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La corrupción es un grave problema para muchos países. ¿Cuál es la situación en EEUU, el país más democrático y desarrollado, como se suele definir a sí mismo?
Es bien sabido que un candidato a la presidencia de EEUU debe reunir al menos mil millones de dólares para pagar su campaña electoral. Este dinero lo tiene que abonar alguien y, tras asumir el cargo, el presidente deberá pagar las deudas, porque, como dice un refrán ruso: Solo hay queso gratis en las ratoneras.
El diario británico The Guardian publicó recientemente un artículo sobre los tres candidatos a embajador en Noruega, Hungría y Argentina, George Tsunis, Noah Mamet y Colleen Bell, respectivamente.
Estos señores habían destinado a la financiación de la campaña electoral de Obama cuatro millones doscientos mil dólares. El mes pasado su nominación causó gran indignación cuando durante la audiencia en el Senado se supo que no tenían casi ninguna experiencia diplomática.
La Asociación del Servicio Exterior Estadounidense está por decidir si protestarán públicamente contra designaciones como embajadores de semejantes candidatos cuya "labor" podría tener "consecuencias para la seguridad nacional de EEUU".
En el año 2013, dos profesores de la Universidad Estatal de Pensilvania, Johannes W. Fedderke y Dennis Jett, tras analizar fuentes de acceso público sobre los principales contribuyentes a la campaña presidencial de Barack Obama, descubrieron una directa relación y luego la política de recursos humanos de la Casa Blanca en el servicio exterior.
Resultó que un 30 % de las plazas vacantes se adjudicaron a los amigos y patrocinadores de Obama.
Las más solicitadas y, por lo tanto, "caras" son las misiones diplomáticas en París y Mónaco. Se valoran en más de seis millones de dólares en donaciones directas al fondo electoral del actual presidente de la nación.
El cargo de embajador de EEUU en Gran Bretaña "cuesta" algo menos, unos dos millones trescientos mil dólares.
En 2009 estalló un escándalo en torno al nombramiento de Louis Susman, designado para ocupar la jefatura de la misión diplomática estadounidense en Londres, que había recaudado el dinero para la campaña de Obama.
No tenía ninguna experiencia como diplomático, lo cual no le impidió mantenerse en el cargo hasta 2013.
A finales de 2012, se armó otro escándalo cuando para reemplazarle propusieron la candidatura de Anna Wintour, la directora de la edición estadounidense de Vogue y una de las principales donantes de la campaña de reelección del presidente. Pero el plan no prosperó.
El antecesor de Obama, George W. Bush, tampoco se olvidó de sus benefactores. A lo largo de su presidencia propuso a catorce de sus donantes para cargos diplomáticos.
En 2007, por ejemplo, recomendó para embajador en Bélgica al millonario Sam Fox, que donó sumas importantes a su fondo electoral. Ante una desaprobación del Senado envió a su amigo a Bruselas sin el consentimiento de los senadores.
Ahora en EEUU se estudia la posibilidad de aprobar normas que establezcan para los candidatos a los cargos diplomáticos unos requisitos mínimos, como ciertos conocimientos de la lengua y la cultura del país donde se les destine.
Pero todavía son solo planes.
http://spanish.ruvr.ru/2014_03_05/Cuanto-cuesta-ser-embajador-de-EEUU-2362/