Pablo Gonzalez

Joseph Stalin vs Franklin Delano Roosevelt



Aunque no nos guste el reconocerlo, más veces de las que pensamos juzgamos a personas y acontecimientos más por prejuicios y presiones sociales que por lo que los hechos realmente dicen. 

Así, descartamos aquellos hechos que no son de nuestro agrado, incrementamos la importancia de los que encajan con nuestra visión e intereses y aplicamos un diferente patrón para medir esto o aquello, y de este modo creamos una imagen distorsionada y parcial de los sucesos y hechos reales.

Este artículo no pretende en sí hacer una comparativa entre el dirigente soviético Joseph Stalin y el estadounidense Franklin Delano Roosevelt, posiblemente el mejor presidente de la historia de los Estados Unidos, sino que trata de hacer ver que nada en la vida, ni personas ni sucesos, pueden juzgarse en un simple y falso blanco y negro. 

De este modo, si tan horrible fue, por ejemplo, Stalin, ¿cómo es que durante su mandato se experimentó el mayor desarrollo industrial en la historia de la humanidad? y, así mismo, ¿cómo pudo darse la época de mayor justicia social en la historia de Rusia? 

Son estos, aspectos que deberán tenerse en cuenta y no pasarse de alto a la hora de juzgar a esta persona y su trabajo.

El historiador Isaac Deutscher comentaba lo siguiente:

Tras tres decenios, el rostro de la Unión Soviética se ha transformado completamente. Lo esencial de la acción histórica del estalinismo es esto: se ha encontrado con una Rusia que trabajaba la tierra con arados de madera, y la deja siendo dueña de la pila atómica. 

Ha alzado a Rusia hasta el grado de segunda potencia industrial del mundo, y no se trata solamente de una cuestión de mero progreso material y organización. No se habría podido obtener un resultado similar sin una gran revolución cultural en la que se ha enviado al colegio a un país entero para impartirle una amplia enseñanza. 1

Y esto teniendo en cuenta que tanto Rusia, como la posteriormente formada Unión Soviética, habían salido de una revolución, de una guerra civil, de una agresión internacional de los países occidentales y del mayor ataque militar vivido en la historia hasta el momento, la invasión nazi. 

Este país avanzó en estas condiciones en apenas treinta años lo que a los países occidentales les costó más de un siglo.

No pretendo tampoco aquí hacer una hagiografía del dirigente soviético, yo particularmente nunca he sido comunista y no he sentido una simpatía especial hacia este movimiento, hay que decir también que esto es más por desconocimiento y por propia cultura que por motivos objetivos. 

Sé también que inmediatamente surgirán las acusaciones de las ejecuciones masivas y de las encarcelaciones también masivas decretadas bajo el mandato de Stalin, que ciertamente ocurrieron, ejecuciones y encarcelaciones, pero que no fueron en número como la propaganda de nuestro mundo, del mundo capitalista, contó y cuenta. 

La revelación de archivos que se hizo de esa época muestra unos datos muy indicativos, que fueron además silenciados todo lo posible por los medios de comunicación corporativos occidentales por motivos obvios. 2,3 Los números no eran millones, sino que se aproximaban a lo que, por ejemplo, tiene Estados Unidos hoy en sus cárceles, donde también hay presos políticos. 

En la Unión Soviética los presos por delitos o crímenes políticos rondaban de un 12 a un 33 %, 4 con o sin sangre en sus manos, con o sin otro tipo de violencia, por ejemplo, sabotajes. 

Y esto teniendo en cuenta que no se compara con los datos de Estados Unidos de entonces, por lo que sería bueno ver los números en el país norteamericano durante la Gran Depresión, y que, además, la Unión Soviética, que se estaba implantando entonces, estaba bajo un ataque externo e interno realmente brutal, a diferencia de los Estados Unidos de América.

 Ven cómo es importante juzgar algo en función del contexto donde se da.

