Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

ALEXANDER SOLZHENITSYN Y SU APOYO AL FRANQUISMO


Otra persona a la que siempre se asocia con libros y artículos sobre los millones de personas que supuestamente perdieron sus vidas o su libertad en la Unión Soviética, es el autor ruso Alexander Solzhenitsyn. Solzhenitsyn se hizo famoso en todas partes del mundo capitalista, a finales de los años 1960, gracias a su libro Archipiélago Gulag. 

Él mismo había sido condenado en 1946 a 8 años de internamiento en un campo de trabajo, por desempeñar actividades contrarrevolucionarias consistentes en la distribución de propaganda antisoviética. Según Solzhenitsyn, la lucha contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial pudo haberse evitado si el gobierno soviético hubiera llegado a un compromiso con Hitler. Solzhenitsyn también acusaba al gobierno soviético y a Stalin de ser aún peores que Hitler desde el punto de vista, según él, de los terribles efectos de la guerra en el pueblo de la Unión Soviética. Solzhenitsyn no ocultó sus simpatías nazis. 

Fue condenado por traición.

Solzhenitsyn comenzó a publicar sus libros en 1962 en la Unión Soviética, con el consentimiento y la ayuda de Nikita Jruschev. 

El primer libro que publicó fue Un Día en la Vida de Ivan Denisovich, sobre la vida de un preso. Jruschev utilizaba los textos de Solzhenitsyn para combatir la herencia socialista de Stalin. En 1970 Solzhenitsyn ganó el Premio Nobel de literatura por su libro Archipiélago Gulag. 

Sus libros comenzaron a publicarse en cantidades ingentes en los países capitalistas, convirtiéndose su autor en uno de los instrumentos más valiosos del imperialismo para combatir al socialismo en la Unión Soviética. Sus textos sobre los campos de trabajo se añadieron a la propaganda sobre los millones de personas que supuestamente habían muerto en la Unión Soviética, y fueron presentados por los medios de comunicación capitalistas como auténticos. 

En 1974, Solzhenitsyn renunció a su ciudadanía soviética y se exilió en Suiza y luego en EEUU. En aquel tiempo era considerado por la prensa capitalista como el mayor luchador por la libertad y la democracia. Sus simpatías nazis fueron ocultadas para no interferir con la guerra de propaganda contra el socialismo.

En los EEUU, con frecuencia Solzhenitsyn era invitado a hablar en reuniones importantes. ¡Fue, por ejemplo, el principal conferenciante en el congreso del sindicato FAL-COI en 1975, y el 15 de julio de 1975 fue invitado a dar una conferencia sobre la situación mundial en el Senado de los EEUU! Sus conferencias buscaban la provocación y la agitación violenta, dando argumentos y haciendo propaganda en favor de las posiciones más reaccionarias. 

Entre otras cosas, pidió que Vietnam fuera atacado nuevamente tras su victoria sobre los EEUU. Más aún: ¡después de 40 años de fascismo en Portugal, cuando los oficiales izquierdistas del ejército asumieron el poder en la revolución popular de 1974, Solzhenitsyn comenzó a hacer propaganda en favor de la intervención militar estadounidense en Portugal que, según él, se uniría al Pacto de Varsovia si EEUU no intervenía! 

En sus conferencias, Solzhenitsyn siempre lamentaba la liberación de las colonias africanas de Portugal.

¡Pero está claro que la motivación principal de los discursos de Solzhenitsyn era siempre la guerra sucia contra el socialismo --desde la ejecución presunta de varios millones de personas en la Unión Soviética hasta las decenas de miles de americanos supuestamente encarcelados y esclavizados, según Solzhenitsyn, en Vietnam del Norte! 

Esta idea de Solzhenitsyn de los americanos que eran utilizados como fuerza de trabajo esclava en Vietnam del Norte dio lugar a las películas de Rambo sobre la guerra del Vietnam.

 Los periodistas americanos que osaban escribir en favor de la paz entre EEUU y la Unión Soviética eran acusados por Solzhenitsyn en sus discursos de traidores potenciales.

 Solzhenitsyn también hizo propaganda en favor del aumento de la capacidad militar estadounidense contra la Unión Soviética, que según él era más poderosa en “tanques y aviones, de cinco a siete veces más, que los EEUU”, así como en armas atómicas : aseguró que las armas de corto alcance de la URSS eran “dos, tres o hasta cinco veces más potentes que las de EEUU”. 

