Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Terrorista de Miami pretende “asesorar” a Roberta Jacobson

Niño lesionado en la acción cometida por el MRR contra la tienda Flogar en La Habana./

PERCY ALVARADO GODOY – Según reportó Radio Martí en el día de ayer, la organización terrorista – Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), recomendó a la subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, hacer énfasis en los derechos civiles durante su visita a Cuba, según reportó el miembro del staff de la emisora, Dámaso Rodríguez.

El encargado de hacer esta recomendación es el connotado criminal Antonio Esquivel, presidente de la Junta patriótica Cubana y del Movimiento de Recuperación Revolucionaria.

El aludido declaró: “Porque ellos los derechos humanos los tienen vinculados a una cosa que lo da uno al nacer el Todopoderoso, lo tienen vinculado, que al dar derechos humanos quiere decir que no tienen que dar, volver al capitalismo. 

No, no, derechos humanos no tiene que ver nada con idealismo, capitalismo o comunismo son derechos humanos. Entonces lo que hay es que pedir lo que pidieron los polacos y lo que pidieron los checos, derechos civiles, se está cayendo la casa, no arreglan las calles, eso es lo que hay que pedir, eso es lo que yo quisiera que la señora que va ahora el día 21 haga ese favor con nosotros.”

¿Qué derecho y principios éticos pueden sostener a este personaje, con innegable pasado terrorista, para “preocuparse” por los derechos civiles de sus víctimas?

¿Conocerá, acaso, la señora Jacobson, la triste historia que involucra al MRR y a Antonio Esquivel en crímenes contra el pueblo que dice defender?

Fue este terrorista quien el 17 de febrero de 2006, en unión de varios cabecillas contrarrevolucionarios, tales como el estafador y asesino Tony Calatayud del Congreso Nacional Cubano (CNC), Rodolfo Frómeta de los Comandos F-4 y los “jefes militares” de Alpha 66, proclamaron la creación de un comité para «tumbar a bombazos» a la Revolución cubana, según denunció Jean Guy Allard.

Entre sus acciones terroristas más renombradas en que se involucró el MRR se encuentran:

4 de diciembre de 1960: Fue saboteado el tramo de la línea eléctrica que comprende desde Ciego de Ávila al poblado de Vicente, por elementos contrarrevolucionarios de la organización 30 de Noviembre.

 En esta ocasión fueron destruidos, mediante explosivos, varios postes del tendido eléctrico, ocasionando daños considerables. Se detectó a las organizaciones contrarrevolucionarias Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), Movimiento Demócrata Cristiano (MDC) y el Movimiento de Revolucionario Democrático (MRD) como perpetradores del hecho terrorista.

24 de diciembre de 1960 Sabotaje a la tienda Flogar mediante la detonación de un artefacto explosivo en la cafetería de la misma, ocasionando lesiones a 15 personas, entre ellas varios menores. Detrás de estos sucesos actuaron miembros del Movimiento 30 de Noviembre, del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP).

Entre los sospechosos estaba nada menos que, Carlos Alberto Montaner Suris, vecino en ese entonces de 88, número 309, esquina a Tercera A, en Miramar, y quien tenía en su domicilio un maletín de lona, cuatro detonadores, un rollo de mecha, un pomo con tres barras de fósforo vivo, dos rollos de tape, cuatro cartuchos de municiones, dos pantalones verde olivo y dos camisas de miliciano. Para ese entonces, el joven Montaner se encontraba vinculado con Manuel Artime, jefe del MRR. Junto a Montaner fueron capturados los terroristas Alfredo Carrión y Manuel Néstor Pinango Pérez.

El 31 de diciembre de 1960 estalló otro artefacto explosivo debajo de un auto estacionado en la calle 130, en Marianao, que ocasionó heridas a dos personas mayores y a Omar González Díaz, de 3 años, y a José Antonio González Pérez, un bebé de apenas 7 meses. Detrás de estos sucesos actuaron miembros del Movimiento 30 de Noviembre, del MRR y del MRP.

