Los pulmones son los órganos en los cuales la sangre recibe oxígeno desde el aire y a su vez la sangre se desprende del dióxido de carbono el cual pasa al aire.
Este intercambio, se produce mediante la difusión del oxígeno y el dióxido de carbono entre la sangre y los alvéolos que forman los pulmones.
Los pulmones realizan el intercambio gaseoso con la sangre, por ello los alvéolos están en estrecho contacto con los capilares.
Eliminar los productos lácteos
Para empezar a purificar los pulmones es necesario tomar drásticas determinaciones, como por ejemplo eliminar los lácteos de la dieta diaria. Aunque cueste. Esto es necesario para que el cuerpo se deshaga de las toxinas que generan los productos como la leche o el yogur.
En el primer día de la purificación, es necesario beber una taza de té de hierbas antes de acostarse.
Te darás cuenta de todas las toxinas que causan el estreñimiento en el intestino. Es importante que durante este proceso de purificación no se sobrecarguen los pulmones con un trabajo pesado.
La importancia de los cítricos
Otra recomendación clave es consumir cítricos. Antes del desayuno debes exprimir dos limones en 300 ml de agua.
Hay que consumir este líquido para ayudar a eliminar esas toxinas, o en su defecto probar con jugo de pomelo.
Si el sabor del cítrico es muy amargo (a no todos les agrada el sabor) podrías reemplazar el jugo de limón o pomelo, por un buen jugo de piña. Ambos de estos jugos contienen antioxidantes naturales que mejoran los sistemas de respiración.
La atención a la sangre
En el proceso de limpieza, también es importante ocuparse de alcalinizar la sangre, para ello es primordial que entre el desayuno y la hora del almuerzo recurrir al jugo de zanahoria. Tome un vaso de 300 ml de este jugo para acompañar este proceso.
El potasio, como tónico de limpieza
Durante el almuerzo, es también trascendental acompañar con un jugo, pero en este caso hay que beber un preparado de alguna fruta que sea rica en potasio, como la banana, o el aguacate, o una hortaliza como la espinaca.
Durante la comida se puede acompañar 400 ml de jugo de cualquiera de estas frutas, ya que el potasio actúa como un gran tónico de limpieza.
Para más tarde, ya antes de ir a la cama, otro paso importante en este tratamiento de limpieza es beber 400 ml de jugo de arándano.
Este preparado le ayudará para combatir mejor las bacterias que pueden causar infecciones en los pulmones.
Acompañar con ejercicios
Todo tratamiento de limpieza de algún órgano importante del cuerpo debe ir acompañado, necesariamente, con cuidados corporales y ejercicios físicos.
Los ejercicios ayudarán a transpirar y a eliminar toxinas. Sudar activa el corazón de forma que los latidos permiten transportar la sangre hasta la superficie de la piel para enfriarla; esta aceleración ayuda a eliminar los deshechos del organismo.
Después de una rutina de ejercicios qué mejor que tomarse un baño caliente de 20 minutos al día. Un buen baño caliente calienta y estimula tu cuerpo para liberar endorfinas. Estos químicos tan beneficiosos también fortalecen tu sistema inmunológico, y también el calor estimula el drenaje linfático, que ayuda al cuerpo a eliminar las bacterias y virus, disminuyendo la posibilidad de coger un resfriado.
La esencia de eucalipto
El proceso final es también menester hacerlo para lograr que los pulmones se mantengan limpios y sanos, mejorando notablemente la calidad de vida personal.
Para realizar el último paso hay que tener un frasco de esencia de eucalipto, echar entre 5 y 10 gotas en un recipiente de regular tamaño con agua caliente.
Coloque la cabeza sobre el recipiente y cúbrase con una toalla. Inhale el vapor hasta que el agua se enfríe.
El eucalipto contiene una serie de compuestos con propiedades antiespasmódicas, descongestionantes, expectorantes y es capaz de combatir organismos nocivos, que naturalmente contribuyen a un mejor funcionamiento de los pulmones.
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