Pablo Gonzalez

La "regla de los 5 segundos" es verdadera.


Un experimento reveló que el tiempo transcurrido durante el contacto entre la comida y el suelo es proporcional a la cantidad de bacterias transferidas al alimento, avalando el conocimiento popular –que muchos consideran un mito– de que es “seguro” comer algo que estuvo en contacto con el piso durante menos de cinco segundos.

Durante el experimento se dejaron caer diferentes comestibles sobre distintas superficies y, curiosamente, resultó que el potencial más bajo de transferencia de bacterias se da cuando el suelo tiene una alfombra, mientras que las superficies más contaminantes resultaron ser la madera y los azulejos.

Lo de la alfombra, tras pensarlo un instante, tiene perfecto sentido: la cantidad de superficie en contacto es mínima, con una enorme cantidad de espacio entre ella y el alimento. 

En contraste y consecuencia, las superficies más lisas, como el azulejo, maximizan los puntos de contacto y facilitan el paso de las bacterias.

 Es lógico suponer también que la textura del alimento juega un rol similar.

Pese a todo, en general, la “regla de los cinco segundos” parece aplicarse en todos los casos: es básicamente seguro comer algo que estuvo en el piso por menos de ese lapso, aunque, por supuesto, depende del ambiente y del tipo de bacterias presentes en ese momento (en el estudio se midió la presencia de E. coli y Staphylococcus aureus).

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