Presentación
Un concepto refleja regularmente mucho más de lo que puede parecernos.
Por ello, no debe caerse en el facilismo de interpretarlo a la ligera. Si refleja algo, ese algo es la realidad, no lo que a secas imaginemos.
Si así son las cosas, es perentorio advertir lo profundamente complejo y contradictorio que es esa realidad histórica que se ve, con mayor o menor aproximación, reflejada del modo señalado.
De esto no escapa, en lo mínimo, el concepto malinchismo.
Primero que nada debe resaltarse el sentido peyorativo del concepto indicado, dado que se le utiliza para caracterizar la permeabilidad de determinados sectores sociales de México y del resto de los países de la región latinoamericana y caribeña ante la asimilación de hábitos y costumbres de origen externo.
Pero apenas estamos en lo más vago y superficial del malinchismo.
El término deriva de Malinche, la mujer nativa que acompañó a Hernán Cortés al momento de producirse la invasión de México (1519-1521), al que sirvió de guía e intérprete.
Ciertamente, gracias a su ayuda, los españoles pudieron establecer alianzas y pactos en función de lograr el apoyo de otros pueblos contra los mexicas.[1]
Su papel fue de tal impacto que su contribución con Cortés produjo que la conquista de la nación azteca “fuera menos cruenta y más rápida y exitosa de lo que hubiera sido sin ella.”[2]
Malinchista, en sentido general, es toda persona que sienta predilección por lo extranjero frente a lo local o nacional.
El asunto se bifurca en la sobrevaloración de lo extranjero y el menosprecio por lo propio, dos caras del mismo fenómeno. Incluye igualmente a los individuos que se devalúan a sí mismos ante otros.
Es decir aquéllas personas con dificultades para reconocer sus propios méritos.[3]
El nombre original de Malinche fue Malina, Malintzin o Malinalli,[4] princesa náhuatl, oriunda del actual estado de Veracruz.
El personaje del que hablamos le dio un hijo a Cortés, hablaba maya, náhuatl y aprendió a hablar también el español, lo que, sin discusión, facilitó la conquista de Tenochtitlán.
Con razón, algunos piensan que no es atinado tomar siempre como traidor al malinchista, por ser muy fuerte y no responder a su verdadera connotación, dibujándolo como un asunto de supervivencia en tiempos de turbulencia política.
La Malinche respondía, según esta visión, a ese periodo que va de la derrota a la destrucción del imperio de Moctezuma, época en que, siendo una niña, fue vendida como esclava, volviéndose luego intérprete y amante de Cortés.
Así las cosas, se vio atrapada entre la civilización mexicana y los españoles,[5] lo que, por sí mismo, resulta al menos dicotómico.
En un plano semejante, aunque menos probable, también se plantea que la conducta de la Malinche debe explicarse a partir de su amor, respeto o temor hacia Cortés.
Se recuerda así que la piel clara y el cabello rubio de algunos conquistadores, como Pedro de Alvarado, al que se le recuerda no sólo por su crueldad sino por dichas características físicas, dio lugar a que a los extranjeros se les viera como dioses a los cuales los nativos esperaban, Tonatiuh, por ejemplo.
Sobre esta base, se formula la pregunta, si una mayoría de los nativos pensaba en seres divinos ¿qué podía esperarse de la Malinche frente a Cortés? ¿Desobedecerlo?
No por ello se soslaya que la actitud malinchista sigue siendo un hecho de mucho arraigo, al grado que se vuelve un fenómeno chocante. Dicho lo anterior, se plantea que no es malo apreciar lo extranjero, pero no es admisible la crítica irracional e incesante a lo nacional calificándolo como defectuoso o inferior. Empero, se deja en el ambiente esta idea imprecisa: “…NO siempre lo extranjero es lo mejor. Es muy fácil criticar y muy difícil cambiar la propia actitud.[6] Así planteado el asunto, pareciera que por lo regular sí resulta tal.
¿Es así de simple estimar a Malina una traidora?
Ahora viene una posición quizá más aterrizada y precisa.
“Cómo no va a existir un conflicto de identidad tan fuerte entre los mexicanos –leemos-, si desde 1520 se nos ha inculcado que nuestras creencias, costumbres, tradiciones e incluso nuestra espiritualidad estaban equivocadas.”
Tras cinco siglos de conquista, aún subsiste esa percepción de lejanía respecto al país del que se procede y en el que se vive.
No debe extrañar que se repita, una y otra vez, la historia de lo que ocurrió a Malina.
“Esta curiosa repetición de lo vivido por la Malinche la reeditamos al no poder identificarnos del todo con los indígenas y al vernos forzados, por sobrevivencia, a identificarnos con los españoles, con los extranjeros.”
