¿Quién liberó la 'fábrica de la muerte' de Auschwitz?

¿Quién liberó la 'fábrica de la muerte' de Auschwitz?

Los Rastrojos de Uribe


En Colombia persiste desde hace décadas, con el espionaje, la más sangrienta guerra sucia, y un proceso de exterminio de toda forma de oposición social y política de la izquierda no armada que imposibilita la consolidación de la unidad de una fuerza de oposición democrática de izquierda, y que hoy nuevamente y con sus múltiples representaciones populares, es un objetivo militar del régimen que con unas fuerzas militares terroristas no le apostarán a una paz digna.

Las estructuras criminales de las Fuerzas Armadas de la oligarquía no están preparadas para la paz, los últimos “hechos de guerra contra la paz” lo demuestran, y no se trata como aduce el ministro de defensa de actos aislados, en realidad es una guerra del ministerio de defensa y del Estado Colombiano contra la paz que no se reduce a los importantes acercamientos en la Habana, pues en realidad de lo que se trata es de un profundo proceso de construcción popular, desde las bases de la sociedad, y como producto de la lucha por la transformación social, y como ejercicio del poder popular.

Si esta búsqueda se contraviene desde los sectores las propias estructuras del ejército, entonces, ¿de qué paz habla Santos?

Mientras, los generales y los paramilitares de Uribe, sus rastrojos, algunos en activo y gobernando, o escondidos bajo los escritorios del pentágono, instrumentan un pavoroso “ruido de sables” que con la ultraderecha y el conservatismo darán continuidad – según ellos -, a la guerra que han preparado con sus multinacionales, drones, computadores, bases militares, satélites, comando sur, paramilitares, “los doce apóstoles”, los TLC¨s, etc; que contra un pueblo penalizado, asesinado y criminalizado, aspiran a mantener con su doctrina de seguridad nacional aplicada al pié de la letra, y con las recetas de los godos, Santos, Uribe y el Pentágono.

En Colombia no es novedoso el espionaje contra rojos o “rosaditos”, el Estado patrocinador de la guerra y la desigualdad social es un Estado “sapo” y militarista, que hoy inmerso en una profunda descomposición seguirá sembrado terror desde un ejército que supura decadencia en todas sus armas, y que permanece a la cabeza de un reparto sangriento y brutal del país, y contra los explotados, la izquierda, el pueblo insurrecto y l@s trabajador@s.

Entonces, si el espionaje que realiza el Ejército Colombiano, aprendido en las escuelas de terror de la CIA o en la “vieja escuela de las Américas” que va acompañado del asesinato selectivo o en masa de sus contradictores políticos, de la desaparición forzada, los “falsos positivos”, las fosas comunes o exilio; y que hoy se extiende al mismo gobierno, y contra la búsqueda de la paz de las mayorías, no basta la “destitución” de los responsables de “inteligencia”, es indispensable un nuevo ejército patriota, con espíritu Nuestro Americano, que responda a un gobierno popular, de paz y de mayorías.


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