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Venezuela: Delcy Eloína Rodríguez Gómez


Quien hoy preside la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) por unanimidad era hasta hace un lustro casi desconocida por el pueblo chavista y no chavista, sin embargo con el tiempo se hizo un espacio en la opinión pública nacional e internacional. Su brillante ejecutaria al frente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela durante los últimos tres años la consagró como “Canciller de la Dignidad”.

Caraqueña, nacida en 1969. Delcy Eloína nació con un signo particular, con su padre -el mártir Jorge Rodríguez, fundador de la Liga Socialista- como una de las principales referencias en el campo marxista de la política venezolana. 

De niña habría conocido, por experiencia y estudio, las armas del puntofijismo contra la sociedad pobre que, junto con el asesinato político de Rodríguez en los calabozos de la Disip en 1976, forjaron una vida dedicada a la abogacía, primero, y a lo que requiriese la revolución, luego.

Se graduó de abogada en la Universidad Central de Venezuela (época en que fue dirigente estudiantil) y completó una especialización en Derecho laboral en la Universidad de París X Nanterre. 

No conforme con el rigor académico, hizo también una maestría en Política en la universidad londinense de Birkbeck, en el Reino Unido.

Fue docente en la universidad donde egresó como abogada y presidió la Asociación Venezolana de Abogados Laboristas. 

Pero la política era el espacio donde quería desenvolverse, igual que su hermano el actual alcalde de Caracas, Jorge Rodríguez Gómez.

La academia, lo sabemos, no necesariamente forma políticos de calidad, con miras a un fin social favorable a las grandes mayorías, sin embargo Rodríguez fue desarrollando con los años la capacidad para liderar equipos de trabajo con ese objetivo.

Con Hugo Chávez

Con la llegada de la Revolución Bolivariana, el chavismo se desplegaba en todos los espacios de Venezuela. Luchadores revolucionarios reprimidos por el puntofijismo tomaron voz y voto en las diversas dinámicas organizativas que surgieron con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, y muchos otros formaron gobierno con el Comandante. 

En ese último contexto aparece Delcy Eloína.

Fue directora de Asuntos Internacionales del Ministerio de Energía y Minas en 2003, así como vicecanciller de Relaciones para Europa en 2005. 

Con Chávez, su proyección hacia el terreno internacional, en defensa de los intereses venezolanos, siempre atacados por la élite occidental, se iluminaba.

 Tal vez la misma Delcy no se hubiera imaginado en ese entonces la responsabilidad que recaería en su humanidad, nunca rehuyó de los pesos de la política dura.

En 2006 fue designada como ministra del Despacho de la Presidencia, en los que trabajó codo a codo con Hugo durante seis meses para luego hacerse cargo de la Coordinación General de la Vicepresidencia de la República con su hermano a cargo.

En adelante trabajaría detrás de escenas, según el argot, pero siempre en defensa de la Revolución Bolivariana.

Delcy, la ministra

El primer cargo de importancia vital para el Gobierno Bolivariano que Delcy Eloína ejerció fue el de ministra de Comunicación e Información desde agosto de 2013 hasta octubre de 2014.

Pero fue como Canciller de la República Bolivariana de Venezuela que Rodríguez se dio a conocer, y por causas positivas en su ejercicio como jefa de la política exterior del presidente Nicolás Maduro, cuyo cargo comenzó a ejercer desde diciembre de 2014 hasta junio de 2017.

El rostro de la política internacional tenía en Delcy un símbolo de representación venezolana para el mundo bastante elocuente. 

De rostro aindiado y piel morena, con una larga cabellera lacia y una grata cordialidad en el trato íntimo, era la proyección a primera vista de la canciller de Maduro.

La entonces canciller, sin embargo, guardaba para los momentos propicios una disposición férrea para defender con ahínco a la Venezuela Bolivariana ante instancias internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA).

Su protagonismo en ese tipo de arenas la llevaron a ser reconocida en todo el mundo. Los años de aprendizaje durante la presidencia de Chávez la ayudaron a moverse en el terreno internacional con confianza, como lo hiciera el propio Nicolás Maduro durante tantos años.

Conocidas por demás son algunas escenas en las que Delcy respondió con dureza, entre la sonrisa y la seriedad, a los actuales presidentes de Argentina y Perú por declarar negativamente contra Venezuela, con la intención de formar un cerco regional para aislar a Venezuela con la OEA y Estados Unidos de principales propulsores del golpe contra el Gobierno Bolivariano a escala internacional.

Por ello ha tenido que confrontar la política agresiva de Luis Almagro, secretario general de la OEA, cuyos informes han intentado imponer una narrativa favorable a la aplicación de la Carta Democrática Interamericana contra Venezuela. 

Delcy, en su posición de canciller, respondió con datos y argumentos a cada una de las inconsistencias, falacias y medias verdades que Almagro expresó en Washington durante 2016 y el primer semestre de 2017.


En estos años de asedio internacional en que Venezuela se vio arremetida por distintos gobiernos favorables a los intereses estadounidenses en la región, Delcy fue agredida por la policía de Buenos Aires (Argentina) en el marco de una reunión del Mercosur en diciembre de 2016.

 Ese grado de exposición de Rodríguez para defender a Venezuela y a los pueblos pobres de Latinoamérica tuvo como consecuencia que movimientos populares locales y regionales la denominaran como “canciller de la dignidad”, lo que no es un dato menor de su capacidad política.

Fue también en su gestión como canciller que se reforzaron las alianzas con países que hoy pugnan por un mundo cada vez más multipolar como Rusia, China e Irán, un gran mérito en medio de una trama global cada vez más complicada y violenta debido a la política exterior de los EEUU.

Cuando se retiró de la Cancillería para asumir la candidatura territorial por Caracas a la ANC, el presidente Maduro la condecoró con la orden Sable del Libertador Simón Bolívar de la Batalla de Carabobo. 

Anteriormente se le había otorgado la Orden Libertador en su primera clase, pues “se la ganó en batalla” según el propio Presidente.

También fue condecorada por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana con la Orden Militar de la Defensa Nacional, Grado Comendador, Primera Clase, algo insólito para una canciller quizás en cualquier rincón del planeta.

Ahora como constituyentista, fue elegida por unanimidad como presidenta de la ANC. 

El liderazgo de Delcy en el escenario político venezolano es un camino labrado por ella misma y las circunstancias.

En el contexto de la violencia opositora en los últimos cuatro meses que ha intentado consolidar un golpe de Estado en Venezuela, también preside la Comisión de la Verdad.

  Recientemente declaró, apenas instalada esta instancia:

“Hemos recibido cartas de procesados, penados e investigados de la violencia de este año. Es importante determinar la verdad y aplicar justicia. Así podremos lograr el entendimiento entre los venezolanos.”

Ante las circunstancias, Delcy Rodríguez ha sabido manejarse con la audacia propia del chavismo. No en balde preside una instancia tan importante para la paz de las venezolanas y los venezolanos en un contexto de asedio corporativo e imperial contra Venezuela.

Publicado originalmente en Misión Verdad

https://red58.org/qui%C3%A9n-es-la-presidenta-de-la-asamblea-nacional-constituyente-de-venezuela-14e99db89e6e

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