FINIAN CUNNINGHAM – Recibiendo a la canciller alemana en Washington esta semana, el presidente de Estados Unidos parece haber desestimado las ardientes llamadas estadounidenses para enviar armamento letal a Ucrania.
Y tiene razón.
Él sabe que tal movimiento sería el fin del poder global de EE.UU.
La Casa Blanca se encuentra bajo intensa presión de los políticos republicanos y demócratas, los expertos en medios de comunicación, los tanques de pensamiento y generales para enviar armamento pesado a Kiev.
El vicepresidente de Obama, Joe Biden, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry y el nuevo secretario de Defensa, Ashton Carton, todos han hablado recientemente sobre la necesidad de armar a la junta de Kiev ante la supuesta “agresión rusa”.
Pero el peligro para Washington es que esta medida, pone en riesgo el frente político existente entre Estados Unidos y la Unión Europea contra la Rusia de Vladimir Putin.
Los europeos ya están recelosos de la política de las sanciones económicas, liderada por EE. UU.; y con las últimas convocatorias de suministrar armas a Ucrania, la relación entre EE. UU. y la UE está empeorando.
Alemania, Francia e incluso el perro faldero de EE. UU., el Reino Unido han levantado la voz contra el envío de más armamento militar a Ucrania, temerosos de que esta medida podría aumentar el conflicto y antagonizar a Rusia en una guerra más amplia.
Mientras tenía a Merkel como huésped en la Casa Blanca esta semana, Obama se esforzó para subrayar la unidad entre Washington y Europa en lo referente a la crisis de Ucrania y Rusia. Obama en lugar de hablar de la opción de envío de armas que tantos políticos estadounidenses anhelan, se sintió obligado a reiterar la unidad entre EE.UU. y Europa.
En cambio, el presidente de Estados Unidos pareció respaldar la opción diplomática por la que Merkel y el presidente francés, François Hollande, optaron el pasado fin de semana. Los líderes europeos tienen previsto reunirse esta semana con Putin en la capital bielorrusa, Minsk, con el fin de discutir a fondo un posible acuerdo de paz sobre Ucrania.
A diferencia de los estadounidenses tan aficionados a usar las bombas, los europeos descartaron la opción del suministro de más armas al régimen de Kiev, y expresaron que este debe dialogar con las fuerzas separatistas en el este de Ucrania para elaborar un acuerdo mutuo que incluya un grado de autonomía política para la población de etnia rusa en la región oriental de Donbass.
La región oriental ha rechazado el golpe de Estado respaldado por Occidente en Kiev que tuvo lugar el febrero pasado. Este rechazo, fue la razón principal por la que el régimen de Kiev lanzara el mes de abril una ofensiva contra los residentes de esta región, que hasta el momento ha cobrado la vida de más de 5500 personas y dejado a más de un millón de refugiados.
Obama, sabe que ayuda militar a Kiev podrá abrir una grieta fatal entre su país y sus aliados europeos. Esta grieta socavaría la agenda secreta estadounidense de provocar divergencia entre Europa y Rusia, y el objetivo principal que sigue en todo este asunto: prohibir que Rusia se convierte como una potencia mundial.
Obama, sabe que ayuda militar a Kiev podrá abrir una grieta fatal entre su país y sus aliados europeos. Esta grieta socavaría la agenda secreta estadounidense de provocar divergencia entre Europa y Rusia, y el objetivo principal que sigue en todo este asunto: prohibir que Rusia se convierte como una potencia mundial.
Pues, Obama, mostrando un poco más sensible que la mayoría de los políticos en Washington, sabe que optar por la opción militar podrá abrir una grieta fatal entre su país y sus aliados europeos. Esta grieta socavaría la agenda secreta estadounidense de provocar divergencia entre Europa y Rusia, y el objetivo principal que sigue en todo este asunto: prohibir que Rusia se convierte como una potencia mundial.
Con Merkel a su lado, Obama habló en la rueda de prensa de Casa Blanca con una nota de cautela en sus declaraciones: “Rusia tiene obviamente un Ejército extraordinariamente poderoso y como se sabe, dada la extendida frontera y la larga historia que comparte con Ucrania, esperar que esta pueda rechazar totalmente el Ejército ruso si Rusia decide atacar, es poco probable”.
En otras palabras, Obama también sabe que, además de correr el riesgo de ruptura de sus lazos con Europa, el envío de armas al régimen en Kiev sería de todos modos una opción militar inútil.
Por lo tanto, el presidente ha dejado de lado la opción militar, diciendo con una notable falta de convicción: “Es verdad que si, de hecho, la diplomacia falla, lo que le he pedido a mi equipo es estudiar todas las opciones.