Un aspecto que se suele olvidar también muy frecuentemente es que fue la Unión Soviética de Stalin la que derrotó al mayor peligro que se ha cernido durante siglos sobre la humanidad, el fascismo. Y se enfrentaron, el comunismo y el fascismo, no por ser movimientos parecidos que luchaban por el mismo objetivo, sino porque eran precisamente antagónicos.

 De hecho, el poder occidental fue el que fomentó el fascismo, tanto para destruir la organización y demandas de los trabajadores en Europa, como para destruir el ejemplo soviético. 

Dirán ustedes, con razón, que no es exclusivo mérito de Stalin la victoria sobre la Alemania nazi, y tendrán razón, detrás está el trabajo y la vida de muchas gentes de los países soviéticos. Aunque hay que reconocer el genio militar y organizativo del líder georgiano, al crear una enorme industria y situarla lejos del alcance de la ofensiva alemana, y, también, no caer en la trampa de dejarse acorralar en el ataque a gran escala que sufrió, siendo paciente y atacando en el momento oportuno. 5 

Si, como hemos dicho, no todo el mérito debe atribuírsele a una persona, tampoco debe hacerse lo contrario, atribuirle todo el demérito.

La equiparación de fascismo y comunismo como sistemas totalitarios oculta un hecho muy relevante, que es el muy diferente trato dado a la gente que esta bajo esos sistemas. En el primero completamente esclavizada y en el segundo con unas condiciones de justicia social que antes no había, el primero se preocupa por aumentar las ganancias de la clase dirigente y el segundo mejora notoriamente las de las clases populares, a las que además forma y da cultura.

 Para ver aspectos de la vida cotidiana bajo el comunismo, como: trabajo, organización económica, organización social, igualdad de genero, religión, etc, recomiendo este artículo: ¿Tan malo era el comunismo? 

Por este motivo, tal equiparación entre fascismo y comunismo es no sola falsa, sino que suele delatar algo más:

Colocar en el mismo plano moral el comunismo ruso y el nazifascismo, en la medida en que ambos serían totalitarios, en el mejor de los casos es una superficialidad; en el peor es fascismo. Quien insiste en esta equiparación puede considerarse un demócrata, pero en verdad y en el fondo de su corazón es en realidad ya un fascista, y desde luego solo combatirá el fascismo de manera aparente e hipócrita, mientras deja todo su odio para el comunismo. 6

Aunque parezcan duras estas palabras de Mann, haremos bien en recordar que fueron muchos demócratas, como los socialdemócratas, los que cedieron el paso a Hitler, 7 así como lo hizo, allanándoselo, la propia Iglesia Católica, esta no tan demócrata.

El fascismo, como indica el historiador Michael Parenti, ha tenido una función histórica clara:

El fascismo históricamente ha sido usado para asegurar los intereses del gran capital contra las demandas de una democracia popular. Entonces y ahora, el fascismo ha hecho llamamientos a la masa irracional con el fin de asegurar los racionales fines de la dominación de clases. 8

Bien, hasta aquí he reflejado algunos de los aspectos, muchos de ellos mitos, que se achacan a Stalin y también al comunismo en general cuando este llega al poder. 

Vamos a ver ahora algunos aspectos del otro lado, del mundo capitalista, pero no del peor lado o del peor dirigente del mundo capitalista, que hubiese sido fácil hacerlo dado el gran número de casos que hay, ahí tendríamos a Reagan, a Truman, a Theodore Roosevelt, a Bush padre y a Bush hijo, a Clinton o al presidente actual, al mismo Obama, pero no haré esto, sino que iré al representante que posiblemente mejor encarna el aspecto más positivo del capitalismo, les hablo de Franklin Delano Roosevelt, que previamente ya les había mencionado.

Durante el mandato de Roosevelt, y tras su aprobación de la Orden Ejecutiva 9066, se crearon campos de concentración en Estados Unidos para encerrar a miles de personas de origen asiático, de Japón, siendo la mayoría de ellos habitantes estadounidenses de hecho. 