Y la primera víctima de esta realidad fue, ciertamente ella misma.
No casualmente, entre los mexicanos se piensa en esta nativa como traidora a su pueblo.
A la par, existe una fuerte identificación con la Virgen de Guadalupe, que aunque con sabor indígena, representó al inicio la religión y la cultura de los conquistadores.
El fenómeno acusado posee tal fuerza que, al día de hoy, el catolicismo se cuenta entre los más grandes símbolos culturales de México y se ha hecho de esa virgen parte de la cultura mestiza.
A todo lo anterior, se le suma el predominio en lo social del modelo globalizado, lo cual desfavorece la resistencia por la permanencia de las fronteras culturales. [7]
Malina, siendo muy niña, perdió a su progenitor.
Su madre se casó nuevamente, teniendo un hijo de esta segunda relación matrimonial.
Para impedir la sucesión, vendió a su niña a unos mercaderes de esclavos.
Y con el fin de disimular el hecho, la familia dio por muerta a Malina. Ésta fue de nuevo vendida, esta vez al cacique maya de Chokan-Patun (Tabasco).
Los mayas, aterrorizados por Cortés, entregaron al conquistador 20 esclavas como ofrenda de paz.
Una de ellas fue Malintzin que entonces tenía 20 años.
Al bautizarla la llamaron Marina.
Fue repartida por Cortés entre sus hombres y, luego, al saber éste las habilidades lingüísticas de su esclava la utilizó como su mejor arma.
Ella no se limita a traducir, también proporciona información básica sobre la cultura náhuatl, necesaria para vencerla.
Incluso, tomaba la iniciativa y pronunció las palabras de arresto de Moctezuma antes que Cortés.
Al parecer ella fue la instigadora de la matanza de Cholula.
En las circunstancias históricas que la rodearon, a ella se le vio como prostituta, hipócrita y traidora, jamás como víctima.
Ni siquiera se la consideró símbolo de violación, sino como una nueva Eva que libra de culpa, en este caso, a Cortés.
Por lo dicho, ella no podía sino “odiar su pueblo, su historia y su destino.”[8]
Lo que no niega que perdonara a su familia.
En verdad no le podía imputar a Marina la responsabilidad total del malestar de los mexicanos, no obstante a ella justo se la acusó de las desgracias de su pueblo.
Hoy en día, pese a todo, sostiene Marjorie Blanc, Malina está convertida en la encarnación del ser ante todo indígena.
Con ello, se la toma nuevamente, como al inicio, como expresión de violación, lo que, durante tres siglos después de su muerte -que coincidieron con el nacimiento del nacionalismo mexicano-, se convirtió en su satanización.[9]
Sin embargo, al menos en lo expuesto antes, nada contempla así el asunto.
El nacionalismo latinoamericano no posee naturaleza negativa como el europeo
No compartimos el criterio según el cual el concepto nacionalismo filosófico es tan irritante como el concepto malinchismo, por más que la intención de tal afirmación sea, al parecer, colocar las cosas desde el plano de una falsa filosofía mexicana.[10]
En Europa, el nacionalismo sí adquirió ribetes ciertamente grotescos, toda vez que se volvió algo por completo opuesto a lo extranjero, propiamente, al internacionalismo entre las naciones.
Sin embargo, en América Latina y Caribeña, desde la perspectiva de los movimientos populares y su lucha, el nacionalismo ha sido siempre expresión de salvaguarda de la independencia y la autodeterminación de las naciones frente al intervencionismo europeo y estadounidense.[11]
Como plantea Mariátegui, los malinchistas modernos se pronuncian contra lo exótico, pero sólo en la medida en que ello representa una amenaza a sus intereses conservadores.
De hecho, estamos frente a una “actitud reaccionaria disfrazada de nacionalismo”.
Más aún, la conquista española atentó severamente, por todo el continente americano, contra las culturas autóctonas, en Perú, “frustró la única peruanidad que ha existido”.
Sin embargo, ello no es óbice para negar lo extranjero.
El mismo autor, sostiene: “Tenemos el deber de no ignorar la realidad nacional; pero tenemos también el deber de no ignorar la realidad mundial.”
Luego plantea: “Ninguna idea que fructifica, ninguna idea que se aclimata, es una idea exótica.”
Concluye de esta forma: “El nacionalismo a ultranza es la única idea efectivamente exótica” por lo mismo tiene poco chance de difundirse en el plano nacional.[12]
Apego a la corrupción foránea, rechazo a la local
El colmo del malinchismo es que se exprese también en la asunción de la corrupción foránea como admisible o de poco impacto.
Hablamos de la difusa corrupción de la que se habla por doquier, por lo regular, disociada del sistema al que ha acompañado y seguirá acompañando siempre, el capitalismo.
