la fuga de divisas en metálico (por bóvedas). Esto denota el boicot mediático y económico que existía por parte de una burguesía hacia Rafael Correa que hoy está trabajando con Lenín Moreno. El gráfico 1 es una radiografía de la fractura en el modelo de economía política y de la instauración de una bicicleta al puro estilo neoliberal.
El sector externo a la deriva y una deuda en crecimiento

Desde la llegada de Lenín Moreno el pacto con los importadores fue evidente. Desarticuló el sistema de las salvaguardias al comercio exterior, tibiamente intentó imponer una tasa aduanera para marear a la perdiz; acto seguido la desechó y finalmente consolidó una ley económica que permite al sector comercial importar libremente y restablecer la arquitectura de planificación fiscal agresiva para que los capitales fuguen sin restricción a guaridas fiscales. Moreno les ha dado patente de corso, para que la burguesía importadora actúe a discreción y diseñe la política económica; él confía y se siente cómodo en quitarse un problema a la hora de gestionar la economía. Se nota la incomodidad que siente al discutir de economía y qué mejor que tercerizar la política económica al Comité Empresarial (su presidente es el actual ministro de Economía).

Este equilibrio de fuerzas en la economía política ya se siente en la cuenta corriente: las importaciones de bienes en 2017 crecieron en 22% respecto a 2016 y 17% en el primer trimestre de 2018 respecto al mismo período de 2017. Las rentas de factores, el otro componente de la cuenta corriente, también se debilita. La salida neta de renta de factores alcanzó en 2017 los 2.330 millones de dólares, lo que significó un 26% más que el año 2016 y un 67% mayor a lo que salió, en promedio, entre 2008 y 2014. La principal salida se da por el servicio de deuda. Durante el 2017 y 2018 Lenín Moreno tuvo la ventaja de que el precio del petróleo se recuperó respecto a lo que fue 2015 y 2016. No obstante, a pesar de las mejores condiciones externas, la cuenta corriente mostró un déficit de 380 millones de dólares en 2017, un deterioro notorio respecto al superávit de 1.316 millones de 2016.

Estas decisiones no son gratuitas, e inexorablemente los déficits de la cuenta corriente deben ser financiados mediante la cuenta financiera. Hasta el momento, Ecuador lo ha hecho con deuda externa. El Gobierno anterior optimizó sabiamente la deuda contraída durante 2015 y 2016 al frenar la importación de bienes suntuarios, aumentar impuestos para financiar el gasto público y precautelar así que la demanda agregada no se desplome. Desde que Moreno asumió el poder, a inicios de 2017, la deuda externa ha servido para financiar la importación. Desde el segundo trimestre de 2017 y el primer trimestre 2018, la economía recibió, a través de la cuenta financiera, 8.085 millones de dólares por concepto de deuda pública, la cual sirvió para seguir pagando importaciones y alimentando la tasa de ganancia del rentismo importador, mientras bajó y perdonó impuestos a grupos selectos. Evidentemente, la bicicleta de importación de la economía ecuatoriana, al igual que la argentina, se acerca a una crisis de pago.
Una economía enferma y asintomática: ¿qué riesgos hay en ciernes?

La economía no va bien. Pese a lo que diga el Gobierno y el oasis mediático creado por los medios de comunicación, la calle es un buen termómetro de lo que pasa. La ciudadanía está, según varias encuestadoras, cada vez más pesimista respecto al futuro. Hay un silencio cómplice de muchos analistas que creen que la economía consiste en seguir el manual de austeridad, mientras los riesgos silenciosos de la economía siguen creciendo.

En una economía dolarizada y sin tipo de cambio, no existe forma de alerta un colapso del modelo. La devaluación, como la fiebre, alerta que las economías han entrado en un proceso de desequilibrio y, de no corregirse, la crisis llegará inevitablemente —véase ejemplos recientes como Argentina, Turquía o China—. Ecuador, al no tener tipo de cambio, es una economía asintomática que puede padecer de muerte súbita. La supuesta calma que vive el país, al no sufrir la devaluación de su moneda, esconde una crisis que se forja en silencio. El Gobierno mira hacia otro lado, la prensa lo apoya y los “analistas” siguen pensando que cerrar el déficit fiscal es toda la solución a los problemas de la economía.

Mientras tanto, las reservas internacionales siguen en caída libre (ver la tabla a continuación). Desde junio de 2017 el Gobierno de Moreno ha llenado la piscina de dólares en tres ocasiones, mediante deuda externa: en junio 2017, octubre de 2017 y, la última, en enero de 2018. Y a pesar de que hoy disfruta mejores condiciones externas, no logra frenar el desangre de dólares a causa de la importación.

Evolución del stock de reservas internacionales. Ecuador.

Al 9 de agosto el Banco Central de Ecuador reporta que las reservas internacionales se ubican en 2.648 millones de dólares, lo que indica que se han perdido más de 3 mil millones de dólares (54% menos) en 6 meses, a pesar de tener un balance petrolero positivo. En una semana, entre el 3 y el 9 de agosto, las reservas cayeron 9%. Este panorama es, simplemente, insostenible.

El modelo neoliberal instaurado en Ecuador es, sin duda, una bomba de tiempo que acelera su marcha. El Gobierno, se apura por minimizar el Estado con nuevas medidas de austeridad, mientras todo apunta que deberá salir al mercado para una nueva contratación de deuda. La calificación de los bonos de Ecuador se ha reducido y el Gobierno avanza su marcha para acudir a un rescate del FMI sin sospechar que se gesta una crisis en silencio.

http://pajarorojo.com.ar/?p=39579

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