Miles padecieron esta enorme injusticia, perdiendo todo lo que tenían y muriendo en esos olvidados y no mencionados campos de concentración en los Estados Unidos de América. 

Les dejo el siguiente artículo donde se expone cómo fueron forzados a ir a estos lugares y dónde estaban estos: Los olvidados campos de concentración en los Estados Unidos de América.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, y pese a haber sido la Unión Soviética quien más sufrió el ataque nazi, con en torno a veintiséis millones de muertos y los Estados Unidos con apenas 300.000, 9 no fue Stalin el que se mostró más vengativo.

De hecho, en Checoslovoaquia fueron los comunistas, una vez conquistado el poder en febrero de 1948, los que pusieron fin a las persecuciones de las pocas minorías étnicas que habían sobrevivido. 10

Tampoco fue el líder comunista quien quisiese hacer una tabla rasa y castigar sin distinciones, bien al contrario.

Si hacia el final de la guerra F. D. Roosevelt afirma estar más sediento que nunca de sangre alemana a causa de las atrocidades cometidas por ellos, e incluso llega a acariciar por algún tiempo la idea la castración de un pueblo tan perverso, Stalin actúa de manera muy diferente... 10

¿Qué forma de actuar era esta? Él lo dice:

Sería ridículo identificar a la camarilla hitleriana con el pueblo alemán, con el Estado alemán. La experiencia histórica demuestra que los Hitler vienen y van, pero que el pueblo alemán, el Estado alemán, permanece. La fuerza del Ejército rojo reside en el hecho de que no nutre ni puede nutrir ningún odio racial contra otros pueblos, y por tanto tampoco contra el pueblo alemán; está educado en el espíritu de la igualdad de todos los pueblos y todas las razas, en el espíritu del respeto de los derechos de los otros pueblos. 11

¿Quién dijo que Stalin era parecido a Hitler? Seguramente algún ignorante o algún falsificador de tomo y lomo. Aquí no se ve a un hombre despiadado, fanático, lleno de odio, sin capacidad de perdón y de raciocinio, bien al contrario. 

Sabe distinguir entre quienes provocan y causan el mal y quienes por temor lo sufren. Tampoco hace distinción entre razas o pueblos mejores o superiores, habla de la igualdad de pueblos y razas. Ahí da una lección a prácticamente todos los presidentes que han tenido las potencias del mundo occidental, en su inmensa mayoría racistas, opresores, brutales y explotadores.

Podemos hablar también de como el presidente estadounidense y su administración, empujados por las fortunas del país, llevaron a este a una guerra contra Japón, provocándola y utilizando a parte de su armada como cebo en Pearl Harbour (Hawai) para justificar la guerra.

 La incitación al odio racial que se llevó a cabo fue enorme, con incluso la creación de los campos de concentración ya comentados. Sobre la manipulación, exaltación y enajenación de la gente de Estados Unidos con los sucesos de Pearl Harbour para llevar a cabo una guerra pueden leer este artículo: Pearl Harbour: los intereses económicos y la manipulación de las emociones humanas. Recordemos también que, por ejemplo, el senador Burton K. Wheeler acusaría a Roosevelt de ejercer un "poder dictatorial" y de promover una "forma totalitaria de gobierno". 12

Sin embargo, el propio Roosevelt también reconocía los aciertos de sus rivales, señalando los "maravillosos progresos alcanzados por el pueblo ruso". 13

En enero de 1943 se reúnen en Casablanca (Marruecos), F.D. Roosevelt y W. Churchill para organizar la acción militar en Europa. Entre sus decisiones está la brutal misión de bombardear ciudades alemanas de día y de noche, con el fin de causar terror y hundir el ánimo y voluntad de los alemanes. 