Corolario de esa mentalidad proclive a lo externo, no pocas personas, en las calles, oficinas, supermercados y en diversos lugares públicos hablan de Nicaragua, por ejemplo, como si formara parte de los peores países del planeta en términos de corrupción, pobreza, etc.
Se le coloca en el número 145, contra aquellos países que marcan bajos niveles de corrupción.
Sabemos la fuente de semejante dato: Amnistía Internacional, sin duda, una ONG para nada confiable.
Los que hablan en esos términos son personas que imaginan a los países más enriquecidos como los más moralizados del orbe, sin cuestionarse para nada de dónde procede el colosal caudal de riqueza que poseen, ni porqué desatan guerras que se pretenden justificar con argumentos que no soportan ninguna crítica en verdad seria.
Conozcamos más respecto a lo que dicha ONG sostiene sin más fundamentos que los financistas de sus acciones desean: “El peor de América Latina sigue siendo Venezuela, que con apenas 17 puntos se ubica 166° sobre 176 a nivel mundial.
Apenas mejor están Haití (159°), Nicaragua (145°), Guatemala (136°), Honduras (123°), México (123°) y Paraguay (123°).
El de México es un caso preocupante, porque es el que más puntos bajó: 5.
Pero también genera interrogantes el retroceso de los dos líderes regionales, Chile (4 puntos) y Uruguay”.
En breve digamos:
México un país en el se vive asesinando a estudiantes, mujeres, proliferan las fosas comunes, se teme más al Estado que al narcotráfico, pero aparece con menos corrupción que en aquéllos en que tales flagelos no están presentes del todo, como Cuba Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela; Chile aunque aparece entre los menos corruptos, es el país que registra la peor distribución de la riqueza social de la región,[13] despoja a los mapuches de sus bienes y los persigue, se rige por una constitución diseñada por el golpista Augusto Pinochet; Paraguay y Honduras, países donde gobiernan golpistas aparecen mejor ubicados que los países que básicamente respetan al menos el poder legalmente establecido; Guatemala es un país regido por la violencia extrema y el crimen organizado.
Y el colmo, estimar a Haití como país altamente corrompido, sólo demuestra la hipocresía de las fuerzas que, en verdad, rigen sus destinos: los países occidentales encabezados por EEUU, que convierten la “ayuda humanitaria en un negocio rotundo.[14]
Por el contrario, los países menos contaminados por la corrupción se estiman Nueva Zelanda y Dinamarca.
“Obtuvieron 90 puntos sobre 100, que sería el nivel mínimo de corrupción que se puede tener. Completan las primeras posiciones del ranking Finlandia (89), Suecia (88), Suiza (86), Noruega (85), Singapur (84), Holanda (83), Canadá (82), y Alemania, Luxemburgo y el Reino Unido (81).”[15]
El mundo occidental, puede constatarse, se cubre sus espaldas ocultando toda la porquería e iniquidad que en verdad rige su existencia.
De ahí que Transparencia Internacional presente algo más que un sesgo respecto a la corrupción, atribuyéndosela mucho más a los países empobrecidos que a los enriquecidos.
No vayamos tan lejos en lo que acabamos de mostrar. Baste decir que esa ONG es financiada por la USAID, la NED y el inefable George Soros.
De ahí que su informe sea catalogado “como extremadamente parcializado, sesgado, poco válido, totalmente dirigido y mal intencionado ocultando intereses corporativos por detrás. (…)
Como cada año nuevamente vuelve a descalificar o descertificar libremente a varios países en Latinoamérica que actualmente lideran el Grupo de CELAC tales como Bolivia, Venezuela y Nicaragua en un claro intento de derruir directamente su imagen internacional.”
Tampoco resulta fortuito que el informe recomiende como solución el cambio de gobierno en Venezuela, Bolivia y en países similares, así como el de sus estructuras socioeconómicas.
Veamos el detalle de las fuerzas que financian a Amnistía Internacional: National Endowment for Democracy (NED), Agencia Central de Inteligencia de EEUU – CIA, Agencia de Seguridad de Gran Bretaña – MI6, Crown Agents, Banco Mundial – BM, Fondo Monetario Internacional – FMI, Fundación Ford, Fundacion – Carnegie Endowment for International Peace, Agencia de Cooperación de EEUU – USAID, Agencia canadiense Para el Desarrollo Internacional, Organización Mundial del Comercio (OMC), American Enterprise Institute, Inteligencia Militar de EEUU, Cámara de Comercio de Estados Unidos, BNP (Banco Nacional de París), Fundación Saint-Simón, Fundación Soros, Transnacional petrolera Multinacional –BP., Transnacional petrolera Amoco, Transnacional petrolera Exxon, Transnacional petrolera Rio Tinto, Transnacional petrolera Shell, Transnacional petrolera Chevron. [16]
La expresión más descompuesta de malinchismo actual en América Latina y el Caribe es, sin duda, un personaje de la OEA, en quien la traición es indudable, solo que, en este caso, el asunto se destina contra toda Nuestramérica, a la que desea arrastrar de cualquier manera a la condición de vasalla incondicional de EEUU. El centro de sus ataques es Venezuela, a la que pretende imponerle la “Carta Democrática”, eufemismo que esconde la luz verde para agredir militarmente a la nación a la que caiga en suerte ser víctima de instrumento semejante.
