A días de la segunda vuelta electoral para definir si el próximo presidente de Colombia es el actual mandatario, Juan Manuel Santos, o el uribista Oscar Zuluaga, el responsable del proyecto "Preparémonos para la paz", Iván Marulanda, afirmó que un cambio de figura presidencial trabaría las negociaciones con las FARC y el país regresaría "al peor escenario de la confrontación".
"Si el ganador de la elección presidencial es Santos, las negociaciones de La Habana entrarán en la recta final sin contratiempos y estaremos refrendando los acuerdos en pocos meses; esa otra etapa no será fácil, pero ya estaremos en el punto de no retorno", aseguró el dirigente, que desde 2012 trabaja en busca de acuerdos para la Colombia del posconflicto.
En cambio, si gana el opositor, "el proceso se detendrá por completo mientras el nuevo gobierno revisa lo que se ha acordado hasta ahora en La Habana" y "luego se reanudarán las negociaciones en dos pistas: una, renegociando lo negociado, porque con seguridad muchas de las cosas acordadas (que no conocemos porque son confidenciales) son inaceptables para la extrema derecha que representa Zuluaga", auguró Marulanda.
La otra vía será "negociando las nuevas condiciones que impondrá el gobierno para que el diálogo de paz continúe; este lapso será hostil en la mesa de negociación y en el ambiente que generará en el país, que incluirá acciones armadas feroces, y en pocos meses tendremos rotas las negociaciones y regresaremos al peor escenario de confrontación", completó el especialista, en diálogo telefónico con Télam desde Medellín.
Marulanda es economista y político formado en el Partido Liberal, y fue alcalde, legislador y constituyente en 1991. Desde 2012, apenas se anunciaron las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC, comenzó a trabajar con el auspicio de la gobernación de Antioquia en planes y compromisos para consolidar en acciones los acuerdos que se firmen.
Desde esa perspectiva, señaló que si el ganador de las elecciones del próximo domingo es el candidato del expresidente Alvaro Uribe, Zuluaga, "los diálogos se arruinarán y al final se cerrará la posibilidad de una paz negociada, se cerrará por muchos años".
Por otra parte, Marulanda ubicó en la falta de ideas políticas en el país el motivo por el que más de 60 por ciento del electorado no participó en la primera vuelta de las elecciones en las que se pone en juego la obtención de la paz luego de más de 50 años ininterrumpidos de conflicto.
"No hay partidos políticos en Colombia, los candidatos se presentaron por casas políticas formadas en los últimos años, en procesos promiscuos atravesados por intereses burocráticos más que por ideas y proyectos de país, y la población no tiene referentes políticos en donde verse representada", describió.
En este sentido, destacó la falta de líderes: "Uribe es el único, pero debe recurrir a otro candidato porque no puede ser reelecto; en síntesis, no hay causas, ni casas, ni líderes políticos que convoquen a la gente, que les den esperanza; los viejos partidos están acabados por la corrupción, el clientelismo y la decadencia intelectual", sostuvo.
Asimismo, "el proceso electoral ha sido corrupto y sucio", con "ríos de dinero público y de orígenes extraños en el clientelismo y la compra de votos", así como "insultos, escándalos de hackers y denuncias de dineros de la mafia en la política", y "en este ambiente, la población se hastió y tomó distancia", agregó.
-¿Pero a la gente le interesa el tema de la paz?, preguntó Télam.
-Esa es otra razón. La campaña se polarizó sobre el tema de la paz y nadie sabe de qué se trata este asunto. El gobierno no informó a la población acerca de lo que significa el proceso de paz, sus razones, sus procedimientos, sus posibles desenlaces y sus eventuales consecuencias.
"Desde la experiencia de mi trabajo diario digo que las comunidades ignoran por completo el tema; cuando se les explica, de inmediato toman posición y pasan a una actitud de compromiso, pero el gobierno se concentró en el escenario de La Habana y abandonó el país, no le explicó los diálogos de paz ni lo motivó", añadió.
En este sentido, analizó el especialista, "la paz no ha tenido liderazgo; por el contrario, se ha hecho ostentación del secretismo y se dejó la sensación de que la paz pertenece a un club exclusivo de personalidades, y en estas condiciones la campaña electoral se centra en la paz, que es un fantasma para la gente del común; mientras tanto, los opositores hacen fiesta con el miedo".
Marulanda resaltó que en ese escenario las elecciones afectaron su trabajo en busca de soluciones para el posconflicto: "La incertidumbre sobre el resultado final y, sobre todo, la creciente expectativa electoral a favor de Zuluaga, tienen paralizado el escenario de construcción de paz", advirtió.