Aunque también, y principalmente, con el fin de avisar y atemorizar a los rusos. Esta decisión político-militar fue calificada de brutal y asesina por el senador americano Burton K. Wheeler. Ello trajo la destrucción y muerte de miles de civiles a lo largo de Alemania: en Hamburgo, Dresde, Colonia, Phorzheim… 

En el bombardeo de Dresde, llevado a cabo por británicos y estadounidenses, primero se bombardeó la ciudad con el fin de destrozar los tejados y luego se lanzaron bombas de fósforo para provocar una tormenta de fuego.14 

Un crimen contra la humanidad que quedó en la impunidad. Esto acabará finalmente con la matanza masiva de civiles utilizando armas nucleares, ya bajo la Administración Truman. Bombardeaban y mataban civiles, pero no lo hacían con las fábricas de las poderosas familias estadounidenses en Alemania. Fábricas, hay que decir, que produjeron armas que mataron soldados estadounidenses, además de a otros muchos más.

El presidente Roosevelt incluso dio la orden de no bombardear las propiedades de las corporaciones en Alemania y en la Europa ocupada. Así, mientras la ciudad alemana de Colonia era reducida a cenizas [salvo su catedral], su factoría de la Ford -que suministraba armas y vehículos utilizados para matar a los soldados americanos- permaneció intacta. 15

También se crea durante la misma época de F. D. Roosevelt, como en tantas otras épocas, un clima de terror y miedo:

Se difunde en el país una atmósfera de temor y sospecha, rápidamente utilizada por las autoridades para "incrementar el poder del FBI". 16

Esta atmósfera de temor y de incluso persecución ya se conocía bien en los Estados Unidos, ver los siguientes artículos sobre la manipulación y control social, junto a la censura, en el periodo de la Primera Guerra Mundial:



Siguiendo esta línea de persecuciones, de posibles paranoias y de ver complots por todos los lados, algo a lo que se ha acusado con insistencia al gobierno de Stalin, pero no a los estadounidenses, aunque hubiese tantas o más razones para hacerlo, tenemos otra vez al mismo F. D. Roosevelt.

¿Qué tendríamos que decir entonces de F. D. Roosevelt y sus colaboradores? Pudiendo contar con una situación política y geopolítica claramente más favorable, ya en los meses que preceden a la intervención estadounidense en el segundo conflicto mundial lanzan la voz de alarma por la posibilidad de un desembarco alemán en América, calificando el anti-intervencionismo como sinónimo de traición nacional y alertando contra los ´sabotajes´ industriales provocados por el enemigo y una quinta columna constituida incluso por medio millón de personas. 

Es por esto que Hitler acusa al presidente estadounidense de tener una ´fantasía desbordante´y enferma, la fantasía de un hombre de ´veras mentalmente enfermo´. Como puede verse, la acusación de paranoia o de locura no es nueva, puede lanzarse contra los personajes más inesperados y puede dirigirse a los objetivos más diversos. 17

Y qué no decir del apoyo a dictaduras brutales en otros países con el fin de someter los recursos de estos a los intereses de las corporaciones estadounidenses. Como se hizo con el apoyo dado a uno de los más sanguinarios dirigentes, Somoza, que llegó al poder en Nicaragua en 1937 y que fue apoyado durante toda la administración de Roosevelt. Similar situación tendríamos en otros países como El Salvador o Guatemala. En El Salvador aquellos que pedían libertad y democracia y que miraban como un referente a los líderes de países como Estados Unidos o Gran Bretaña, Roosevelt o Churchill, aprendieron la lección de la realidad demasiado tarde.

La gente aquí bebió su sedición directamente de los eslóganes de las Naciones Unidas. Fue posible para el Diario Latino llevar a cabo una campaña anti Martínez durante un año simplemente haciendo figurar frases de Roosevelt y Churchill sobre las Cuatro Libertades. Quizás ingenuamente, creían en ellas. Estaban convencidos que por sus enunciados los Estados Unidos no mirarían de forma poco amable a sus esfuerzos para desplegar la Carta Atlántica en este trozo de la costa del Pacífico. Sus líderes confundieron los términos, y la primera cosa que supieron, las puertas de la embajada se cerraron en sus narices cuando buscaron asilo por la persecución de sus verdugos. 18

En relación a la discriminación racial el papel de F.D. Roosevelt dejó mucho que desear. 