30 de octubre de 1977: Sabotaje al teatro Amadeo Roldán. Incendio que provocó su destrucción total, a causa de un incendio que ocasionó daños por valor de 15,8 millones de dólares. Detrás de este sabotaje estaban miembros del Movimiento 30 de Noviembre, del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y del Frente Revolucionario Democrático (FRD).

Dentro de estos grupos autónomos creados por la CIA, el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), fundado por Manuel Artime Buesa, uno de los líderes políticos de la Brigada 2506, como se denominaban pomposamente los mercenarios cubanos que habían sido derrotados en Playa Girón, cuenta con un largo historial de crímenes. El MRR tenía desde 1963 bases de operaciones y entrenamiento instaladas en Nicaragua y Costa Rica y República Dominicana. Contaba con 380 hombres, una avioneta, un barco nodriza, la Santa María y transportaba dos lanchas, la Gitana y la Monty. Entre los más destacados miembros de la base fe Nicaragua estaban el coronel y miembro de la CIA Félix Rodríguez Mendigutia, que fue después el agente de la Agencia que intervino en la ejecución de Che Guevara en Bolivia; y Santiago Álvarez (uno de los más activos activistas anticastristas hasta la actualidad. Todo ello era financiado por la CIA, que entre junio 1963 y junio de 1964 había invertido en todos esos gastos materiales y de personal cinco millones de dólares, según consta en un reciente documento desclasificado de la Agencia.

Uno de los crímenes más detestables cometidos por el MRR fue el ataque contra el mercante español Sierra Aránzazu, el cual provocó la destrucción de la embarcación y la muerte de varios ciudadanos españoles, a saber, el capitán Pedro Ibargurengoitia (42 años, de Algorta, Vizcaya) y el tercer maquinista José Vaquero Iglesias (23 años, de Villablino, León) y el segundo oficial, Francisco Javier Cabello (30 años, de Vigo, Pontevedra).

El MRR también participó abasteciendo con logística y con hombres a los bandidos en el Escambray, los cuales cometieron horrendos crímenes contra maestros y campesinos, incluso niños inocentes.

Estos criminales con los que se codea la contrarrevolución interna y que sirven de intermediarios en el financiamiento de la USAID, son los que hoy, descaradamente, hablan de derechos civiles en Cuba.

Según reportó Radio Martí en el día de ayer, la organización terrorista – Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), recomendó a la subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, hacer énfasis en los derechos civiles durante su visita a Cuba, según reportó el miembro del staff de la emisora, Dámaso Rodríguez.

El encargado de hacer esta recomendación es el connotado criminal Antonio Esquivel, presidente de la Junta patriótica Cubana y del Movimiento de Recuperación Revolucionaria.

El aludido declaró: “Porque ellos los derechos humanos los tienen vinculados a una cosa que lo da uno al nacer el Todopoderoso, lo tienen vinculado, que al dar derechos humanos quiere decir que no tienen que dar, volver al capitalismo. No, no, derechos humanos no tiene que ver nada con idealismo, capitalismo o comunismo son derechos humanos. Entonces lo que hay es que pedir lo que pidieron los polacos y lo que pidieron los checos, derechos civiles, se está cayendo la casa, no arreglan las calles, eso es lo que hay que pedir, eso es lo que yo quisiera que la señora que va ahora el día 21 haga ese favor con nosotros.”

¿Qué derecho y principios éticos pueden sostener a este personaje, con innegable pasado terrorista, para “preocuparse” por los derechos civiles de sus víctimas?

¿Conocerá, acaso, la señora Jacobson, la triste historia que involucra al MRR y a Antonio Esquivel en crímenes contra el pueblo que dice defender?

Fue este terrorista quien el 17 de febrero de 2006, en unión de varios cabecillas contrarrevolucionarios, tales como el estafador y asesino Tony Calatayud del Congreso Nacional Cubano (CNC), Rodolfo Frómeta de los Comandos F-4 y los “jefes militares” de Alpha 66, proclamaron la creación de un comité para «tumbar a bombazos» a la Revolución cubana, según denunció Jean Guy Allard.