Notas
[2] Malinche, la indígena que abrió México a Cortés. http://www.nationalgeographic.com.es/historia/grandes-reportajes/malinche-la-indigena-que-abrio-mexico-a-cortes_6229/1
[3] Sociedad Psicoanalítica de México. ¿Eres malinchista? http://www.salud180.com/salud-dia-dia/eres-malinchista
[4] ACADEMIA MEXICANA DE LA LENGUA. Malinchismo y malinchista. ¿Cuál es el origen de malinchismo y malinchista? http://www.academia.org.mx/espin/Detalle?id=299
[5] Choyotitos. Qué es ser malinchista. https://coyotitos.com/que-es-ser-malinchista/
[6] El Mentor Lingüístico. ¿Qué quiere decir MALINCHISMO? https://mentorlinguistico.wordpress.com/2014/02/27/que-quiere-decir-malinchismo/
[7] AltoNivel. ¿Los mexicanos somos malinchistas? http://www.altonivel.com.mx/38089-los-mexicanos-somos-malinchistas/
[8] Jordi Corominas Escudé. ¿Malinche, Marina o Malintzin? La tragedia de la identidad latinoamericana. https://sites.google.com/site/corominasescude/Home/escrits-i-publicacions/presentacion/-malinche-marina-o-malintzin-
[9] Marjorie Blanc. La Malinche, el personaje ausente siempre presente. http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2009/12/24/puebla/cont16.php
[10] Malinchismo Filosófico y Pensamiento Mexicano. www.filosoficas.unam.mx/~tomasini/ENSAYOS/Malinchismo.pdf
[11] Emir Sader hace estos planteos: “Como uno de sus componentes (…), el nacionalismo fue clasificado como una ideología de derecha, por su modalidad chovinista en Europa. La responsabilidad atribuida a los nacionalismos en las dos guerras mundiales ha consolidado esa clasificación. / “En (…) América Latina, esa clasificación aparecía como esquemática, mecánica. La inadecuación de ese esquema se fue volviendo cada vez más clara, conforme surgían fuerzas y liderazgos nacionalistas. / “Ocurre que en Europa la ideología de la burguesía ascendente fue el liberalismo (…). El nacionalismo se ubicó a la derecha del espectro político e ideológico, exaltando los valores nacionales de cada país en oposición a los de otros países (…). / “Mientras que en la periferia del capitalismo el nacionalismo y el liberalismo tienen rasgos distintos, hasta opuestos a los que tienen en Europa. El liberalismo fue la ideología de los sectores primario exportadores, que vivían del libre comercio, expresando los intereses de las oligarquías tradicionales, del conjunto de la derecha. El nacionalismo, al contrario de Europa, siempre tuvo un componente antimperialista.” Emir Sader. El neocolonialismo intelectual. http://www.jornada.unam.mx/2015/04/12/opinion/018a1mun
[12] José Carlos Mariátegui. Peruanicemos al Perú. Empresa Editora Amauta S.A. Cuarta Edición. Lima 1978. pp. 25-29.
[13] Marcelo Justo. BBC Mundo. ¿Cuáles son los 6 países más desiguales de América Latina? http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160308_america_latina_economia_desigualdad_ab
[14] La mano extranjera en las desgracias de Haití. http://www.telesurtv.net/telesuragenda/Haiti-ocupada-y-devastada-20161012-0024.html
[15] Darío Mizrahi. El ranking de los países más y menos corruptos del mundo. http://www.infobae.com/america/mundo/2017/01/25/el-ranking-de-los-paises-mas-y-menos-corruptos-del-mundo/
[16] Fabriz’zio Txavarría V. AGPROG. TRANSPARENCIA INTERNACIONAL LA ONG SIN TRANSPARENCIA. https://progresismohumano.wordpress.com/2017/01/27/transparencia-internacional-la-ong-sin-transparencia/
https://despabilar.wordpress.com/2010/02/01/honduras-observen-como-los-vendepatrias-oligarcas-entregan-a-su-propio-pais-sigue-el-malinchismo-moderno-en-latinoamerica/
Publicado por Revista Libre Pensamiento