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Cerremos filas al lado de Venezuela sin vacilaciones


Adoptar posiciones derrotistas ante las amenazas yanquis contra Venezuela, o dicho de modo más directo, concebir la derrota, no es patriótico, nuestroamericano, ni solidario. 

Jamás la palabra derrota debe estar en nuestras bocas, salvo cuando le sea propinada a los enemigos de los pueblos, preferiblemente deteniendo su mano invasora. 

Venezuela es hoy América Latina y El Caribe enteros. Que la agredan -utilizando cualquier pretexto, incluyendo un autoatentado fabricado por la CIA- como lo han estado haciendo desde que el Comandante Hugo Chávez apareció en la vida política de su país, en 1999, ha significado y sigue significando una agresión contra el resto de la región. 

Bien dice Atilio Borón, tras Venezuela, vendrían Argentina y Brasil, de ahí que sea indispensable la solidaridad entre los países de la región unos con otros. 

Y, sin duda alguna, tras estos países, vendrían todos los demás. 

No es fortuito que los países del Alba en su conjunto y por separado, manifiesten su respaldo incondicional con la Revolución Bolivariana; los mismo están haciendo la CELAC, UNASUR y PETROCARIBE. 

El balance general, favorece más a la integración continental y a la oposición al guerrerismo que a la desarticulación y complicidad con el imperio. 

Algunos países de la región están prestándose al juego macabro de Obama, quien lleva ya 7 guerras abiertas en su haber; todas por el petróleo, como trasfondo real de las mismas. 

No debe así sorprendernos que Perú esté permitiendo la ocupación militar de su territorio, por soldados yanquis; que en Colombia estén instaladas más de 7 bases militares que, desde hace rato, apuntan contra todo el continente y, particularmente, contra Venezuela. México está en manos de Obama, la CIA y el narcotráfico. 

Entre los pueblos, el apoyo a la unidad continental, al cierre de filas a favor de Venezuela, es mucho mayor, porque también abarca a los países bajo la férula de Washington a través de sus gobiernos. 

No está demás referir que Venezuela lleva muchos años preparándose, en todos los campos, para defenderse de sus enemigos internos y externos. 

Una incólume unidad cívico-militar, formada por el pueblo en sus diversas expresiones y las fuerzas armadas en su conjunto, constituye el escudo protector dispuesto a repeler, con determinación y arrojo, al invasor. 

Venezuela no es Chile de septiembre de 1973, ni el Panamá de diciembre de 1989.

Mas, no debemos dejarla sóla. Es por ello que la mayoría de los gobiernos de la región la acuerpan y le expresan su solidaridad. 

En el aspecto particular, más que estar viendo con temor la posibilidad de una intervención militar directa contra la Venezuela Bolivariana -hecho en sí mismo comprensible-, debemos denunciarla en cuantos foros nos sea posible.

 Por eso, debemos ser conscientes de hacer lo que procede, en este aspecto, en las redes sociales, sin escatimar esfuerzos y sin importar de qué país del mundo seamos. Se debe, pues, respaldar a los gobiernos que están con Venezuela y hacer presión contra aquéllos que respaldan abierta o solapadamente las posiciones guerreristas de EEUU en su contra. 

Y si la agresión se materializa, habrá que proceder en la línea de convertir a toda la región latinoamericana y caribeña en una muralla antiguerrerista, que se bata en cualquier trinchera contra el invasor, en correspondencia con las posibilidades que esta lucha posea en cada rincón de Nuestra América y, sin duda, de las acciones que el imperio despliegue aquí o allá. 

Venezuela somos todos, desde México a Tierra de Fuego, pasando por todas y cada de las islas del Caribe, incluyendo a Puerto Rico… y allende el hemisferio occidental…

http://librepenicmoncjose.blogspot.com/2015/03/derrotismo-ante-el-imperio-no-cabe.html

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