Se desplomó el verso del supuesto chofér suicida de la supuesta Trafic-bomba. Había sido el mayor “aporte” del duo Stiuso-Nisman en toda una década de supuestas investigaciones
Se acabó la sanata.
Mis comentarios van en rojo: Ilustración: el verdadero Berro, que a pesar de quererlo, nunca pudo pisar territorio americano, y que fue primero herido y luego muerto por los bombardeos israelíes al sur del Líbano (y no como escribe Raúl Kollmann en Página/12 que murió “como producto de combates con fuerzas israelíes en la frontera sur”, lo que de ningún modo es lo mismo*)
El FBI informó el resultado de un fragmento de tejido cuyo perfil genético no correspondía a ninguno de los occisos
En diciembre de 2016, la UFI AMIA anunció el hallazgo de material biológico en el Laboratorio Químico de la Policía Federal Argentina (PFA), entre el que se encontró un fragmento de tejido cuyo perfil genético no correspondía a ninguna de las víctimas fatales registradas del atentado.
Con la colaboración del Cuerpo Médico Forense (CMF) y el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y autoridades de EE.UU., los fiscales consiguieron obtener una muestra de un hermano (residente en Detroit) del supuesto atacante suicida (Ibrahim Hussein Berro) que se realice un cotejo entre ambos perfiles.
El 6 de noviembre el Laboratorio del FBI entregó a la UFI AMIA el resultado del examen de ADN nuclear y mitocondrial practicado que concluye que la muestra encontrada “no pudo haberse originado en un pariente paterno o materno (…) para incluir a un hermano o medio hermano”.
Dicho en roman paladino, que la muestra hemática no se correspondía con ningún Berro, Borro, Porro, Morro, etc.) tal como habíamos dicho, repetido, reiterado y proclamado desde aquí.
Luego de concretarse el hallazgo de material biológico hasta entonces desconocido en el Laboratorio Químico de la PFA en diciembre de 2016 y realizar un cotejo con la colaboración del CMF, el EAAF y el Laboratorio de Huellas Genéticas de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA que permitió determinar que un fragmento de tejido no correspondía a ninguna de las víctimas fatales registradas, la UFI AMIA emprendió una serie de acciones para reconstruir su cadena de custodia y dispuso medidas en el ámbito de la cooperación internacional para intentar cotejar el perfil obtenido con muestras de familiares del individuo sospechado que residen en los Estados Unidos de Norteamérica.
Concretamente, el 17 de febrero de 2017 los fiscales mantuvieron una teleconferencia en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores con representantes del Departamento de Justicia de EE.UU. (DOJ) en la que las autoridades norteamericanas se comprometieron a contactar a los dos hermanos del supuesto atacante para consultarles si estarían dispuestos a aportar las muestras solicitadas.
Una vez conseguida, se realizó la comparación con el perfil de la muestra en poder de la UFI.
El 6 de junio de 2017 personal de esta unidad mantuvo una reunión con el agregado jurídico del FBI en el país a fin de transmitirle una serie de consultas técnicas sobre la muestra obtenida –hisopado bucal-(porque el hermano del pobre Berro acusado, herido y contrahecho por un bombardeo israelí a la aldea del ser del Líbano donde viviía, y por fin muerto por otro bombardeo israelí después de perpetrado el atentado a la AMIA) y las posibilidades de instrumentar su análisis de conformidad con los requisitos exigidos por nuestra legislación.
En los días subsiguientes se mantuvo una serie de comunicaciones con las autoridades norteamericanas y el 22 de junio de 2017 se realizó una nueva teleconferencia de la que participaron los fiscales y personal de esta unidad, el Ministerio de Relaciones Exteriores, el CMF y el EAAF, el DOJ y el FBI.
El 30 de junio el Agregado Jurídico del FBI informó que el FBI había aceptado realizar el estudio comparativo de ADN en base al perfil genético obtenido por el EAAF y el CMF, evitándose así el envío de la muestra.
