Pablo Gonzalez

Che: «Todos conocemos lo que vale la unidad»


Por su extraordinaria vigencia, Granma reproduce este discurso del Che a los milicianos desmovilizados, luego de cesar una amenaza de posible agresión contra Cuba en 1961.

El ejemplo de Cuba demuestra que en este momento de la historia no importa el tamaño de un pueblo ni la magnitud de sus instrumentos de destrucción; que su voluntad férrea, que su unidad frente al peligro, que su decisión de triunfar frente a todo, basta para lograr, con la ayuda de todos los pueblos del mundo, un triunfo tan resonante como este que hemos obtenido; un triunfo, compañeros, que tiene dimensiones mundiales. 

Y las tiene, porque este triunfo sin sangre es el triunfo sin sangre de todos los pueblos que quieren la paz, que saben que en este momento de armas atómicas la paz es indispensable para asegurar el futuro de la humanidad.

Por eso esta victoria es mundial, por eso debemos hoy convertirlo en un día de regocijo, porque ya nuestros mejores hijos, los que todos los días estuvieron esperando, durante 20 largas mañanas, tardes y noches, la aparición del enemigo por alguno de los tantos lugares en que se preveía su llegada, porque todos esos hijos, vienen hoy a depositar su fusil, no a que duerma un sueño tranquilo, pero a que esté en un reposo vigilante, y se vuelven a entregar a la producción, que es nuestra meta y nuestra batalla de todos los días.

Debemos, sin embargo, hacernos algunas reflexiones. Ya lo dijo Raúl en Santiago: no todo ha salido bien, tenemos todavía muchos defectos. (...) 

Porque la organización es algo inmanente a un Estado moderno; no se puede dirigir una guerra, ni se puede dirigir una etapa de desarrollo económico violento, ni se puede hacer una gran tarea educacional, si no hay organización, si no sabe cada uno en la guerra cuál es su trabajo, en la producción cuál es su máquina o su instrumento de trabajo, en las tareas educacionales cuál es su puesto, y muchas veces hemos tenido aquí momentos en que no todos sabíamos cuál era nuestro punto exacto. 

Nunca falló ni en lo más mínimo nuestra fe en la victoria y nuestro deseo de luchar hasta el final en el más duro de los sacrificios, pero sí a veces faltó la idea exacta de cómo había que hacerlo.

Nuestro pueblo ha avanzado tanto que ya sabe por qué tiene que sacrificarse. Debe ahora dar un paso más y en momentos como estos, de peligro nacional, debe saber en cada caso no solamente por qué va al sacrificio sino también cómo ir a la lucha que significará el sacrificio.

Pero también esta reunión nos ha enseñado la gran unidad del pueblo, cómo se han superado ya muchos resquemores, muchas viejas rencillas del pasado con que el imperialismo pretendía dividirnos, y que no murieron el día 1ro. de enero de 1959, sino que siguieron presentes en nuestro desarrollo, hasta un buen tiempo después. 

Sin embargo, hoy se nota la unidad del pueblo, el fervor combatiente de todo el pueblo, de todo lo sano, de todo lo que está definitivamente por la liberación de la humanidad.

Porque nosotros nunca hemos venido a dividir y constantemente hemos tratado de unir. 

Esa era una de las consignas primeras que desde la Sierra Maestra nos diera nuestro Jefe Fidel Castro: no separar a los cubanos por tendencias políticas, por el color de su piel o por su manera de pensar en materias espirituales; siempre tratar de juntarlos, siempre tratar de limar las asperezas que puedan existir y las lógicas diferencias de pensamiento (…) no acentuar las diferencias, sino acentuar todos los puntos de contacto, todas las aspiraciones honestas, que nos permitan marchar juntos hacia la victoria.

Lo que sí debemos preguntar a todos (…) es si aceptan los grandes principios de la Revolución. (…) No importa más; no importa cómo piensa en materia religiosa o en materia política, o a qué institución pertenezca. 

Solamente pertenece al gran núcleo del pueblo y a la gran fuerza de la Revolución.

En eso hemos avanzado mucho. 

Ya todos conocemos lo que vale la unidad; ya todos conocemos lo que puede hacer un pueblo cuando no solamente tiene armas, sino tiene un espíritu que lo dirige hacia un fin único.

