Pablo Gonzalez

Sandino jamás dudó: Blanca Aráuz es Heroína Nacional



Edwin Sánchez.///.- Hay persistentes conductas manufacturadas por la envidia y distribuidas por el rencor que vuelven pesada la atmósfera en cualquier lugar, desde el centro de trabajo hasta una nación.

Una de ellas es recurrir a las falacias para denigrar a alguien que al final puede defenderse por estar vivo, pero un ser que ya no está entre los vivientes y sobre el cual se lanzan dudas de su protagonismo en este mundo, para negarle el estrado de los héroes, es tener un corazón en saldo rojo.

Ahora es Blanca Aráuz, la esposa de Augusto C. Sandino, a quien algunos -- desorientados en el Siglo XXI por utilizar coordenadas decimonónicas-- no logran encontrarla en el mapa de nuestros paradigmas. 

Su pecado original, el haber nacido mujer, y peor, víctima, como muchísimas otras compatriotas, de la mortalidad materna.

A pesar de lo gordo del diccionario de la Real Academia Española, el concepto de la mujer heroica es muy anoréxico, demasiado clasista y perturbador:

Heroína: “1. f. Mujer ilustre y famosa por sus grandes hechos. 2. f. Mujer que lleva a cabo un hecho heroico”.

Ilustre, nos ilustra la misma RAE, significa: “adj. De distinguida prosapia, casa, origen, etc. 2. adj. Insigne, célebre”.

Obviamente, si esta explicación lexicográfica de la realeza tuviera fuerza de ley en Nicaragua, nos quedaríamos con héroes indocumentados porque lo de “ilustre” aplica para ambos géneros. 

Quizá alguno se salvaría en medio de tantos plebeyos por aquello de la “prosapia…”.

Veamos cómo tratan al héroe estos letrados del Rey. Para empezar, es amplísimo: 117 palabras ensalzan la figura varonil, por supuesto. 

Nada que ver con las insustanciales 42 palabras dedicadas a la heroína, que dicho así no evoca a ninguna valiente dama, sino una acepción perseguible de oficio:

Heroína2. “(Del fr. héroïne). 1. f. Droga adictiva obtenida de la morfina, en forma de polvo blanco y amargo, con propiedades sedantes y narcóticas”.

¿Por qué no se le llamó “Héroe” a la droga? ¿No bastaba con la resonancia femenina de la “Mari Juana”, sobre cuyo origen etimológico los académicos no han fumado la pipa de la paz? Hasta ingresó a Estados Unidos con el nombre de “Mary Jane” en su pasaporte.

El diccionario refleja esta intolerable metáfora de la naturaleza femenina, considerada milenariamente por el machismo como objeto de sumisión y con propiedades relajantes. 

Marx, que gracias a Dios no era machista, prefirió culpar el mal uso de la religión de la época antes de que un salvaje profeta del superhombre saliera por ahí con que la mujer es el opio de los pueblos.

Para la RAE, el Héroe no admite ni una sombra de comparación con el vicio: “1. m. Varón ilustre y famoso por sus hazañas o virtudes. 2. m. Hombre que lleva a cabo una acción heroica. 3. m. Personaje principal de un poema o relato en que se representa una acción, y especialmente del épico. 4. m. Personaje de carácter elevado en la epopeya. 5…”.

Vemos, entonces, con cuántos obstáculos se enfrenta una mujer para ser visibilizada de forma genérica, máxime si tiene nombre y sobre todo si ha sido militante contra la ocupación norteamericana, esposa y responsable de comunicaciones del único guerrillero en el mundo que enfrentó a los tres hombres más poderosos de su tiempo, Calvin Coolidge, Edgard Hoover y Franklin Delano Roosevelt, junto a su nada biodegradable prensa envenenada. Lo llamaron “bandolero” y los bandoleros no son héroes, mucho menos “las bandoleras”. De ese oscuro fondo salen los denuestos.
Sandino destaca a Blanca

Pero, se han preguntado ¿qué diría el propio Héroe de Las Segovias sobre el tema?

“Los actos de heroísmo de las mujeres que colaboraron en el ejército, no sólo son muchísimos, sino que además la mayoría requieren largas historias para explicar LOS SACRIFICIOS QUE SUFRIERON Y LOS PELIGROS QUE ENFRENTARON POR AMOR A LA PATRIA y todas, campesinas, maestras de escuela, enfermeras, amas de casa y aun señoritas de sociedad rindieron servicios… De todas estas mujeres y sus actos heroicos guardamos minucioso detalle en el archivo.

“Por el momento, debo mencionar las siguientes:

“Blanca Aráuz de Sandino. NO PORQUE SEA MI ESPOSA, sino porque los servicios de enlace confidencial que nos prestó como telegrafista, son imponderables. Además, en la última etapa de la guerra sirvió como secretaria privada mía”.

Así, con un consistente preámbulo, Sandino enaltece a la mujer nicaragüense y exalta a Blanca, quien resume las cualidades del género. 

No es ningún obsequio de la pasión. 

El General trabajaba con sus cinco sentidos y algo más en función de mover la Historia. Visionario, 82 años después de conversar con José Román, sus palabras serían Ley, si la iniciativa no cuenta con la oposición de antaño.

“De todas las clases sociales salieron grandes partidarias de la causa que sirvieron de muy diferentes maneras: espionaje, correo, proselitismo… muchas de esas mujeres que siguieron a diferentes columnas para dar sus servicios en cuanto fuera necesario, al igual que los soldados, SE JUGABAN LA VIDA y muchas también murieron en esos servicios”. (Maldito país, José Román.)

Es un reconocimiento del FSLN, a través de la propuesta introducida por el diputado Edwin Castro ante el Parlamento, elevar a la categoría de Heroína Nacional a la telegrafista de San Rafael. 

Pero no es para aprovechar su imagen como aseguró el Partido Liberal Independiente, a través de un legislador que al parecer solo conoce a Batman: “de sobra es sabido que cuando hay muy pocos o ningún héroe, entonces se les inventan”.

 ¿De qué país será este diputado?

Al hacerle justicia a la madre de Blanca Segovia, también se honra a Sandino. Contrario a lo que predicó Nietzsche, que “los hombres tienen ideales y las mujeres solo tienen ilusiones”, el niquinohomeño valoró, y no por cónyuge, su inteligencia y entrega.

Blanca contaba con ideas, procesaba la realidad y actuaba. 

Nadie expone la vida por una simple fantasía y la Historia le dio la razón. He ahí por qué el General encabezó con Blanca la lista de las mujeres gloriosas.

Una sola razón entierra todos los argumentos de pasquines: Blanca y muchas mujeres “rindieron servicios sin los cuales nuestra guerra no habría sido posible”.

Dijo Sandino.

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