¿Qué otros medios podemos adoptar para cambiar el resultado de los cálculos de Putin? la posibilidad de usar armas defensivas letales es una de estas opciones que están siendo estudiadas”, dijo, para luego agregar: “Pero yo no he tomado todavía mi última decisión al respecto y mi decisión no se basa en la idea de que Ucrania podría derrotar a Ejército ruso”.
Está bien aconsejado Obama a mostrar esta tardía cautela. El régimen de Kiev se está cayendo a pedazos, y ninguna cantidad de armamento mejorará su situación decadente. Las fuerzas independentistas le están infligiendo graves pérdidas. Cientos – si no miles – de las fuerzas de Kiev han caído muertos en las últimas tres semanas.
Unos 8.000 soldados de Kiev se enfrentan a una derrota inminente en el enclave estratégico de Debaltsevo, mientras las fuerzas de la República Popular de Donetsk aprietan la soga.
Las fuerzas de Kiev inadecuadamente equipadas, débilmente entrenadas, desmoralizadas y sin líderes, están abandonando las filas en grandes números y pasan las fronteras hacia Rusia.
Estos reclutas saben que están siendo utilizados como carne de cañón en una guerra sin sentido contra sus compatriotas – una guerra que sólo beneficia a los oligarcas y los ideólogos occidentales adoctrinados en Kiev que están bien lejos de la violencia.
Una historia dice mucho: la figura oligarca Igor Kolomoisky, designado por el Kiev como el gobernador de Dnipropetrovsk, al parecer vendió falsos chalecos antibalas a las Fuerzas Armadas de Ucrania que más tarde resultaron tener la misma capacidad de protección que una hoja de cartón ante las balas.
También hay informes de sublevaciones entre la población del oeste de Ucrania que han arrojado los equipos de reclutamiento del Ejército de sus ciudades y pueblos. Los periodistas están siendo arrestados simplemente por cuestionar la moralidad de la guerra impuesta por Kiev.
Uno de ellos, Ruslan Katsaba, se enfrenta a cadena perpetua por cargos de “traición a la patria”, porque, dijo, “Es imposible matar a la gente en el siglo XXI – a mis compatriotas – simplemente porque quieren vivir separados… no hay casi ningún soldado ruso en Donbass”.
El Ministerio interior de Kiev ha amenazado arrestar a todos los que participan en manifestaciones contra Kiev denunciándolos como “idiotas bajo las órdenes de Rusia a quienes han lavado el cerebro”.
Y este es el gobierno al que los estadounidenses quieren dar más pistolas, morteros y misiles. Un régimen adulador de los nazis que está librando una batalla de terror contra su propio pueblo con bombas de racimo y bombas incendiarias de fósforo blanco.
El asesor militar del Pentágono y experto en asuntos de Rusia, Michael Kofman, con la sede en el Instituto Kenan en Washington, es una de las voces estadounidenses más cuerdas. Ha salido al paso de la estampida para armar a régimen de Kiev. “Ucrania no necesita armas, necesita un ejército”, dijo recientemente en una entrevista con los medios de comunicación de Ucrania.
“El Ejército de Ucrania no es apto para el combate… Tiene muchos problemas estructurales que las armas no van a resolver, incluso si enviamos nuestros mejores tanques, cohetes y lanzagranadas a ellos”, añadió Kofman.
También señaló cómo los suministros estadounidenses de armas a Siria e Irak han empeorado el conflicto y desatado el caos el terrorismo de forma incontrolable en la región.
Sólo los que han sido extremadamente manipulados, los estadounidenses imbéciles posiblemente podrían creer que el aumento del flujo de armas a Ucrania no va a provocar más violencia, derramamiento de sangre y muerte, o no va a causar una guerra más amplia con Rusia, o no desembocará en un colapso en la alianza atlántica entre EE.UU. y Europa, y acabar con la hegemonía de Washington.
Pensándolo bien, podría valer la pena dejar que los imbéciles estadounidenses marquen su decadencia con sus decisiones. Pues adelante punks, hagan que este sea nuestro día.
ymc
Nacido en 1963, Finian Cunningham, ha escrito extensamente sobre asuntos internacionales, con artículos publicados en varios idiomas. Durante casi 20 años, trabajó como editor y escritor en los principales medios de comunicación, entre ellos The Mirror, Irish Times e Independent. Originario de Belfast, Irlanda, ahora se encuentra en este de África como periodista freelance, donde basado en la experiencia de testigos presenciales, está escribiendo un libro sobre Baréin y la primavera árabe.
El autor fue expulsado de Baréin en junio de 2011 a causa de sus artículos críticos en los que destacó violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte de las fuerzas del régimen bareiní. Es columnista de política internacional para PressTV y la Fundación Cultura Estratégica.