Pablo Gonzalez

El bloqueo a Cuba y el periodismo carroño


¿Por qué tanta indecencia e indigencia periodística en CNN en torno a la condena de la ONUal bloqueo contra Cuba? ¿Por qué tanto periodismo fétido?

El pasado 28 de octubre la Asamblea General de la ONU aprobó casi por unanimidad y por vigésimo tercer año consecutivo, la resolución titulada "Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba".

En su intervención el canciller Bruno Rodríguez Padilla denunció los costos humanitarios y económicos que el bloqueo ha ocasionado en el pueblo cubano. Sin dejar de decir la verdad, ni renunciar a los principios socialistas de la revolución, de manera protocolar y valiente, su discurso fue una forma de tenderle una mano al representante de los Estados Unidos, dándole a entender, que esta es la oportunidad para que su país recuperara algo de dignidad, y no siguiera siendo condenado por su cinismo y prepotencia anacrónica.

Las reacciones en los grandes medios no se hicieron esperar. La cadena internacional de televisión CNN (que se cree la Biblia de las noticias) en su programa Café CNN, conducido por el periodista Carlos Montero, realizó un “debate”. Los invitados fueron Carlos Alberto Montaner y Juan Carlos Hidalgo. Montero los presentó como “analistas” y “amigos de la casa”.

Montaner justificó y defendió el bloqueo porque dice que el gobierno cubano ayuda a los terroristas; espetó que la “prueba” es el barco que iba de Cuba a Corea del Norte llevando “explosivos, motores y aviones modernos”. Sostuvo que el bloqueo es un instrumento para presionar al gobierno para que permita las libertades fundamentales. Cree que moralmente no es correcto que los estadounidenses gasten dinero en países enemigos de Estados Unidos como Cuba, que es un país terrorista, que ha hecho todo lo posible por dañar a los Estados Unidos durante todo el gobierno de Fidel Castro. 

Todas estas falacias solo puede decirlas un individuo como él, agente de la CIA, que trabaja disfrazado de periodista y goza del beneplácito de toda la prensa SIP. Desde su perspectiva los 188 países, cuyos representantes votaron a favor de la resolución presentada por Cuba, están equivocados. Montaner sabe que los argumentos que esgrime son falsos, pero ese es su trabajo (negocio). Conoce -y eso le desespera- que políticos responsables e intelectuales serios de Estados Unidos no creen ya lo que él dice, y están en contra del bloqueo. Sabe que importantes medios influyentes como The New York Times están a favor de poner fin al criminal bloqueo. Si Montaner no trabajara para la CIA, sería un desempleado en Estados Unidos o estaría preso por terrorista en Cuba. Como mercenario que es, ha vivido a costas de calumniar, menospreciar y atacar a su patria.

La participación de Hidalgo -el otro “analista” en el “debate”- se limitó al argumento de que cincuenta y tres años no han funcionado como presión contra el gobierno cubano, y se perdió en las minucias de si en el barco iban o no aviones nuevos, o si Estados Unidos permitía que sus ciudadanos viajen o no a Corea del Norte o Irán.

Debate, significa confrontar ideas, exponer posturas y argumentaciones distintas sobre un tema. Eso nunca existió entre los “amigos de la casa”. Lo patético fue que al inicio y final del “debate” Carlos Montero dijo, que se trataba de dos analistas con “puntos de vista diametralmente opuestos” (para variar Montaner usó el 70% del tiempo mientras que Hidalgo solamente el 30%).

¿Por qué tanta indecencia e indigencia periodística en CNN? ¿Por qué tanto periodismo fétido? El prontuario de Montaner (hijo de batistianos) es grande, aquí dos datos: en 1960 por poner bombas en tiendas y cines de La Habana fue detenido y recluido en un centro para menores. Y en 1973 -dice su propio amigo, el terrorista Orlando Bosch, en su libro Los años que he vivido-, facilitó un vehículo a un comando terrorista que intentó asesinar en París al Comandante de la Revolución Cubana Ramiro Valdés. Es esa la moral que siempre le ha acompañado a Montaner.

Las sandeces que lanza el “analista” Montaner responde también a la desesperación que no lo deja dormir, y que es la misma desesperación que tiene la mafia cubanoamericana de Miami y la gusanera “disidente” en la Isla.

Todo indica que el negocio de vivir del crimen, la publicidad y la calumnia están en peligro.

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