En el mismo ejército de los Estados Unidos, incluida la Segunda Guerra Mundial, hubo una segregación de las personas de "raza" negra. A su vez se mantenían prácticas brutales e inhumanas en los estados del sur.

...pese a la presión de sectores del partido republicano, ´el presidente no impulsó nunca un proyecto de ley contra los linchamientos´, que continuaron realizándose en el sur como espectáculo para mujeres, niños y hombres, que disfrutaban de la visión de las humillaciones y de las torturas más sádicas y del suplicio infligido a la víctima, un suplicio lento, prolongado el mayor tiempo posible, interminable. 19

Podríamos seguir narrando más y más trágicas tropelías que fueron llevadas a cabo bajo el mandato del seguramente mejor presidente de la historia de los Estados Unidos de América, pero creo que ya son suficientes para hacerse una idea. 

Así mismo, podríamos ver que hacían otros líderes contemporáneos, como el propio Winston Churchill, y veríamos un legado todavía más terrible, con las enormes matanzas en Asia, África o Oceanía, además de en Europa, 20 y con la creación de monstruosos campos de concentración 21 y con el desprecio absoluto hacia la vida de otros pueblos:

Durante los años veinte del siglo pasado los británicos sometieron a un continuo ataque y bombardeo a aquellos lugares que les ofrecían alguna oposición. 

Es en este periodo cuando proceden a utilizar armas químicas contra la población, que ya habían usado antes en la guerra contra Rusia en 1919, causando la muerte y el terror en las aldeas y pueblos.

Es Churchill quien declara:

No entiendo esa aprensión sobre el uso de gas. Yo estoy completamente a favor de usar gas venenoso contra las tribus incivilizadas.

Esto lo decía porque el Consejo de Ministros era reacio a aprobar esos métodos que tanto horror habían causado en la Primera Guerra Mundial. Y así continuaron, utilizando todo tipo de armas, destruyendo localidades y a la población que vivía en ellas:

El teniente coronel de aviación Sir Arthur Harris (más tarde Harris el bombardero, jefe del comando de bombardeo en tiempo de guerra) se sentía feliz al decir que: “Los árabes y los kurdos ahora saben lo que significa un bombardeo real en bajas y daños. En 45 minutos una aldea completa puede ser completamente aniquilada y un tercio de sus habitantes muertos o heridos”.

Era algo fácil bombardear y ametrallar a la gente local, porque ellos no tenían medios de defensa o respuesta. Irak y el Kurdistán fueron además laboratorios útiles para armas nuevas; aparatos especialmente desarrollados por el Ministerio del Aire para el uso contra las poblaciones de los pueblos. El Ministerio redactó una lista de posibles armas, algunas de ellas precursoras del NAPALM y de los misiles aire-tierra.

Bombas de fósforo, misiles, “patas de gallo” metálicas [para mutilar al ganado], metralla para matar personas, fuego líquido, bombas de acción retardada. Muchas de estas armas fueron primero usadas en el Kurdistán. 22

No continuaremos en esta línea porque creo que ya ha quedado entendida. Volveré a lo que comentaba al principio, viendo todos los hechos, valorándolos en la misma medida y analizando el contexto, ¿podemos decir que uno u otro líder era mejor que los demás? ¿Podemos decir que hubiera hecho F. D. Roosevelt si hubiese ocupado el puesto de Stalin en Rusia, con una situación mucho más crítica, mucho más complicada y mucho más peligrosa?, pues Estados Unidos no estaba bajo una amenaza real y mortal, como tampoco lo estaba Gran Bretaña en el grado como lo sufría la Unión Soviética. 

