Llegó el día 9 de abril de 1979, nos ubicamos aproximadamente a unos 100 metros para esperar la hora 03:00hrs, cuando teníamos que avanzar.
Detrás de nosotros quedaría una escuadra de apoyo con armas más pesadas, allí se encontraba el compañero Alfonzo, un nica de edad avanzada, el cual nos servía de ejemplo y moral por su resistencia llegó la hora; empezamos a avanzar por el flanco derecho dirigidos por Dario Salvatierra,
“Diablo” mientras que por el izquierdo, avanzaban seis más con el panameño Concepción Melgarejo “Concho”.
Avanzábamos en línea.
El terreno estaba totalmente pelado, era una planicie.
Fueron varios minutos de tensión en nuestro avance, ya nada nos detenía, hasta que como a 25 metros, un nutrido fuego de fusil y ametralladoras nos hizo tirarnos al suelo y responderle al fuego del enemigo.
Una gran cantidad de balas trazadoras pasaban rasante sobre nuestras cabezas en forma de abanico
Las explosiones se daban por todos lados, gritos y órdenes, desde donde me encontraba vi cuando la casa hacienda reventaba por dos cohetes lanzados por los compañeros que llevaban RPG-2.
Les causamos bajas pues se oían los gritos, mas, aun, el fuego nutrido continuaba; ya no había sorpresa nos estaban esperando.
Diablo nos ordenó buscar mejores posiciones para cubrirnos, con el fuego de nuestros fusiles que ya estaban calientes.
Solo logramos movernos unos diez metros y nos tendimos para seguir respondiendo al fuego del enemigo.
Diablo estaba a mi izquierda, ahora nos tiraban con fusil lanzagranadas, de pronto sentí una explosión a mi izquierda por donde estaba Diablo, la tierra me cayó encima, me arrastre hasta donde estaba Diablo, no se movía, le grite: “.. Diablo Diablo…” ...” pero ya no me escuchaba, la explosión le había dado de lleno en la cara y sangraba profusamente, creo que su propia sangre lo ahogó.
Comencé a gritar llamando a Concho, “... le dieron a Diablo...” gritaba, pero Concho no contestaba pues le habían herido también y los otros compañeros lo estaban sacando; dos nicas se acercaron a nosotros, a uno de ellos me acuerdo que solo lo conocía por su seudónimo de “Capaperro” les dije Diablo está herido vamos arrastrarlo para sacarlo ya que el fuego del enemigo había bajado de intensidad por las bajas que le habíamos hecho.
Cuando veníamos en retirada rumbo a nuestro campamento, ya se comentaba que también había caído el Compañero “Hernán”.
JUAN ERNESTO CABEZAS TORREALBA también cayó esa madrugada del 9 de Abril de 1979, encabezando una escuadra de asalto en el ataque a otro cuartel somocista.
No deja de ser muy significativo el hecho que durante este operativo llamado “Unidad Sandinista” las bajas sufridas hayan sido dos combatientes interionalistas de gran calibre a los que se le agrega el Brigadista Marcelino Melgarejo Ávila, “Concho” que también resultó herido de gravedad,
RUBEN DARIO SALVATIERRA, , tenía vínculos de sangre con Nicaragua, su Abuelo de origen nicaragüense se había radicado en Panamá después de la Guerra De Los Mil Días, quizás así se explica la devoción con que Darío asumió la lucha contra la dictadura somocista
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