El presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, ha denunciado el aumento de la producción de drogas tras la invasión de Afganistán, liderada por EE.UU.
“En 2001, los estadounidenses fueron a Afganistán para luchar contra las drogas y el terrorismo. Han pasado 16 años, pero, según las estadísticas, la producción de drogas no solo no se ha reducido, sino que ha aumentado”, ha dicho este martes Lariyani.
En unas declaraciones realizadas en el marco de una cumbre celebrada con motivo del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, Lariyani se ha preguntado el motivo por el cual la presencia de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no ha podido poner fin a este problema.
En este sentido, ha recordado que los aeropuertos de Bagram (este de Afganistán) y Kabul (capital afgana) se encuentran bajo el control de la Alianza Atlántica, pero, ha señalado, aun el tránsito de drogas se realiza por vía aérea desde estos aeródromos.
A continuación, ha expresado su preocupación por el aumento de la producción de drogas en el país vecino de Irán, es decir, en Afganistán, para evocar que la República Islámica de Irán es el único Estado que está luchando contra este fenómeno sin ayuda de nadie.
Asimismo, ha arremetido contra aquellos países que no controlan sus fronteras, para después llamar a los funcionarios de estas naciones a que hagan todo lo posible para reducir el tráfico de drogas a través de esfuerzos diplomáticos y apoyos de la comunidad internacional.
Además, el máximo representante parlamentario iraní ha recalcado que actualmente la lucha contra las drogas es más vital que nunca, ya que la venta de estupefacientes es la principal fuente de financiación de los grupos terroristas, subrayando que el terminar con las drogas es el inicio del fin de los terroristas.
Cabe mencionar que Afganistán sufre de graves problemas políticos, sociales y de seguridad, lo que, de acuerdo con varios analistas, es el fruto de la invasión llevada a cabo en 2001 por la OTAN, liderada por Washington.
La agresión de la Alianza Atlántica tenía como objetivo derrocar al grupo Talibán, “luchar” contra los terroristas e intensificar la lucha antidrogas, pero su intervención militar solo ha agravado las condiciones en el país asiático, los talibanes han continuado su insurgencia y se ha organizado el grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Conforme a varias autoridades estadounidenses, hay entre 600 y 800 combatientes que luchan en las filas de Daesh en Afganistán. Otras estimaciones apuntan a una cifra varios centenares más elevada.
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