Hace dos siglos nació la leyenda de cómo Nathan Rothschild aprovechó la batalla de Waterloo para multiplicar su fortuna.
Pese a que luego se descubrió que era falsa y provenía de un panfleto antisemita, las referencias a esta historia siguen surgiendo hoy en día.
En 1846 se difundió en Europa un panfleto antisemita que contaba la historia de cómo la familia de Rothschild amasó su fortuna aprovechando la batalla de Waterloo, escribe 'The Independent'.
Según esta leyenda, el banquero y financiero Nathan Rothschild, que pertenecía a la segunda generación de la dinastía de los Rothschild, fue testigo del combate en el campo de batalla.
Tras presenciar la derrota de Francia, se precipitó a la costa belga para dirigirse al Reino Unido, aunque los ferrys no navegaban aquel día debido a una tormenta. Rothschild no se desanimó y pagó una enorme gran cantidad de dinero a un pescador para que lo llevara a Inglaterra.
Al llegar a Londres 24 horas antes de que se anunciara la victoria de Wellington, Rothschild usó su conocimiento en la Bolsa ganando de un golpe 20 millones de francos.
"Sin ninguna duda, este relato fue intencionalmente antisemita", explica 'The Independent', añadiendo que su autor fue Georges Dainvaell, que no intentó disimular su odio a los judíos y a los Rothschild en particular.
La historia se demostró que era falsa, ya que Nathan Rothschild no estuvo presente en la batalla de Waterloo ni tampoco en Bélgica.
Tampoco hubo tormenta, ni una ganancia extraordinaria en la Bolsa. No obstante, las referencias a esta leyenda siguen surgiendo hoy en día, tanto en la cultura popular como en los trabajos académicos.
Con el tiempo, la historia se fue modificando y adaptando a las circunstancias, encontrando nuevas fuentes que sí parecían confirmarla, pero que luego resultaban falsas.
Mientras tanto,una fuente sí confirmó que Rothschild había tenido un rápido acceso a la información; aunque, recientemente, se ha demostrado que no fue el único ni el primero en trasladar el resultado de la batalla de Waterloo a Londres.
En cuanto a su actividad en la Bolsa, en primer lugar, el limitado mercado de aquel período no habría permitido a Rothschild ganar los millones de los que hablaba Dairnvaell, escribe 'The Independent'.
En segundo lugar, aunque el banquero pudo haber obtenido ciertos beneficios tras la confirmación de la victoria, "sus ganancias fueron eclipsadas por los de numerosos inversores rivales que, sin la ventaja de la información de antemano, habían comprado las acciones gubernamentales principales antes, a un precio más barato y en gran cantidad", añade el periódico.
En resumidas cuentas, parece que Rothschild sí que tuvo rápido conocimiento de la victoria y compró acciones.
No obstante, estos son los únicos hechos que sirvieron de base para la leyenda de Dairnvaell, un mito que se ha seguido debatiendo durante siglos tras su creación.