Entre sus acciones terroristas más renombradas en que se involucró el MRR se encuentran:

4 de diciembre de 1960: Fue saboteado el tramo de la línea eléctrica que comprende desde Ciego de Ávila al poblado de Vicente, por elementos contrarrevolucionarios de la organización 30 de Noviembre. En esta ocasión fueron destruidos, mediante explosivos, varios postes del tendido eléctrico, ocasionando daños considerables. Se detectó a las organizaciones contrarrevolucionarias Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), Movimiento Demócrata Cristiano (MDC) y el Movimiento de Revolucionario Democrático (MRD) como perpetradores del hecho terrorista.

24 de diciembre de 1960 Sabotaje a la tienda Flogar mediante la detonación de un artefacto explosivo en la cafetería de la misma, ocasionando lesiones a 15 personas, entre ellas varios menores. Detrás de estos sucesos actuaron miembros del Movimiento 30 de Noviembre, del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y del Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP).

Entre los sospechosos estaba nada menos que, Carlos Alberto Montaner Suris, vecino en ese entonces de 88, número 309, esquina a Tercera A, en Miramar, y quien tenía en su domicilio un maletín de lona, cuatro detonadores, un rollo de mecha, un pomo con tres barras de fósforo vivo, dos rollos de tape, cuatro cartuchos de municiones, dos pantalones verde olivo y dos camisas de miliciano. Para ese entonces, el joven Montaner se encontraba vinculado con Manuel Artime, jefe del MRR. Junto a Montaner fueron capturados los terroristas Alfredo Carrión y Manuel Néstor Pinango Pérez.

El 31 de diciembre de 1960 estalló otro artefacto explosivo debajo de un auto estacionado en la calle 130, en Marianao, que ocasionó heridas a dos personas mayores y a Omar González Díaz, de 3 años, y a José Antonio González Pérez, un bebé de apenas 7 meses. Detrás de estos sucesos actuaron miembros del Movimiento 30 de Noviembre, del MRR y del MRP.

30 de octubre de 1977: Sabotaje al teatro Amadeo Roldán. Incendio que provocó su destrucción total, a causa de un incendio que ocasionó daños por valor de 15,8 millones de dólares. Detrás de este sabotaje estaban miembros del Movimiento 30 de Noviembre, del Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR) y del Frente Revolucionario Democrático (FRD).

Dentro de estos grupos autónomos creados por la CIA, el Movimiento de Recuperación Revolucionaria (MRR), fundado por Manuel Artime Buesa, uno de los líderes políticos de la Brigada 2506, como se denominaban pomposamente los mercenarios cubanos que habían sido derrotados en Playa Girón, cuenta con un largo historial de crímenes. 

El MRR tenía desde 1963 bases de operaciones y entrenamiento instaladas en Nicaragua y Costa Rica y República Dominicana. Contaba con 380 hombres, una avioneta, un barco nodriza, la Santa María y transportaba dos lanchas, la Gitana y la Monty. Entre los más destacados miembros de la base fe Nicaragua estaban el coronel y miembro de la CIA Félix Rodríguez Mendigutia, que fue después el agente de la Agencia que intervino en la ejecución de Che Guevara en Bolivia; y Santiago Álvarez (uno de los más activos activistas anticastristas hasta la actualidad. 

Todo ello era financiado por la CIA, que entre junio 1963 y junio de 1964 había invertido en todos esos gastos materiales y de personal cinco millones de dólares, según consta en un reciente documento desclasificado de la Agencia.

Uno de los crímenes más detestables cometidos por el MRR fue el ataque contra el mercante español Sierra Aránzazu, el cual provocó la destrucción de la embarcación y la muerte de varios ciudadanos españoles, a saber, el capitán Pedro Ibargurengoitia (42 años, de Algorta, Vizcaya) y el tercer maquinista José Vaquero Iglesias (23 años, de Villablino, León) y el segundo oficial, Francisco Javier Cabello (30 años, de Vigo, Pontevedra).

El MRR también participó abasteciendo con logística y con hombres a los bandidos en el Escambray, los cuales cometieron horrendos crímenes contra maestros y campesinos, incluso niños inocentes.

Estos criminales con los que se codea la contrarrevolución interna y que sirven de intermediarios en el financiamiento de la USAID, son los que hoy, descaradamente, hablan de derechos civiles en Cuba.

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