"Come lo que vendo, no lo que como". Este sería el eslogan de una realidad evidente y cada vez más preocupante: las estrellas de la música son los principales vendedores de comida basura del mundo.
Según un estudio reciente de la Universidad de Nueva York, los artistas más populares entre los adolescentes publicitan el peor tipo de nutrición posible, es decir, con muchas calorías y poco valor nutricional.
B aauer, Will.i.am, Usher, Jessie J, Justin Timberlake, Maroon 5, Shakira, Britney Spears son los famosos que, según los pediatras, están protagonizando las campañas de marketing más dañinas para el metabolismo.
Para realizar el estudio los investigadores partieron de la lista Billboard Hot 100 Chart, que puntúa las canciones según las ventas y las emisiones en la radio, y los nominados al premio Teen Choice Award a los artistas más queridos por los adolescentes.
Los alimentos publicitan las celebridades que encabezan estas listas fueron cualificados por Índice de Perfil de Nutriente (NPI).
Y el cruce de datos es estremecedor: el 71% de las bebidas no alcohólicas publicitadas por estos, contienen edulcoradas y azúcar añadido, y el 80% de los alimentos son muy calóricos y poco nutritivos, es decir, exactamente lo opuesto a saludable.
Además, el 81% de estos famosos ha sido nominado al menos una vez en los Teen Choice Awards.
Esto es especialmente grave si tenemos en cuenta que el marketing de comida y bebida, como dice la web ProPublica, ha sido asociado con la obesidad infantil.
Es curioso porque el marketing alimenticio ha ido variando de portagonistas.
Así como en 2013 los mismos investigadores de Nueva York señalaron que los atletas profesionales anunciaban comida que ellos nunca consumirían, el relevo lo toman ahora las figuras más influyentes de la música pop entre los jóvenes.
Parece que, en contra de las advertencias de los organismos internacionales, la industria alimentaria trata de enseñar —y enganchar— a los adolescentes a un tipo de comida muy concreta, mostrándoles imágenes inspiracionales de estrellas que nunca consumen esos productos.
Mezclando sus gustos culturales con un estilo de vida.
Según la OMS, la obesidad infantil es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Los niños obesos y con sobrepeso tienden a seguir siendo obesos en la edad adulta y tienen más probabilidades de padecer enfermedades no transmisibles, como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.