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El comunismo y conquista de los derechos politicos de la mujer en Rumania


Ana Pauker: la primera mujer del mundo en ocupar un puesto deMinistro de Exteriores y vicepresidente del gobierno (en la foto como presidentede la Union de Mujeres Democraticas de Rumania UFDR)

Rumania era antes de la Segunda Guerra Mundial una sociedad muy conservadora, donde la movilidad social era escasa, la esclavitud y el proletariado no tenían demasiadas diferencias y la iglesia imponía su visión del mundo para asegurar el dominio de una clase sobre otra y, por supuesto, del hombre sobre la mujer.

Todo lo anterior fue transformado radicalmente por la victoria del Ejército Rojo frente al fascismo y la liberación de Rumania del sistema que lo había generado: el capitalismo. Así, las mujeres rumanas solo tendrían derecho a voto por primera vez en las elecciones de noviembre de 1946, tras la derrota del ejército rumano y alemán en la Segunda Guerra Mundial.

Las primeras elecciones democráticas celebradas en Rumania fueron las de noviembre de 1946, más de un año después de terminar la SGM. Por la nueva ley electoral, se introduce el derecho al voto femenino, hasta entonces inexistente en el país. La decisión no fue fácil, pues provocó grandes discusiones entre el Partido Comunista y, junto a los partidos de la alianza que dirigía, y el Partido Nacional Campesino, (National-Taranist), partido tradicional conservador que no aceptaba ni mucho menos que las mujeres pudieran ser iguales a los hombres.

El derecho al voto de la mujer había sido ya conquistado en algunos paises europeos, especialmente tras la revolución proletaria dirigida por el Partido Comunista en Rusia, que lo generalizo en 1918 en toda la Unión Soviética, hecho que fue imitado en el resto de Europa y mñas tarde por EE.UU., en 1920. Sin embargo, muchos otros paises no siguieron el ejemplo democrático y mantuvieron su negativa a otorgar derechos políticos a la mujer durante años. De hecho, la igualdad de género alcanzada en la Unión Soviética todavía no ha sido emulada por ningún país del mundo, especialmente porque solo puede ser alcanzada si también se logra la igualdad económica.

Por ejemplo, en España, no fue hasta después de la proclamación de la Segunda República en 1931, cuando las mujeres conquistarían sus derechos políticos, en un país casi tan conservador como el rumano que, sin embargo, tuvo que esperar hasta que el Partido Comunista luchó por lo obvio y lo conquistó. En España el voto universal no se haría efectivo hasta 1934, aunque tras el golpe de estado del general fascista Francisco Franco y la posterior Guerra Civil que la Alemania Nazi y la Italia fascista utilizaron comoexperimentacion para preparar la Segunda Guerra Mundial (con la complicidad de las potencias capitalistas que esperaban que fuera contra la URSS, y por eso firmaron el Pacto de Munich aceptando la invasion de Checoslovaquia por parte de Alemania), no volveria a ser efectivo hasta 1978.

Debido a que la Segunda Guerra Mundial había durado seis años, ningún parlamento mantenía su legitimidad tras su finalización. Así que la mayoría de los paises participantes organizaron elecciones: Inglaterra en 1945, URSS y EEUU en 1946, etc…

En Rumania, la cuestión de fijar la fecha de las elecciones provocó también conflictos entre los comunistas y los “partidos historicos” conservadores. Tras la formación del gobierno de coalición de la Alianza Democratica, dirigida por Petru Groza, cuyo principal partido era el comunista, el 6 de marzo de 1945, los representantes de los partidos del antiguo régimen, como Iuliu Maniu y Dinu Bratianu, llevaron muchas protestas ante la Comisión Aliada de Control, especialmente a EE.UU. e Inglaterra, por la urgencia de realizar unas elecciones, quejas que llegaron a su fin tras la Conferencia de Moscú, en diciembre de 1945, cuando se ofrece a un representante de cada uno de los partidos “históricos”, que habian gobernado Rumania alternativamente durante el periodo de entreguerras, el Partido Nacional Campesino y el Partido Nacional Liberal, entrar en el gobierno. Emil Hatieganu y Mihail Romniceanu serán los dos ministros de los “partidos históricos” del ejecutivo.

