El carbón, el petróleo y el gas se terminan en Europa, según un informe.
Esta situación arroja serias dudas sobre los planes de los políticos europeos para reducir su dependencia energética de Rusia.
Los empresarios alemanes instaron a su Gobierno a no reforzar sanciones contra Rusia, ya que eso repercutiría en la economía alemana.
Por su parte el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank- Walter Steinmeier, subrayó que prefería "la cooperación en vez de la confrontación" con Moscú, dijo en una entrevista a 'Thüringische Landeszeitung'.
"Debemos evitar caer en un modo automático [de sanciones], que solo conduce a un callejón sin salida y no deja más opciones políticas", señaló el canciller.
Parece que los países europeos están tratando de encontrar un equilibrio entre el rechazo categórico de la política de Rusia y los estrechos lazos económicos con ella.
Apocalipsis energético
Era de esperar puesto que Europa, cuyos recursos naturales se agotan rápidamente, depende de los recursos alternativos.
"El carbón, el petróleo y el gas en Europa llegan a su fin, y se necesitan fuentes alternativas", indica el informe del Instituto Británico de Sostenibilidad Global (Global Sustainability Institute), informa el diario ruso 'Vzgliad'.
El informe pintó un panorama sombrío en toda Europa. Así, señala que dentro de tres años en el Reino Unido desaparecerán las reservas propias de gas natural, dentro de cuatro años y medio desaparecerá el carbón, y en cinco años, el petróleo.
En cuanto a Francia, la situación en la esfera de la energía es aún peor: en menos de un año se quedará sin estos tres elementos.
La situación con el carbón no es tan crítica. Así, Bulgaria tiene un suministro de carbón para unos 34 años y Alemania para 250 años, aunque en menos de un año no tendrá de dónde extraer petróleo.
Varios expertos y otros informes anteriores confirman la previsión aparentemente apocalíptica del Instituto Británico de Sostenibilidad Global. Según BP, para el período de entre 2000 y 2012 las reservas probadas de gas en la UE se redujeron a menos de la mitad: de 3,8 a 1,7 billones de metros cúbicos.
En la esfera del petróleo las tendencias son más negativas: la producción en la UE se redujo a menos de la mitad, de 157 a 69 millones de toneladas, advierte el director del Instituto de Energía y Finanzas ruso, Serguéi Aguibálov. "La producción en Europa solo seguirá disminuyendo", subraya el experto.
Dependencia de los países vecinos
Por lo tanto, Europa Occidental pronto será aún más dependiente de países como Rusia, Noruega o incluso Catar, que disponen de recursos ricos en minerales, concluye el director del Instituto GSI, Eld Jones.
"Y la tendencia crecerá, a menos que tomemos medidas decisivas", dijo.
El agotamiento de los recursos naturales en Europa hace más vulnerable a la subida de los precios energéticos, indican los expertos.
Además, la UE sufre de una electricidad cara, lo que socava la competitividad de la industria europea y la economía de la UE en su conjunto.
EE.UU. no es capaz de suministrar a Europa gas y petróleo baratos.
Primero, técnicamente todavía no pueden hacerlo. En segundo lugar, EE.UU. no tiene tantos recursos para los volúmenes de energía que demanda la UE.
Y lo más importante es que Washington no puede ni quiere vender energía a Europa a un precio bajo.
El objetivo de EE.UU. es otro: no busca ayudar a Europa con recursos baratos, sino ganarse su mercado.
Y para ello también hay que presionar a Rusia en el mercado europeo de la energía.
Es por eso que se ha desarrollado el escenario ucraniano, opina el analista Alexánder Poligálov.