En un acto de campaña, en el campus de SUNY Purchase, la candidata presidencial, Hillary Clinton, olvidó las buenas maneras con una activista de Greenpeace que le reprochó su falta de compromiso con el cambio climático y el haber aceptado dinero del sector de los combustibles fósiles para su campaña.
Apuntando con su dedo a la activista, Eva Resnick, casi tocándole la cara, Clinton le espetó que sólo había recibido dinero de personas que trabajan para compañías de combustibles fósiles y no de las empresas y tildó las acusaciones de mentiras.
Grupos de activistas le gritaron “Si ella gana nosotros perdemos” en el acto, denunciando su sometimiento a las corporaciones contaminantes.
Hillary Clinton, sorprendida por la protesta, espetó: “Es la gente de Sanders”, intentando acusar a su contrincante, Bernie Sanders.