Pablo Gonzalez

El Consumo de proteína animal y la diabetes


Un estudio que buscaba la relación entre genética y estilo de vida con la diabetes entre europeos indica que el consumo de proteína animal es factor importante para el desarrollo de esta enfermedad.

Amantes de la carne, tiemblen. 
Sé que es difícil resistirse a un jugoso filete, a las hamburguesas o al tocino, pero los estudios más recientes de la Asociación Americana de Diabetes revelan que las personas que consumen proteínas animales en mayores cantidades tienen probabilidades más altas de desarrollar diabetes, además de la predisposición genética que se pueda tener a la enfermedad.

Los resultados se obtuvieron a partir del análisis de los hábitos alimenticios de las personas que participaron en el estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition). 

Este es el estudio más grande que se ha realizado en términos de muestra, casos y seguimiento.

El objetivo del estudio era encontrar la relación entre genética y estilo de vida con la incidencia de la diabetes en Europa. 

Como instrumento de investigación se utilizaron cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos para determinar los hábitos alimenticios de los participantes. 

Se encontró que por cada 10 gramos adicionales de proteína animal consumida, el riesgo de desarrollar diabetes incrementaba un 13%.

Las conclusiones generales indican que entre mayor consumo de proteínas animales, las vegetales quedan excluidas, y más alto es el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre la población europea. 

No es la primera vez que algún estudio relaciona el consumo de carnes, es decir, proteína animal con el desarrollo de otras enfermedades.

Aquí hay algo a tomar en cuenta y es que en repetidas ocasiones la relación carne-mala salud es bastante obvia, deberíamos considerar la reducción o eliminación del consumo de carnes y proteínas animales en nuestra dieta. 

No sólo se trata del amor a los animales o de luchar por sus derechos, que razones hay de sobra, también se trata de cuidar el ambiente y algo más importante, nuestra salud.

Existen muchas alternativas a la carne y las verduras pueden ser igual de deliciosas. 

La carne es muy rica, lo sé, pero cuando reduces su consumo tu cuerpo cambia, te sientes más ligero y los problemas digestivos aminoran, al menos esa ha sido mi experiencia.

A veces pienso en lo que sería pasar toda la vida encerrada, hacinada, golpeada y con el estómago lleno, entonces me dan ganas de comerme una ensalada. 

Para mí no vale la pena tal maltrato a un animal que después de comerlo me hará sentir mal físicamente, si para ti lo vale, te invito que a que pienses en tu salud y en las probabilidades que tienes de desarrollar una enfermedad con la que tendrás que lidiar el resto de tu vida y que lo primero que te diga el doctor es que no debes dejar de consumirla.

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