Porque un país para defenderse de una gran fuerza imperialista, de la potencia agresiva de Estados Unidos, necesita hacer grandes sacrificios. Todos los cañones, los tanques, los morteros y las ametralladoras, además de los fusiles y bazookas que desfilaron como una parte de nuestro arsenal de defensa el día 2 de enero, es también dinero de nuestro pueblo. 

Y es dinero invertido en algo que no se reproduce, es dinero que no se puede dedicar a la producción de los bienes de consumo, y a hacer de nuestro país una verdadera joya dentro de América.

Nosotros tenemos que luchar, para que las grandes fuerzas exteriores que nos obligan a comprar todo ese armamento y adiestrar a toda la gente que lo utilice, y a gastar sumas considerables de dinero, para que esa gran fuerza que nos obliga a todo ese sacrificio, desaparezca. 

Debemos siempre estar conscientes que mientras el imperialismo norteamericano mantenga esas características de agresión, no estaremos nunca tranquilos y siempre deberemos tener nuestro fusil vigilante al alcance de la mano y cerca de nuestra vista.

Pero de ninguna manera es lícito tener la más mínima falta de cautela frente a Estados Unidos, mientras las condiciones no cambien. 

Sobre todo, somos el único país de América, el único país de sus posesiones coloniales americanas, que no tiene ni siquiera relaciones diplomáticas con él.

 Debemos, si vamos a mejorar nuestras relaciones, conversar nosotros también, mano a mano con ellos, y exponer nuestras quejas, y exponer la gran cantidad de injurias a que ha sido sometido nuestro pueblo en estos dos años de libertad.

Parece que la lucha ahora va a asumir otras características, que será más solapada, será mucho menos visible, aunque quizá no sea ni menos sangrienta ni menos implacable que la otra etapa. 

Ahora viene la etapa de luchar contra los que internamente traten de socavar nuestra Revolución; contra todos aquellos que pertenecen a las clases sociales explotadoras, que definitivamente han sido derrotados en Cuba, pero que ellos no lo saben. 

Y al no saberlo levantan la lucha un día y otro día, y eso también cuesta el esfuerzo de los cubanos, para cada vez aplastar el intento contrarrevolucionario.

Esa será nuestra lucha en el futuro, y estará indiscutiblemente alentada por el imperialismo norteamericano, que no se resigna, de ninguna manera, a la gran verdad de nuestra Revolución. Pero ya se ve una lucha nuestra, una lucha en la cual todos nosotros seremos responsables de nuestros éxitos y de nuestras derrotas.

Por eso, esta lucha que se inaugura en esta nueva etapa de nuestra vida revolucionaria es más sencilla. No está exenta de peligro, ni está exenta de dificultades. 

Pero si mantenemos firmemente nuestra unidad, si nos preocupamos todos nosotros por hacer de la unidad del pueblo, frente a las grandes consignas revolucionarias, nuestra arma de combate; si, además, vigilamos revolucionariamente en cada centro de trabajo, cualquiera que sea, y, además de todo eso, nos dedicamos a producir más y más cada día para hacer de nuestro país una verdadera fuerza en el sentido industrial, aquel peligro será fácilmente batido.

No queremos la amenaza de la guerra sobre nuestras cabezas, ni queremos tener que movilizar a nuestro pueblo a cada momento para luchar contra el enemigo; pero si volviera a suceder, si ese enemigo volviera a levantar la amenaza de la agresión contra nuestro pueblo, veríamos cómo otra vez el pueblo entero va a las trincheras y a todos los lugares de combate. 

Y veríamos de nuevo cómo surgen, más fuertes que nunca, las grandes consignas que han dirigido a nuestro pueblo en estos últimos días, y que han tenido, en cada uno de nosotros, las características de una solución inapelable:  ¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!

(Discurso a las milicias en Cabañas, Pinar del Río, 22 de enero de 1961. Publicado en Che Guevara, Proyecto editorial de Ocean Sur y el Centro de Estudios Che Guevara)

http://www.granma.cu/elecciones-en-cuba-2017-2018/2018-04-18/todos-conocemos-lo-que-vale-la-unidad-18-04-2018-22-04-51

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