(Sputnik) — Las autoridades de Honduras deben investigar quiénes son los "autores intelectuales" del asesinato de la líder indígena Berta Cáceres cometido en marzo, dijo a Sputnik Nóvosti la madre de la activista, Austra Bertha Flores, tras el arresto de cuatro sospechosos.
“Exigimos saber quiénes son los actores intelectuales del asesinato. El Gobierno no nos ha informado de nada, sabemos por la prensa que han capturado a cuatro personas, militares y empleados de DESA (Desarrollos Energéticos Sociedad Anónima)”, señaló Flores.
Cáceres intentaba proteger el territorio de las comunidades indígenas lencas del proyecto de la empresa DESA, que pretendía construir una central hidroeléctrica en el noroeste del país.
La familia de Cáceres ha señalado en varias ocasiones que desconfía del trabajo que realiza una misión de la OEA (Organización de los Estados Americanos) y pide que encabece la investigación una comisión independiente internacional.
“Queremos una comisión investigadora independiente para que este crimen no quede impune”, dijo Flores a esta agencia.
Las autoridades hondureñas detuvieron el lunes por su presunta relación con el asesinato al teniente retirado Douglas Geovanny Bustillo, encargado de coordinar la seguridad de DESA, al mayor de infantería Mariano Díaz Chávez, al exmilitar Edison Atilio Duarte y a Sergio Ramón Rodríguez Orellana, biólogo también ligado a DESA.
Miembros del Consejo Coordinador de Pueblos Indígenas de Honduras, que dirigía Cáceres, ya habían denunciado por amenazas en varias ocasiones a Bustillo y a Orellana, según informa el diario local El Heraldo.
Berta Cáceres fue asesinada a balazos el 3 de marzo en el interior de su casa, pese a las medidas cautelares vigentes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un mecanismo de protección que se aplica a personas amenazadas.
El único testigo del crimen fue el activista mexicano Gustavo Castro, quien acompañaba a la ambientalista en su domicilio cuando varios hombres entraron armados y, tras dispararle en la oreja lo dieron por muerto, según relató su hermano a esta agencia.
Cáceres y Castro preparaban una reunión del Movimiento Mesoamericano contra el Modelo Extractivo Minero (M4), para proteger los ríos Blanco y Gualcarque, en una rica reserva de recursos naturales habitada por comunidades autóctonas hondureñas, blanco de un gran proyecto hidroeléctrico y minero.
En numerosas ocasiones, la reconocida activista había liderado manifestaciones en defensa del ambiente oponiéndose a la construcción de esos proyectos.
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