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¿El papel de Trump es facilitar la victoria de Clinton?


El pasado de 27 septiembre, dos de los aspirantes a la Casa Blanca, Hillary Clinton y Donald Trump, se enfrentaron en el primer debate, que suscitó la atención de buena parte del mundo, pero que dejó más dudas que certezas.

Lo más destacable del encuentro fueron las acusaciones personales y poco se explicó a los votantes de esa nación sobre los planes de los candidatos a una presidencia a la que también aspiran otros cinco candidatos: Gary Johnsondel Partido Libertario; Jill Stein por el Partido Verde; Darrel Castle, del Partido de la Constitución; el independienteEvan McMullin y el activista de la supremacía blanca, Bob Whitaker, del Partido de la Libertad.

Buena parte de la prensa estadounidense aseguró que Clinton triunfó en el debate, criterio secundado por parte de la prensa latinoamericana y española opuesta al "discurso racista" de Trump.

Una cadena de televisión estadounidense que transmite en español publicó que "Donald Trump perdió este lunes la oportunidad de presentarse como un político más tranquilo y más serio (...) resopló, adoleció de falta de preparación y reaccionó nervioso a las provocaciones de la demócrata".

Las torpezas del republicano han llevado a algunos a pensar que su papel en el escenario electoral es una forma de facilitar la victoria de Hillary Clinton.

Sobre este tema RT consultó la opinión de varios analistas.
Intereses

Basem Tajeldine, venezolano, experto en temas internacionales cree se trata de una cuestión de intereses contrapuestos dentro de Estados Unidos.

"Existen sectores económicos de ese país que se ven afectados con los tratados de libre comercio impulsados por sus gobiernos. Trump, por ejemplo, expresa el punto de vista de muchos de esos empresarios que ven en la ampliación de los intereses imperiales un peligro para la propia economía".


Explicó a RT que varios intelectuales de ese país critican los alcances de la globalización, ya que si bien crecen los capitales, también es cierto que se "ha destruido la propia economía interna y ese país no puede depender de productos que se producen fuera de sus fronteras aunque se comercialicen dentro".

Agrega Tajeldine que Trump ha expresado su intención de que las industrias "vuelvan a casa". También de revisar los tratados de libre comercio porque desde su óptica, merman la economía "'in door' (puertas adentro). Además recordemos que el capital no tiene patria".

El discurso de Donald Trump se vale de los temores infundados en aquella población y por eso apela al mensaje fácil de "cerrar las fronteras a los mexicanos que vienen a robar puestos de trabajo. 

Eso lo digiere mejor el pueblo estadounidense antes que una crítica al sistema", opina Basem Tajeldine.

Los candidatos

"En realidad no es así", que el republicano sea una especie de actor, estima Mariano Vázquez periodista argentino, que conduce un programa de análisis internacional en la televisión boliviana.

Para él, "Hillary Clinton hubiese perdido ese debate con cualquier otro candidato republicano como Jeb Bush o Ted Cruz. 

Y Donald Trump, por su parte, hubiese salido peor parado con cualquier candidato demócrata desde Bernie Sanders a Joe Biden. 

Lo mejor que le pasó a Donald Trump es que sea Hillary la única candidata con la pueda medirse, ya que ella tiene muchos flancos oscuros".


Entender

Tras el debate, el analista español José Antonio Egido, entrevistado por RT explica que "así no se entiende la política estadounidense". 

En ese país, "la élite del poder político se limita a cumplir con la función que le determina el grupo del poder económico al cual se deben".

Para él "resulta más interesante, estudiar los monopolios que operan detrás de cada partido, así se sabrá más fácilmente sus intereses".

El Partido Demócrata, por ejemplo, tiene una fuerte vinculación con el grupo Rockefeller, "entonces con la petrolera Exxon y con el Chase Manhattan Bank", apunta Egido.

Otro ejemplo que vale la pena señalar, para hacerse una idea del manejo del poder en Estados Unidos, dijo, es el caso de Dick Cheney, vicepresidente de George W. Bush.

Cheney, hasta que fue llamado por Bush para el sector público, era desde 1995 el presidente ejecutivo por Halliburton Company, "la empresa que recibió muchos favores del Gobierno en la llamada reconstrucción de Irak", recuerda.

Egido finaliza asegurando que para él, "la llamada 'alta política' de Estados Unidos es sumamente aburrida.

 Unos y otros responden a grupos económicos que son los que, en verdad, definen las políticas de ese país por medios de sus 'Think Tank'". 

Así se mueven los hilos del poder, señala.

Ernesto J. Navarro

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