En este contexto, el 5 de julio de 2017 la Unidad Fiscal ordenó la remisión de una copia del perfil genético y requirió al FBI que1) realice una comparación genética entre el perfil de ADN de la muestra recogida en la investigación y la extraída en Estados Unidos bajo la hipótesis de hermandad completa o media hermandad,
2) informe y remita el resultado del estudio comparativo junto con la documentación de respaldo,
3) remita toda la documentación labrada por dicha agencia en relación a la obtención de la muestra de parte del hermano del supuesto atacante,
4) practique un cotejo entre el perfil genético enviado y las frecuencias poblacionales que posea en sus bases de datos y 5) efectué una búsqueda en la base de datos cargada en el sistema CODIS.
El 12 de julio de 2017, los fiscales también solicitaron a la División Asuntos Internacionales del Departamento Interpol de la PFA que determinara si el perfil genético obtenido de la muestra biológica registraba coincidencias con alguno de los incorporados en las bases de datos de ADN que posea y/o tenga acceso y que de detectarse una correspondencia se remita copia del perfil de referencia, los datos filiatorios completos de su titular y cualquier otra información que pueda existir en sus registros.
El 9 de agosto, no obstante, Interpol informó que su base sólo puede detectar parejas de perfiles de manera directa y que no está configurado para detectar otras posibles parejas con posibles familiares biológicos.
En forma paralela, se obtuvo la nómina de personal de la División Laboratorio Químico de la PFA al año 1994 y se recibió declaración a 43 de sus integrantes a fin de reconstruir el origen y cadena de custodia del material recuperado.
Los fiscales también mantuvieron una serie de reuniones con científicos del Conicet especializados en análisis de isotopos estables y análisis por activación neutrónica y profesionales del Laboratorio de Histopatología de la Morgue Judicial a fin de analizar los procedimientos a disposición para obtener la mayor cantidad de información posible del material hallado, y el 10 de octubre de 2017 ordenaron la realización de un peritaje sobre las muestras biológicas que empleando técnicas de espectroscopía raman o infrarroja intentará determinar si éstas contienen restos de los explosivos utilizados en el atentado contra la sede de la AMIA.
Finalmente, el 6 de noviembre de 2017 el laboratorio del FBI entregó su reporte a los fiscales en el que explicó que luego de practicar la tipificación de ADN de STR autosómico, Y-STR y mitocondrial del supuesto hermano del atacante y realizar la comparación con el perfil genético enviado se determinó que éste último “no pudo haberse originado de un pariente paterno o materno (…) para incluir a un hermano o medio hermano”.
Fuente: Fiscales
*) Al dar la noticia, Kollman intenta desesperadamente mantener en pie la mentira basal de la causa AMIa, esto es la existencia de una supuesta Trafic-bomba, lo que para él es un artículo de fe como la Santísima Trinidad para los católicos más ortodoxos.
Así, con tal de no dar el brazo a torcer escribe boutades como que “sigue vigente la posibilidad de que la camioneta (que nadie vio, N. del E.) haya estado conducida por un suicida, pero se reducen (sic) las chances de que ese conductor haya sido Berro”.
Con ese ánimo postula inconsistencias como que la CIA y el Mossad habían señalado como supuesto kamikaze a Berro (no para mantener en pie el embuste, no lo vayan a creer, sino, con buena fe( porque “murió en el sur del Líbano, el entierro parece (sic) que no fue de cuerpo presente, y (en él) estuvo el máximo líder de Hezbollah, Hassan Nasrala”.
En su afán de justificar la existencia de la Trafic fantasma Kollman escribe luego que “existe la chabce, muy pequeña, de que los restos no se correspondan con alguien que estaba en la camioneta” e insiste en que es necesario “peritar restos de sangre que se encontraron en un pedal y en un pedazo de alfombra” a pesar de que ya hace casi dos décadas que los técnicos de la Policía Federal descartaron que puedan servir para identificar a quien la vertió.
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