El símbolo principal de la Iglesia es la cruz; y la cruz dista mucho de significar paz y bienaventuranza. La cruz es el símbolo del dolor y de la muerte.
Y los cristianos, con una ingenuidad de la que ya es hora que vayan despertando, han plantado ese símbolo en sus vidas y en su cultura, y lo han paseado por todo el mundo con un orgullo suicida.
Salvador Freixedo (1923)