Las diferencias en pérdidas en vidas en los distintos países durante la Segunda Guerra Mundial son elocuentes.
Y como dijera el embajador estadounidense en la URSS, Joseph E. Davies, en relación a los procesos de Moscú, las llamadas purgas en el aparato de poder:

...imagínese usted que varios ministros, embajadores, generales y subsecretarios, reconocen colectiva y públicamente que han traicionado a sus país y que se han puesto al servicio de una potencia extranjera [la Alemania nazi] para preparar una invasión... 23

Joseph Davíes, que ´continuó afirmando que había sido en verdad un complot, que los procesos se habían celebrado justamente, y en consecuencia el poder soviético salía reforzado´. También de De Gasperri[de la Democracia Cristiana] señaló en 1944 que la autenticidad de las acusaciones dirigidas contra la oposición estalinista estaba confirmada por objetivas informaciones americanas. 24Son voces externas las que hablan, algunas directas rivales, que no tenían porque darle nada al poder soviético. 

¿Qué hubiese pasado en un caso así en Estados Unidos o Gran Bretaña? ¿Creen sinceramente que hubiese sido diferente?

No veamos a la historia y a sus actores, nosotros los seres humanos, bajo el calor y la presión de cada momento. No dejemos que quienes controlan la economía y el poder político impongan su visión histórica en función de sus intereses. Pues eso ha sido lo que ha ocurrido, hemos aprendido "historia" acorde a esos intereses y no acorde a los hechos históricos. 

Los enemigos del poder actual, por ejemplo, el comunismo y sus dirigentes, son difamados y vilipendiados, y aquellos que han contribuido a que este poder haya llegado donde está ahora, son ensalzados, aunque sus delitos y sus crímenes sean mayores incluso que aquellos que son presentados como demonios.

Recuerden que la visión en blanco y negro de la historia y de las personas es una visión infantil e irreal, y aquí no vale la excusa de la inocencia de un niño, ya que un adulto no la tiene.


Notas:

1. Domenico Losurdo. Stalin. Historia y crítica de una leyenda negra. El Viejo Topo, 2008. p.14.
2. Mario Sousa. Lies concerning the history of the Soviet Union. NorthStar, 1.6.1998.
3. Entrevista al historiador Viktor Zemskov. Todos los muertos de Stalin. La Vanguardia, 3.6.2001.
4. Michael Parenti. Blackshirts&;Reds. City Lights Books. 1997, p. 80 (citando el trabajo de J. Arch Getty, Gabor Rittersporn y Victor Zemskov).
5. Domenico Losurdo, pp. 31-43.
6. Cita de Mann TH (1986a) en Domenico Losurdo, p. 17.
7. Michael Parenti. p. 5.
8. Ibid, preface.
9. Guy Spitaels, Jean-Marie Chauvier, Valdimir Caller. Pourquoi minimiser la victoire rouge? La Libre Belgique, 9.05.2005.

10. Domenico Losurdo, p. 48 (cita de Deak I.)
11. Ibid. pp. 48-49. Cita de Stalin
12. Ibid. pp. 51-52.
13. Ibid. p. 217.
14. Mikel Itulain. Estados Unidos y el respeto a otras culturas y países. Libertarias. 2012. pp. 93-94.
15. Michael Parenti. Más patriotas que nadie. HIRU. 2004. p 118.

16. Domenico Losurdo. pp. 273-274.
17. Ibid. pp. 278-279.
18. Mikel Itulain. p.299. Cita de William Krehm.
19. D. Losurdo. p. 293.
20. Ibid, p. 225, 228, 235, 283, 287-290, 327-330.
21. Ibid. p. 174-177.
22. Mikel Itulain. pp. 114-115.
23. Joseph E. Davies. Mission a Moscou. Éditiones de l´Arbre. Montreal. pp. 235-250.
24. D. Losurdo. p. 314.

http://miguel-esposiblelapaz.blogspot.com/2014/02/la-doble-vara-de-medir-en-la-historia.html

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