El exmilitar argelino Mohamed Moulessehoul presenta su novela 'A qué esperan los monos'
Mohammed Moulessehoul conocido como Yasmina Khadra, escritor argentino fotografiado en la Casa Arabe de Madrid.(DVD 701) / LUIS SEVILLANO
Cuando Yasmina Khadra era sólo un seudónimo literario brillante, aquellos escritores que trataban de identificarla tenían que tirar de fax.
Eran los noventa.
Algunos incluso vieron tras su cuidada caligrafía una mano femenina.
El misterio era fascinante. Hoy, el excomandante del Ejército argelino Mohamed Moulessehoul (Kednasa, 1955), el autor que está detrás del seudónimo y uno de los escritores árabes más traducidos, está ya harto de que le cuestionen sobre su pasado.
Le enorgullece, pero lo suyo son las letras. Porque el pasado incluye una guerra civil contra los islamistas. Porque él mismo participó en la contienda en las filas de los militares y eso le granjeó muchas críticas. Y ahora reta a todos: “A ver qué escritor occidental reúne una lista de obras como la mía”.
Hace casi 15 años que Moulessehoul, autor de títulos como Morituri,Las golondrinas de Kabul o El atentado, hoy a camino entre Francia, España -tiene una casa en San Juan, Alicante- y su país natal, dejó el Ejército para centrarse en Yasmina (el nombre de su mujer).
Con su nueva novela, A qué esperan los monos (Alianza Editorial) reclama, orgulloso, su derecho a ser uno de los mejores. Con su nueva novela,A qué esperan los monos(Alianza) reclama, desde la Casa Árabe de Madrid, su “derecho” a ser uno de los mejores de su tiempo.
Pregunta. ¿Cómo han reaccionado los argelinos ante la crítica al poder de su nueva obra?
Argelia ha renunciado a todo por tener paz: a su dignidad, a sus ambiciones, al porvenir de sus hijos
Respuesta. Hay dos tipos de reacción: la del lector argelino, que adora el libro, y la del poder, que ha lanzado a sus esbirros contra mí en la prensa y la televisión.
P. ¿Por qué?
R. Porque el libro denuncia de una forma muy fiel la descomposición de la sociedad argelina y llama a una especia de redención.
Este libro altera la conciencia argelina y pregunta por qué la corrupción se ha convertido en la soberana de todas las ambiciones; por qué hoy un país que ha perdido un millón y medio de personas en la guerra de liberación y 200.000 en la guerra contra el terrorismo ha llegado a un punto que no honra a los que ya no están.
Pero yo no doy testimonio alguno, sólo aporto una lengua que me permite que sea conocido en el mundo entero. La gente no me lee por la historia que cuento sino por la forma en la que la cuento y la lengua que uso.
P. Denuncia a las esferas de poder, pero formó parte del Ejército. ¿Lo entienden los argelinos?
R. Puede ser raro para usted o para los occidentales que nunca nos han comprendido.
El Ejército argelino combatió contra el terrorismo. Hubo 15.000 soldados muertos durante esa guerra. Ustedes piensan que somos una subnación, que no somos capaces de tener conciencia, coraje y bravura.
Siempre han pensado que el Ejército mató a civiles; de eso ha hablado toda la prensa occidental. Y ahora me alegro por desgracia de ver que, por esos errores, el terrorismo está por todo el mundo, por Libia, Túnez, Marruecos, Mauritania, Irak.
Y son sus hijos, cristianos puros, los que parten a hacer la yihad. Pese a ello, Occidente, los medios, aún no me han perdonado por haber dicho la verdad, por haber sido el primero en advertir en los años 90 contra todo esto. Continúan preguntándome qué piensan los argelinos de su Ejército. Ellos piensan que fue el Ejército el que salvó a los argelinos, eso es lo que piensan.
P. ¿Le recriminan que no viva en Argelia?
R. Tengo derecho a vivir donde quiera, no tengo que dar cuentas a nadie. He combatido 10 años contra el terrorismo y lo hemos vencido.
No estoy allí [en Francia] para justificarme o hablar de mí sino de un libro que trata de la descomposición de una nación.
Estoy allí por defender mi legitimidad de escritor, lo he dicho muchas veces, para defender mi talento, decirle al mundo que merezco los millones de lectores que tengo. La gente que me lee ha comenzado a adorarme.
Pero aún me preguntan sobre lo que piensa de mí Argelia… Siempre tengo que recordar al Ejército, ¿es justo? Quizá en Francia lo entienda, es por el racismo, la guerra con Argelia, pero, ¿en España?… He escrito libros que han conmocionado al mundo, libros fantásticos.
Peleo desde hace 15 años contra este estereotipo y para probar al mundo que soy un escritor extraordinario. No soy yo el que lo dice. Coetzee, García Márquez y Orhan Pamuk han reconocido que soy un escritor excepcional.
P. Es su pasado.
R. El pasado me ha construido, no voy a negarlo. Fui un soldado, un héroe para mi país. Fui mucho más bravo que [el general francés Charles] De Gaulle, que se convirtió en el símbolo de Francia.
P. Pero eso ha suscitado críticas en Argelia.
R. Argelia es España, es Francia, es Italia. No hay ningún país que pueda decir que es mejor que otro. La corrupción está por todos lados.
La diferencia es que los argelinos han perdido la conciencia, la noción del compromiso, del combate.
El hombre ha descubierto un dios mucho más poderoso que el dios creador: el dinero. Usted es consciente de eso y respeta a la generación de mañana.
Nosotros no somos conscientes ni tenemos respeto por esa generación, no trabajamos por nuestros hijos ni por los hijos de nuestros hijos.
Es la única diferencia entre ustedes y nosotros.
http://www.trincheradepatriotas.com/2014/11/los-terroristas-se-disfrazan-de-la.html