Al definir los nuevos lineamientos de la política exterior de Estados Unidos, el presidente Barack Obama ha alegado este miércoles que su país debe ser el único que decida sobre los acontecimientos mundiales.
“EE.UU. siempre debe liderar el mundo.
Si no, nadie lo hará. El Ejército es y siempre será la espina dorsal de ese liderazgo”, ha señalado Obama en un discurso ante los cadetes de la academia militar de West Point, en el estado de Nueva York.
Si no, nadie lo hará. El Ejército es y siempre será la espina dorsal de ese liderazgo”, ha señalado Obama en un discurso ante los cadetes de la academia militar de West Point, en el estado de Nueva York.
En sus declaraciones sobre la política exterior de Washington, Obama ha considerado “ingenua e insostenible” tener que recurrir a la fuerza militar como una estrategia para resolver las crisis que atraviesan el mundo y ha insistido en que la guerra no es la única solución.
En esta línea, ha admitido que tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), “algunos de nuestros errores más costosos no surgieron de nuestra prudencia sino de nuestra voluntad de precipitarnos a aventuras militares sin pensar en todas las consecuencias”.
Pese a tales comentarios, el mandatario ha propuesto la creación de un fondo de 5000 millones de dólares destinados a cumplir los intereses militares de EE.UU. y sus aliados en todo el mundo, entre ellos, respaldar las operaciones militares de Francia en Malí y apoyar a los mercenarios que operan en Siria.
Lo más sorprendente es que Obama ha defendido paralelamente la búsqueda de una solución política para la crisis siria y ha prometido cooperar con sus aliados europeos y árabes al respecto.
El periódico estadounidense ‘The Wall Street Journal’ anunció el martes que Obama pretende enviar una misión militar al país árabe para entrenar a los terroristas que luchan contra el Gobierno de Damasco.