El primero de la izquierda es Lucio Galván. El tercero es Juan Pablo Chang junto al Che.
Rememorar los hechos históricos del socialismo ayuda a renovar la fe en los ideales supremos por el que murieron muchos revolucionarios y a cimentar nuestros valores doctrinarios.
En la década de 1960, los revolucionarios socialistas de Latinoamérica estábamos muy ilusionados en la liberación de nuestros pueblos a través de la lucha armada al estilo de la Revolución Cubana.
En el Perú, como en otros países del orbe muchos jóvenes optamos por seguir ese camino con el anhelo de cambiar las estructuras de dominación imperante e iniciar una revolución socialista.
Milciades Ruiz *
Mariátegui
Este año recordamos el cincuentenario de la gesta guerrillera de 1965 pero había un escenario mayor en que los miembros del Ejército de Liberación Nacional- ELN participábamos también directamente. Me refiero a epopeya que dejaron nuestros compañeros, que combatieron con el mismo nombre de nuestro movimiento, bajo el mando del “Che Guevara” en Bolivia, tras once meses de combates.
Eran los primeros días de Octubre de 1967 en que los corajudos guerrilleros estaban saliendo del fondo de la selva a una cumbre escarpada en la zona denominada “La Higuera”. Entre ellos estaban: Juan Pablo Chang Navarro-Lévano (El Chino) (Francisco) y Lucio E. Galván Hidalgo (Eustaquio). Ya anteriormente había caído Restituto José Cabrera Flores (Negro).
Eran 17 guerrilleros cercados por un millar de soldados con armamento de última generación asesorados por oficiales norteamericanos incluyendo la CIA.
El domingo 8 de Octubre se desató el fuego cuando los guerrilleros optaron por romper el cerco subiendo a fuego cruzado.
El Che había sido herido y su fusil averiado. A su lado estaba Juan Pablo Chang. Luego ambos fueron hechos prisioneros cuando escapaban quebrada arriba. Al “Chino” lo fusilaron primero y luego al “Che”. La orden era: “No heridos, no prisioneros”.
Lucio Galván y otros nueve guerrilleros se abrieron paso hasta ganar la confluencia de los ríos Grande y Mizque pero al cuarto día, el 12 de Octubre fue alcanzado por la metralla cuando ya había salido del cerco.
Así concluyó el sueño de la liberación continental para nuestros compañeros. Estos días se hablará mucho del “Che” recordando su heroica muerte y su entrega a la causa del socialismo. Muy pocos se acordarán de los peruanos que murieron a su lado por la misma causa.
Por eso me permito sacar a flote sus nombres para que no queden en el olvido y se mantengan como ejemplos de honestidad revolucionaria consecuente con los ideales que postulamos. Que sus muertes resurjan como faros de luz que iluminen nuestro camino, por encima de las ambiciones políticas personalistas.
Lucio Edilberto Galván Hidalgo-era un estudiante huancaíno y uno de los becarios fundadores del ELN. Estuvo con Javier Heraud en el pelotón guerrillero cuando se truncó la incursión por Puerto Maldonado en 1963. Persistió en el empeño de la insurgencia armada en los años siguientes especializándose en comunicaciones de guerra.
Esa fue la labor que cumplió junto al comando a órdenes del “Che”. Los que lo conocimos recordamos su temple de acero, su voz de mando y su valentía. Murió a los 30 años.
Juan Pablo Chang Navarro-Lévano, era un luchador nato de amplia trayectoria desde sus años juveniles. Deportado varias veces a diversos países, estuvo preso en las peores cárceles del país como El Frontón y el Sepa por su militancia y activismo revolucionario. Precisamente se conoció con el “Che” y con Fidel cuando estaba deportado en México como muchos otros revolucionarios de la época.
Cuando se incorporó al ELN pudimos conocerlo como una persona honesta a toda prueba, siempre sonriente pero muy decidido a luchar por la revolución peruana. Ocupo el cargo de Jefe de la Red Urbana de nuestro movimiento y desarrolló una amplia actividad entre el estudiantado universitario, sindicatos, intelectuales socialistas y la preparación de nuevos cuadros para la lucha armada.
Con motivo de su viaje a Cuba para asistir a la Conferencia Tricontinental de La Habana en Enero de 1966, compartió con los líderes revolucionarios de África, Asia y América Latina la consigna lanzada por el “Che” de crear muchos Vietnam como estrategia de lucha contra el imperialismo para lograr la liberación de los pueblos del mundo.
Luego pudo contactarse con el “Che” que ya estaba en la clandestinidad, asumiendo el compromiso de incorporarlo a la guerrilla “Javier Heraud” que estaba operando en Ayacucho.
Tiempo después, por circunstancias conocidas, se vio precisado compartir con el “Che” la campaña guerrillera en Bolivia como era su anhelo y en este afán tuvo una muerte gloriosa al entregar su vida a la causa de la revolución continental.
Hoy que los jóvenes del campo y la ciudad luchan contra el sistema que nos oprime echamos de menos a estos valerosos compañeros que dejaron un vacío de liderazgo que hasta ahora no ha sido cubierto.
Ellos dejaron todo por la causa del socialismo lo que contrasta con la actitud de quienes no quieren desprenderse de nada ni por la unidad necesaria.
Pero el proceso histórico nos trae nuevas perspectivas y la globalización capitalista ha generado la globalización de la lucha revolucionaria. Se avecinan tiempos difíciles en que habrá muchos motivos para la defensa popular frente a las agresiones neoliberales.
El sistema de opresión social se deteriora cada vez más y colisiona con las aspiraciones sociales. Seamos dignos de nuestra concepción socialista. ¡Hasta la victoria. Siempre!
* Ex integrante del Ejército de Liberación Nacional (ELN) Perú, con Héctor Béjar y Javier Heraud, en 1963 y 1965, respectivamente. Autor de Opúsculo sobre la insurgencia guerrillera peruana de 1965 en su 50 Aniversario
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