Las conferencias de Solzhenitsyn sobre la Unión Soviética representaban la voz de la extrema derecha. Pero él mismo llegó más allá incluso que la derecha en su apoyo público al fascismo.

APOYO AL FASCISMO DE FRANCO

Después de la muerte de Franco en 1975, el régimen fascista español comenzó a perder el control de la situación política y, a principios de 1976, los acontecimientos de España atrajeron la atención de la opinión pública mundial. Había huelgas y manifestaciones para exigir la democracia y la libertad, y el heredero de Franco, el rey Juan Carlos, se vio obligado a introducir con mucha cautela algunas medidas liberalizadoras para calmar la agitación social.

En este momento crucial de la historia política española, Alexander Solzhenitsyn apareció en Madrid y concedió una entrevista al programa Directísimo un sábado por la noche, el 20 de marzo, en horario de máxima audiencia (ver los periódicos españoles ABC y Ya del 21 de marzo de 1976). Solzhenitsyn, a quien habían enseñado las preguntas antes de la entrevista, aprovechó la ocasión para hacer toda clase de declaraciones reaccionarias. 

Su intención no era apoyar las supuestas medidas de liberalización del Rey. Al contrario, Solzhenitsyn se mostró contrario a la reforma democrática.

 En su entrevista en televisión, declaró que 110 millones de rusos habían muerto a consecuencia del socialismo, y comparó “la esclavitud a la que el pueblo soviético ha estado sometido con la libertad que se disfruta en España”. 

Solzhenitsyn también acusó a los “círculos progresistas” de “utópicos”, por pensar que España era una dictadura. Por “progresista” entendía a cualquiera que estuviera en la oposición democrática --es decir, liberales, socialdemócratas, comunistas, etc. 

“El otoño pasado”, dijo Solzhenitsyn, “la opinión pública mundial estaba preocupada por la suerte de los terroristas españoles [esto es, los anti-fascistas españoles condenados a muerte por el régimen de Franco]. Continuamente la opinión pública progresista exige la reforma política democrática apoyando los actos de terrorismo”. 

“Los que buscan la rápida reforma democrática, ¿comprenden qué pasará mañana o al día siguiente? En España puede haber democracia mañana, pero después de mañana ¿serán capaces de evitar que la democracia se convierta en totalitarismo?”. A una pregunta cautelosa de los periodistas sobre si tales declaraciones no podían interpretarse como un apoyo a los regímenes de países donde no existía ninguna libertad, Solzhenitsyn contestó:

 “Sólo conozco un lugar donde no existe ninguna libertad, y ése es Rusia”. Las declaraciones de Solzhenitsyn en la televisión española apoyaban directamente al fascismo español, una ideología que Solzhenitsyn ha continuado defendiendo hasta el día de hoy. 

Éste fue uno de los motivos por los que Solzhenitsyn desapareció de la vista del público en sus 18 años de exilio en EEUU, y una de las razones por las que comenzó a perder el apoyo incondicional de los gobiernos capitalistas. Para los capitalistas fue un regalo del cielo poder utilizar a un hombre como Solzhenitsyn en su guerra sucia contra el socialismo, pero todo tiene sus límites. 

En la nueva Rusia capitalista, lo que determina el apoyo de Occidente a los grupos políticos es simple y llanamente la capacidad de hacer buenos negocios con suculentas ganancias a la sombra de tales grupos. 

El fascismo, como régimen político alternativo para Rusia, no se considera bueno para los negocios. Por esta razón, los proyectos políticos de Solzhenitsyn para Rusia son letra muerta por lo que respecta al apoyo de Occidente. 

¡Lo que Solzhenitsyn quiere como futuro político para Rusia es la vuelta al régimen autoritario de los Zares, de la mano de la Iglesia Ortodoxa Rusa tradicional! Incluso los imperialistas más arrogantes no están interesados en apoyar una estupidez política de semejante magnitud. Para encontrar a alguien que apoye a Solzhenitsyn en Occidente hay que buscar entre la gente más extrema de la extrema derecha.

Publicado por Roberock Amstrong

Related Posts

Subscribe Our Newsletter