Desde el momento en el que se anunció la celebración de elecciones, las protestas comenzaron de nuevo, y los dos líderes de los partidos citados, Maniu y Bratianu, volvieron a exigir que estas se realizaran con urgencia para evitar que los comunistas siguieran ganando apoyo popular. Sin embargo, el gobierno siguió con la tradición histórica de organizar las elecciones tras la cosecha, en otoño. El creciente apoyo al Partido Comunista, referente principal de la lucha antifascista durante la Segunda Guerra Mundial y la sangrienta dictadura del rey Mihai I y del Mariscal Antonescu, tuvo como resultado el apabullante triunfo del Partido del Trabajo (creado tras la alianza del Partido Comunista, del Frente Campesino y del Partido Socialista), frente a las opciones tradicionales que solo ofrecían a los rumanos continuar con el régimen de toda la vida y, por ende, con la miseria y la desigualdad que habian dominado Rumania hasta entonces.

En Rumania en 1946 no existía Parlamento, ni siguiera en funciones, pues el formado en 1937 fue disuelto por el rey Carol II para instaurar una dictadura personal y, después, tras su abdicación, la de su hijo Mihai I, controlado por Hitler a través del Mariscal Antonescu. Así que el gobierno de Petru Groza era la única fuente de legislación tras la SGM. De este modo, sin interferencia alguna, a pesar de la oposición de los partidos tradicionales conservadores, la nueva ley (entrada en vigor el 15 de julio de 1946) acuerda, por primera vez en la historia de Rumania, el derecho al voto para las mujeres y los militares en activo, ademas de tomar otras decisiones, como la eliminación del Senado o Camara Alta, creándose un Parlamento unicameral, o la abolición de la conocida como “prima electoral”, que, tras su creación en 1926, permitía a los partidos del régimen obtener mayoría absoluta en el Parlamento con el 40% de los votos (esa injusticia todavia se da en algunos paises de Europa, como, por ejemplo, España, donde la Ley D´Hont permite que se obtenga la mayoria con apenas un 30% de los sufragios).

Es decir, en las elecciones de 1946, cada voto de los hombres y las mujeres de Rumania valieron lo mismo por primera vez en la historia, y los diputados se repartieron proporcionalmente a los sufragios, sin los trucos habituales en los parlamentos burgueses, como las injustas reglas de reparto diferncial territorial, la eliminación de los partidos que no consigan un porcentaje mínimo, o del repartir conforme a baremos que favorecen a los grandes partidos.

Las nuevas normas de juego no gustaron a los miembros del Partido National-Campesino, que no dejaron de hacer campaña contra el voto de la mujer, satirizando, en sus órganos de prensa, por ejemplo el diario “Dreptatea” (La Razón), los intereses de los comunistas para emancipar a las mujeres y, especialmente, el nombramiento como Ministro de Asuntos Exteriores y vicepresidente del gobierno de la comunista Ana Pauker.

Por supuesto que ellos, los representantes y partícipes de la ideologia de la oligarquía, preferian mantener a las mujeres en casa, o trabajando en condiciones aún más penosas que la de los hombres, sin derechos politicos ni civiles, como en gran parte sigue sucediendo todavia hoy, a pesar de la vigencia de los movimientos feministas apolíticos apoyados, por su poco peligro para la clase dominante, por la burguesía (es decir, que en definitiva asumen el sistema y su desigualdad consustancial). Y es que, como enseñara la comunista Clara Zetkin, “La emancipación de las mujeres así como la de toda la humanidad sólo ocurrirá en el marco de la emancipación del trabajo del capital”. Y esto, obviamente, solo será posible con el desarrollo de una sociedad socialista.

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