El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia instó a las autoridades de facto en Ucrania a desistir de todo tipo de “preparativos militares” para poner fin a las protestas prorrusas que se desarrollan, desde hace varias semanas, en las regiones orientales ucranianas, ya que ésta “pueden desatar una guerra civil”.
Moscú reveló que Kiev ha enviado tropas del Ministerio del Interior y de la Guardia Nacional a ciudades como Donetsk, Lugansk y Járkov, donde los habitantes y los gobiernos locales exigen la celebración de un referendo para separarse de Ucrania y adherirse a Rusia.
“La misión que se les ha encomendado es aplastar las protestas de los habitantes del sureste del país, que hoy día cuestiona la política de las actuales autoridades de Kiev”, reseña el texto de la Cancillería rusa.
El escrito también resaltó que “causa especial preocupación el hecho de que en esta operación participan cerca de 150 especialistas estadounidenses de la organización militar privada ‘Greystone’, que visten uniforme de la unidad (especial ucraniana) Sókol”.
“Los participantes y organizadores de esta provocación asumen una enorme responsabilidad por crear amenazas a los derechos, las libertades y la vida de ciudadanos pacíficos de Ucrania y a la estabilidad de Estado”, concluye la declaración.
En tanto, el ministro de Exteriores de Kremlin, Serguei Lavrov, denunció que “la aplicación de la fuerza en respuesta a las demandas legítimas del sureste de Ucrania es inaceptable”.
Durante una conversación telefónica con su homólogo ucrania, Andréi Deschitsa, Lavrov instó a Kiev a tomar medidas urgentes para celebrar un diálogo nacional con la participación de todas las fuerzas políticas y las regiones de Ucrania, teniendo en cuenta sus intereses para hacer una profunda reforma constitucional.
Además, el Canciller ruso exigió respetar las aspiraciones de los habitantes del sureste de Ucrania y la inadmisibilidad de los intentos de usar la fuerza en respuesta a las necesidades legítimas respecto a sus derechos lingüísticos, culturales y socioeconómicos.
El pasado fin de semana, miles de manifestantes ucranianos se concentraron en las principales calles de Donetsk, Lugansk y Járkov, para reiterar su rechazo al nuevo Gobierno central en Kiev y exigir su separación de Ucrania, a través de un referendo como el celebrado el pasado 22 de marzo en Crimea.