Pablo Gonzalez

Discurso de Stalin sobre la guerra de liberación contra el invasor nazi


Discurso en la Plaza Roja .7 de noviembre de 1941 

Camaradas soldados y marinos rojos, jefes y colabores políticos, obreras y obreros, koljosianos y koljosianas, trabajadores intelectuales, hermanos y hermanas que os encontráis temporalmente bajo el yugo de los bandidos alemanes en la retaguardia del enemigo, gloriosos guerrilleros y guerrilleras que destruís la retaguardia de los invasores alemanes:

En nombre del gobierno soviético y de nuestro Partido bolchevique os saludo y felicito con motivo del 24 aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

Camaradas: Tenemos que celebrar hoy el 24 aniversario de la Revolución de Octubre en condiciones difíciles. La pérfida agresión de los bandidos alemanes y la guerra que se nos ha impuesto han creado una amenaza para nuestro país.

 Hemos perdido temporalmente una serie de regiones, el enemigo ha llegado a las puertas de Leningrado y de Moscú. 

El enemigo contaba con que ya después del primer golpe nuestro ejército sería dispersado y nuestro país sería puesto de rodillas. Pero se ha equivocado rotundamente.

 A pesar de los reveses temporales, nuestro ejército y nuestra flota rechazan heroicamente los ataques del enemigo en toda la extensión del frente, causándole grandes pérdidas; mientras tanto, nuestro país, todo nuestro país, se ha organizado en un campo único de combate, para, junto con nuestro ejército y nuestra flota, derrotar a los invasores alemanes.

Ha habido días en que nuestro país se ha visto en situación más difícil todavía. Recordar el año 1918, cuando celebrábamos el primer aniversario de la Revolución de Octubre.

 Entonces, las tres cuartas partes de nuestro país se encontraban en manos de los intervencionistas extranjeros. 

Habíamos perdido temporalmente Ucrania, el Cáucaso, el Asia Central, los Urales, Siberia y el Extremo Oriente. No teníamos aliados, no teníamos Ejército Rojo, que solo entonces comenzábamos a organizar; nos faltaba pan, nos faltaba armamentos, nos faltaban equipos. 

Entonces, nuestro país se encontraba asediado por 14 Estados. Pero no nos desalentamos ni perdimos el ánimo.

 En el fuego de la guerra organizamos el Ejército Rojo y transformamos nuestro país en un campamento militar. El espíritu del gran Lenin nos inspiraba entonces para la guerra contra los intervencionistas. ¿Y qué pasó?

 Derrotamos a los intervencionistas, reconquistamos todos los territorios perdidos y alcanzamos la victoria.

Ahora, la situación de nuestro país es mucho mejor que hace 23 años. Ahora, nuestro país es muchas veces más rico en el aspecto industrial, en víveres y en materias primas que hace 23 años. Ahora tenemos aliados, que formaban un frente único con nosotros contra los invasores alemanes.

 Ahora contamos con la simpatía y el apoyo de todos los pueblos de Europa que se encuentran bajo el yugo de la tiranía hitleriana. 

Poseemos ahora un magnífico ejército y una magnífica flota, cuyos combatientes defienden con su pecho la libertad y la independencia de nuestra Patria. No sufrimos gran escasez de víveres, ni de armamento, ni de equipos. 

Todo el país, todos los pueblos de nuestro país apoyan a nuestro ejército y a nuestra flota, ayudándoles a derrotar a las hordas invasoras fascistas alemanas. Nuestras reservas humanas son inagotables. El espíritu del gran Lenin y su bandera victoriosa nos inspiran ahora para la Guerra Patria lo mismo que hace 23 años.

¿Se puede acaso dudar de que podemos y debemos vencer a los invasores alemanes?

El enemigo no es tan fuerte como lo representan algunos intelectualillos asustados. No es tan fiero el tigre como lo pintan.

 ¿Quién puede negar que nuestro Ejército Rojo ha puesto muchas veces en desordenada fuga a las tan ponderadas tropas alemanas? 

Si juzgamos no por las jactanciosas declaraciones de los propagandistas alemanes, sino por la verdadera situación de Alemania, no será difícil comprender que los invasores fascistas alemanes se encuentran ante la catástrofe.

 En Alemania reina hoy el hambre y la miseria. En cuatro meses de guerra Alemania ha perdido cuatro millones y medio de soldados. 

Alemania se desangra, sus reservas humanas se agotan, el espíritu de rebeldía se apodera no solo de los pueblos de Europa subyugados por los invasores alemanes, sino del propio pueblo alemán, que no ve el fin a la guerra. Los invasores alemanes ponen en tensión sus últimas fuerzas. 

No cabe duda de que Alemania no puede sostener durante mucho tiempo esta tensión.

 Dentro de algunos meses, dentro de medio año, quizás dentro de un año, la Alemania hitleriana ha de derrumbarse bajo el peso de sus crímenes.

¡Camaradas soldados y marinos rojos, jefes y colaboradores políticos, guerrilleros y guerrilleras! 

Todo el mundo ve en vosotros la fuerza capaz de aniquilar a las bandidescas hordas de los invasores alemanes.

 Los pueblos esclavizados de Europa, caídos bajo el yugo de los invasores alemanes, os miran como a sus liberadores. Os ha tocado cumplir una gran misión liberadora. 

¡Sed dignos de esta misión!

La guerra que sostenéis es una guerra de liberación, una guerra justa.

¡Que os inspiren en esta guerra las viriles figuras de nuestros grandes antepasados: Alejandro Nevsky, Dimitri Donskoy, Kuzmá Minin, Dimitri Pozharski, Alejandro Suvórov y Mijail Kutúzov!

¡Que flamee sobre vosotros la bandera victoriosa del gran Lenin!

¡Por la completa derrota a los invasores alemanes!

¡Muerte a los ocupantes alemanes!

¡Viva nuestra gloriosa Patria, su libertad y su independencia!

¡Bajo la bandera de Lenin, adelante, hacia la victoria!


J. STALIN .

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