Pablo Gonzalez

Poeta palestino condenado a muerte por un tribunal saudí


Un tribunal de Arabia Saudí condenó a muerte al poeta palestino Ashraf Fayadh después de haberle acusado de varios delitos relacionados con la blasfemia.

Fayadh, que según The Guardian, es “una de las principales figuras del naciente mundo del arte contemporáneo de Arabia Saudí”, fue detenido por primera vez en agosto de 2013 en un café de la sureña ciudad de Abha en la que él vive.

Human Rights Watch, en su declaración de condena al fallo del 17 de noviembre, dijo que “la policía religiosa llegó al café después de que un hombre informara de que Fayadh había hecho comentarios obscenos sobre Dios, el profeta Mahoma y el estado saudí. 

El hombre también alegó que Fayadh mostró a los presentes un libro escrito por él que supuestamente fomentaba el ateísmo y negaba la fe”. Ashraf Fayadh estuvo detenido un día entero y después fue dejado en libertad.

Acusado de blasfemia

Pero en enero de 2014 fue detenido otra vez y, según Human Rights Watch, “acusado de blasfemia contra ‘el ser divino’ y el profeta Mahoma, difundir el ateísmo entre los jóvenes en lugares públicos, mofarse de los versículos sobre Dios y los profetas, refutar el Corán, negar el día de la resurrección, cuestionar el destino y los decretos divinos, y tener relaciones ilícitas con mujeres y guardar sus fotos en su teléfono móvil”.

La organización señala que Fayadh rechazó los cargos durante el juicio, que consistió en seis audiencias realizadas entre febrero y mayo de 2014. Tres testigos de la defensa también cuestionaron el testimonio del hombre que denunció a Fayadh a la policía religiosa y dijeron que él había acudido a las autoridades después de una disputa personal con el acusado. Ashraf Fayadh contó a The Guardian que la queja se hizo después de una discusión sobre arte contemporáneo con otro artista.

Fayadh fue declarado culpable y condenado a cuatro años de prisión u 800 latigazos, según Human Rights Watch, pero el tribunal rechazó el pedido de pena de muerte por parte del fiscal. Cuando el fiscal apeló la sentencia, esa situación se revirtió. 

“El caso se trasladó al tribunal de apelaciones. La sentencia debe ser aprobada por el tribunal de apelaciones y el Tribunal Supremo, declaró HRW.

Normalmente, el reino rico en petróleo ejecuta a las personal acusadas de delitos no violentos –como la tenencia de drogas–, frecuentemente mediante decapitación pública.

Ejecuciones

En lo que va del año, Arabia Saudí ha ejecutado a más de 150 personas, según HRW. Es el país con una de las tasas de ejecuciones más altas del mundo. En septiembre, un tribunal confirmó la condena de muerte contra Ali al-Nimr, que había sido detenido por su participación en una manifestación cuando tenía 16 años. La sentencia “estipula que al-Nimr debe ser decapitado y su cuerpo sin cabeza debe ser colgado y expuesto al público”, según dice Adam Coogle, investigador de Human Rights Watch.

El caso de Ashraf Fayadh podría tener connotaciones políticas. Sus compañeros han dicho a The Guardian que al poeta le “están castigando los partidarios de la línea dura por haber subido a Internet un vídeo que muestra a la policía religiosa... azotando a una persona en público”.

Unos meses antes de su primera detención Fayadh ayudó en la preparación de la exposición clandestina Mostly Visible en coincidencia con la Semana Artística Jeddah organizada por Sotheby’s. 

“Nuestro objetivo era mostrar el contraste, el otro lado; el verdadero costado de lo que puede ser el arte”, escribió Fayadh en ese momento, “sencillez, autenticidad, escasa financiación y mucho esfuerzo propio; nuestro estilo de vida, nuestros temas y nuestras preocupaciones. 

Todo para elevar el nivel de consciencia de nuestra sociedad centrando la atención en lo social, lo popular y la verdadera cultura.”

La foto en el comienzo de esta nota, encontrada en la cuenta Instagram de Fayadh, lo muestra junto a Chris Dercon, el director saliente de la Tate Modern de Londres, en esa exposición.

Ashraf Fayadh también participó en la preparación de una muestra en la Bienal de Venecia, importante acontecimiento artístico internacional, ese mismo año.

Un palestino apátrida

Los compañeros de Fayadh le dijeron a The New York Times que es posible que el papel del poeta en la promoción del naciente mundo del arte contemporáneo en Arabia Saudí lo haya puesto en la mira de la policía religiosa. 

A pesar de que él nació en el país del Golfo, su condición de apátrida palestino lo convierte en particularmente vulnerable, dijeron.

Una petición online de apoyo a Fayadh creada un día después del fallo de condena a muerte ya ha conseguido 16.000 firmas. Asimismo, un centenar de intelectuales árabes han pedido la libertad del poeta.

Los escritos de Fayadh traducidos al inglés están publicados en el blog Arabic Literature


http://www.rebelion.org/noticia.php?id=206198

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