James Foley junto a extremistas en Siria.
Numerosas fuentes señalan hace unas horas el sospechoso actuar del decapitado periodista estadounidense James Foley, en actividades de espionaje a favor de Estados Unidos y de la OTAN en el Medio Oriente.
Muerto en Irak a manos de un mercenario británico perteneciente al EIIL, cuyo entrenamiento corrió a manos del SAS, la CIA y el Mosad, su espectacular y repudiable deceso parece ocultar una oscura conspiración.
Se sabe que James Foley estuvo en Libia en 2011, siendo detenido durante varios meses bajo sospecha de servir como indicador de blancos para las tropas norteamericanas y de la OTAN, durante la ofensiva que dio al traste con el gobierno de Ghadafi.
Fue uno de los agentes encubiertos como periodistas que actuó contra la Jamahiriyah Árabe de Libia.
Foley con rebeldes libios
Luego de ser liberado, viajó a Siria, donde reanudó su labor de espionaje a favor de las fuerzas occidentales.
Lo sorprendente de su asesinato con gran ensañamiento, ocurrido en el barrio de Azma Vzbhoh, no fue solo el hecho de que muriera en manos de un británico, sino que la forma en que se llevó a cabo la decapitación responde a técnicas enseñadas por la CIA y el Mosad a los extremistas islámicos, con el propósito de sembrar pánico entre sus oponentes.
El empleo de agentes operacionales como periodistas no es nuevo y se sabe que los servicios enemigos la utilizan actualmente en zonas de guerra para obtener valiosa información sobre concentración de fuerzas enemigas, elaboración de perfiles de líderes, localización de objetivos, evaluación in situ del resultado de ataques con drones y fuerzas especiales, así como difusión de rumores e informaciones tendientes a sembrar confusión y desánimo entre la población.
Otra de sus funciones es ofrecer información manipulada sobre los conflictos, las que se impostan posteriormente a la opinión pública internacional.
En el caso de Foley, se sabe que cumplió este tipo de misiones en varios países del Medio Oriente.
Hay quienes tienen conocimiento de que Foley transmitió información sobre los ataques en Libia y Siria para confirmar el éxito de los ataques contra blancos de la OTAN o, en caso adverso, ofreciendo nuevas coordenadas para repetir las acciones hasta la destrucción total de los objetivos.
No me cabe la menor de las dudas de que Foley fue asesinado por los propios partners para los que trabajaba.
Fue eliminado porque resultaba un serio peligro para los servicios enemigos, en una dudosa operación de bandera falsa.
De la muerte de Foley quien mayores ventajas saca son los propios Estados Unidos, quienes sabrán explotar adecuadamente el patrioterismo entre sus ciudadanos, para alejarlos de las crisis que los afectan.
EE UU juega otra vez al bueno de la película, a la par que justifica la ampliación de su injerencia en el Medio Oriente.
Percy Francisco Alvarado Godoy
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