Este miércoles se conocieron las primeras pruebas de militares colombianos activos que participaron en el espionaje a los negociadores de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
La sala de interceptación funcionaba dentro de un restaurante que funcionó como fachada en el barrio Galerías de Bogotá.
Blu Radio reveló un completo rompecabezas con los hackers y las fotografías que ellos mismos publicaron en sus cuentas de Facebook donde se evidencia la presencia de militares uniformados en el lugar.
Los ‘hackgamers’ colgaron en las redes al menos 24 fotografías que indican de la presencia de los uniformados en la sala de interceptación.
De hecho, los encargados del ‘reclutamiento’ de los ‘hackers’ también dejaron pistas en Facebook de sus actividades clandestinas de chuzadas.
De ahí surgieron las pruebas que hoy reveló Blu Radio y que advierten de la presencia de los uniformados en ‘Andrómeda’.
Sin embargo, luego del escándalo todos los participantes de los seguimientos y expertos en sistemas cancelaron las cuentas en las redes sociales.
Las pruebas surgen horas después de que el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunciara la destitución de los militares involucrados en la operación.
Los relevados son relevó el jefe de Inteligencia del Ejército, general Mauricio Ricardo Zúñiga, y el director de la Central de Inteligencia Técnica del Ejército (Citec), general Oscar Zuluaga.
En paralelo, la Corte Constitucional de Colombia pidió al gobierno, al Congreso y a la Fuerza Pública asumir responsabilidades en el caso de las supuestas escuchas ilegales de un sector del Ejército contra líderes de izquierda y el equipo negociador del Ejecutivo en los diálogos con las FARC en Cuba.
El presidente de Corte Constitucional, Jorge Iván Palacio, señaló en un comunicado que la Procuraduría (Ministerio Público y órgano de control disciplinario) y la Fiscalía deben iniciar y culminar "pronta y eficazmente las investigaciones en orden a cumplir y vigilar la garantía efectiva de las libertades ciudadanas".
La revista Semana reveló el martes que un grupo de militares, exmilitares y expertos en informática supuestamente espiaron desde una central clandestina de Bogotá a líderes de la izquierda y a los negociadores del Gobierno en el proceso de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Entre los investigados gubernamentales están el jefe negociador, el ex vicepresidente Humberto de la Calle; el alto comisionado para la Paz, Sergio Jaramillo; o el director de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), Alejandro Eder.
La Corte recordó que como Colombia es un Estado Constitucional de Derecho "las atribuciones de las autoridades públicas deben ceñirse estrictamente a la Constitución y la ley, siendo responsables por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones".
"Semana" insiste. El director de la revista colombiana "Semana", Alejandro Santos, le dijo a Blu Radio que el equipo de investigación de la revista tiene pruebas de que sí se realizaban actividades ilegales en el local del barrio Galerías de Bogotá donde se llevaba a cabo el ejercicio de inteligencia militar denominado ‘Andrómeda’.
En apenas 48 horas la posición del gobierno frente a las revelaciones de la publicación, aparecidas el lunes pasado, cambió abruptamente, pues el presidente Juan Manuel Santos pasó de señalar que había una ‘mano negra’ tratando de perturbar el proceso de paz, a afirmar que en el ‘restaurante’ Buggly se llevaba a cabo una operación de inteligencia totalmente legal.
Alejandro Santos explicó a Blu Radio que tiene las pruebas de las interceptaciones a Humberto De la Calle, Alejandro Eder y Sergio Jaramillo, todos parte del proceso del gobierno con las FARC.
Aún no considera revelar las pruebas por los peligros que podrían correr tanto la fuente de información como los periodistas que llevaron a cabo el despliegue de la misma.
El directo de Semana dijo que próximamente harán nuevas revelaciones alrededor del tema de las chuzadas del Ejército y recordó que cuando ese mismo medio descubrió las chuzadas del DAS también se intentó desvirtuar el resultado de la investigación periodística.
El Ejército Nacional quedó bajo sospecha desde el pasado lunes cuando Semana denunció el espionaje a los negociadores de paz en La Habana.
Según la información de la revista, hubo un cuartel militar de chuzadas que operaba a sus anchas en el barrio Galerías de Bogotá, y que puso en entredicho a dos generales de inteligencia.
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