El 27 de enero, hace 24 años, las autoridades españolas hicieron pública la aparición de los cadáveres de Miriam García Iborra, de 14 años, Toñi Gómez Rodríguez, de 15, y Desirée Hernández Folch, de 14, las tres menores desaparecidas 75 días antes en Alcácer, Valencia.
Desde ese mismo momento todos los esfuerzos fueron dirigidos a ocultar la realidad de lo sucedido a las Niñas de Alcácer y comenzó a fabricarse uno de los mayores engaños del siglo XX: responsabilizar de las torturas, violaciones y asesinatos a dos delincuentes que jamás vieron a las Niñas.
Afortunadamente, cada vez son más los españoles que saben que en este caso hay "gato encerrado" y cada vez son más los hombres y mujeres que trabajan para que la Verdad salga finalmente a la luz.
Hoy es un aniversario lleno de dolor y amarga tristeza, sobre todo para esas tres familias que quedaron destrozadas para siempre el 27 de enero de 1993, y yo os pido a los creyentes una oración y a los no creyentes un par de minutos de reflexión.
Mientras nuestra bandera sea mantener su respeto y su memoria, Miriam, Toñi y Desirée continuarán viviendo en nuestros corazones, recordándonos que los valores morales son los que nos hacen crecer a las personas en dignidad y que no podemos olvidar que todavía no se ha hecho Justicia.
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