Ya lo dijo Noam Chomsky, los medios internacionales y los poderes económicos y políticos que están detrás de ellos, fijan su atención en aquellas víctimas que apoyan sus intereses y fines, las víctimas dignas, mientras que quienes son incómodos al poder son ignorados e incluso denigrados, las víctimas indignas.
El caso de Leopoldo López y las víctimas de la Guarimba (manifestaciones violentas) expresan de manera paradigmática los conceptos de Chomsky en eventos que se están desarrollando en este momento y sobre el mismo caso.
La víctima con todo el apoyo mediático, económico y político sería Leopoldo López, a quien se otorga este tratamiento por sus intentos de derrocar al democráticamente electo gobierno venezolano de Nicolás Maduro y aunque se le relaciona con la autoría intelectual de los disturbios producidos en Venezuela durante el año 2014 y conocidos como la Guarimba.
Por su parte quienes sufrieron aquellos hechos violentos, 43 muertos y cientos de heridos, no han recibido apenas atención, son las víctimas indignas.
Ayer, 15 de marzo, se presentó en Madrid un libro de Leopoldo López, actualmente en la cárcel acusado por su responsabilidad en la organización de las Guarimbas de 2014.
En el prontuario de este personaje también destaca su oposición política a la Revolución Bolivariana que desde sus inicios buscó el derrocamiento del Gobierno venezolano por la vía violenta.
Estuvo involucrado en el golpe de 2002, el paro petrolero y continúa buscando la salida a como dé lugar del presidente Nicolás Maduro, a quien los venezolanos mediante elecciones invistieron en ese cargo.
Sin embargo, tan oscuro y peligroso individuo es tratado como un héroe por los medios de comunicación hegemónicos y políticos de los países que adversan a Venezuela, quienes han empleado en su defensa mucho tiempo y dinero público de sus contribuyentes.
El último acto de injerencia en los asuntos internos del gobierno de Venezuela se ha producido a raíz de la presentación del libro de López.
La anfitriona del evento, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, colgó varios días antes unos inmensos carteles en la sede de la Comunidad de Madrid en la céntrica Plaza del Sol, en las que se solicitaba la libertad de López.
La vistosa medida ya fue celebrada en todos medios de comunicación. En el acto de presentación del libro de López, donde fue sustituido por su mujer, estuvieron presentes el ex presidente Felipe González, el nobel de literatura Mario Vargas Llosa y el director de Human Rights Watch (HRW), con una absoluta cobertura de los medios.
Las palabras de González en que define a Venezuela como “tiranía arbitraria” y las de Llosa, en que compara a López con Nelson Mandela y Gandhi, recibieron los altavoces de los medios hegemónicos occidentales y convirtieron el evento en un verdadero show político.
En el otro extremo están las víctimas de la Guarimba, las víctimas indignas, que recorren el mundo clamando justicia y tratando de hacernos ver que López fue su verdugo y que no reciben la más mínima atención en los mismos medios que se desviven por él. El 17 de marzo llegan a Madrid las verdaderas víctimas, y los mismos políticos que han convertido en el epicentro de su agenda el libro presentado por López, ni le agarrarán el teléfono.
Tampoco Felipe González o Vargas Llosa dedicarán ni una palabra de aliento a quienes perdieron seres queridos por la Guarimba y buscan apoyo en España, ni HRW realizará ningún esfuerzo por investigar las violaciones de derechos humanos en Venezuela durante la Guarimba y los verdaderos responsables de aquellos terribles actos.
Vemos las víctimas dignas e indignas que describió Chomsky recogidas sobre el mismo caso y momento, que hacen que los medios conviertan a los victimarios en víctimas y releguen a las verdaderas víctimas a un ensordecedor silencio.
* Fernando Casado es docente investigador en Instituto de Altos Estudios Nacionales de Ecuador
@FernandoCasad14