Trump planea imponer aranceles sobre el acero, y pese a las reticencias dentro de su gabinete, si prospera la iniciativa, habrá conflicto comercial con China.
Según informaciones publicadas el viernes por el portal estadounidense Axios, en una reciente reunión celebrada en la Casa Blanca entre más de 20 altos funcionarios, el presidente de EE.UU. impulsó un plan para establecer aranceles de hasta un 20 % sobre las importaciones de acero.
En dicha reunión y contrariamente a las recomendaciones de la mayoría de sus principales asesores y miembros del gabinete, Donald Trump sigue con la idea de llevar a cabo su plan de establecer una cuota arancelaria sobre el acero.
La mayoría de los participantes en esta reunión no ven con buenos ojos esta medida que de momento está sobre el papel, pues creen que podría desencadenar una guerra comercial con consecuencias desastrosas para la economía estadounidense.
El mencionado plan está siendo elaborado por el Secretario de Comercio Wilbur Ross, el jefe de estrategias Steve Bannon, el director de política comercial Peter Navarro y el alto asesor de política Stephen Miller.
En la medida se proponen la aplicación de aranceles de hasta un 20 % a los principales exportadores de acero como China, en un intento de incentivar los productos fabricados en Estados Unidos.
Desde antes de llegar a ser el presidente de EE.UU., Trump adoptó una línea dura con el comercio chino, acusando al país de “verter grandes cantidades de acero en todo Estados Unidos” y “matar a los trabajadores del acero y las compañías siderúrgicas de EE.UU.”.
Los informes indican que si prospera este plan presidencial, además de tener a Pekín en su punto de mira, podría tener impactos negativos en aliados estadounidenses como Canadá, México, Japón, Alemania y el Reino Unido.
En diciembre, cuando Trump sopesaba imponer un arancel del 5 % sobre algunas importaciones, los expertos le advirtieron que estas “primeras políticas comerciales” de EE.UU. podrían desencadenar una guerra comercial mundial.
Los asesores presidenciales le exhortaron que tampoco hay garantía de que su medida impositiva funcione.
En este sentido, le recordaron que durante el mandato del expresidente George W. Bush (2001-2009), quien implementó aranceles similares en 2002, el aumento resultante en los precios del acero eliminó a 200.000 trabajadores del sector en EE.UU.
Publicado por Enrique Sierra Mendoza
