El presidente de EE.UU. y el Congreso de este país son "responsables directos de la tragedia de los 43 estudiantes desaparecidos en México", así como de la degradación del sistema de seguridad mexicana, causa de la crisis política actual.
El ciego apoyo del Gobierno de EE.UU. al presidente mexicano, Peña Nieto, ha ayudado a crear en México un contexto de impunidad absoluta en la que los secuestros y masacres, como los del caso de Iguala, son posibles, escribe en un artículo para 'Foreign Policy' el profesor del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México John M. Ackerman.
"De hecho, Obama ha sido uno de los más acérrimos defensores de Peña Nieto desde el principio. Incluso antes de que se conocieran los resultados de las presidenciales mexicanas en 2012, el presidente de EE.UU. ya había felicitado a Peña Nieto por su victoria", dice el autor.
Pero desde que Peña Nieto asumió el poder el 1 de diciembre de 2012, el cumplimiento de la ley por las estructuras gubernamentales ha sido abominable, señala.
Las autoridades mexicanas investigan solo el 6,2% de todos los delitos. La delincuencia, así como el nivel de secuestros, ha aumentado considerablemente.
Los homicidios se mantienen en un nivel sin precedentes, en 2013 fueron registrados casi 23.000 asesinatos.
La complicidad del Gobierno de EE.UU. con la crisis de la violencia, la corrupción y los abusos de derechos humanos en México "va mucho más allá de las palmadas en la espalda" que le da Obama a Peña Nieto en cada encuentro, señala el profesor. EE.UU. ha enviado por lo menos 3.000 millones de dólares en asistencia a México en los últimos seis años, además de una enorme cantidad de gastos secretos para el sector militar y el de seguridad.
Actualmente, en todo el país latinoamericano existen numerosos "centros de fusión" para el intercambio de datos de inteligencia entre los servicios de EE.UU. y México. Los drones estadounidenses sobrevuelan constantemente el territorio mexicano, añade el autor.
Washington y Ciudad de México justifican la amplia participación de EE.UU. en la lucha contra la delincuencia interna de México diciendo que el Gobierno de Peña Nieto necesita todo el apoyo que pueda conseguir con el fin de acabar con los poderosos cárteles de la droga y realizar la reforma de la Policía local.
Pero la involucración de los policías locales en el caso de Iguala, los informes de que los agentes de EE.UU. actuaban en México disfrazados de militares mexicanos, así como la reciente revelación de otra desaparición de estudiantes en Guerrero, hace pensar en la otra cara de esta moneda.