La empresa china Sinopec podría destinar el petróleo norteamericano que ha adquirido al mercado de América Latina y dañar los intereses de Estados Unidos en esa región.
La compañía estatal china Sinopec —la segunda firma energética del país asiático, después de PetroChina— ha comprado el primer lote del petróleo estadounidense, después de que se levantara la prohibición de su exportación. Michael Moore, director ejecutivo de la Asocización Norteamericana de Captura y Almacenamiento de Carbón (NACCSA, por sus siglas en inglés), ha explicado a RIA Novosti cómo ese crudo podría ir en contra de los intereses de Estados Unidos.
Así, el directivo de NACCSA estima poco probable que Sinopec envíe esa remesa al mercado chino y opina que "más bien, la mandará a una de sus refinerías en América Latina, posiblemente a Venezuela", debido a que "el envío a China no es rentable, debido a los costos del transporte".
Michael Moore suguiere que, si China utiliza ese petróleo en el mercado latinoamericano, podría convertirse en un jugador importante en un lugar en donde, tradicionalmente, están representados los intereses norteamericanos.
"Es posible que China compre las materias primas estadunidenses muy baratas —debido a la crisis en la industria de petróleo— para competir con nosotros en nuestro propio patio trasero", explica.
Moore no descarta que la única idea de China sea acumular reservas estratégicas de petróleo barato en sus plantas de todo el mundo, como consecuencia de su preocupación por la situación geopolítica en Oriente Medio y la probabilidad de que el precio del oro negro vuelva a aumentar.
