La corrupción en los 27 estados de la Unión Europea sigue siendo un grave problema y más de120.000 millones de euros se desvían anualmente en las prácticas corruptas de los nexos político-empresariales.
De acuerdo al informe entregado hoy (y con seis meses de retraso) por la comisario europea Cecilia Malmström, el 75 por ciento de la población cree que el problema es generalizado.
La crisis financiera ha impulsado las malas prácticas y esto lo sufren los gobiernos con el descenso de la recaudación tributaria.
La corrupción afecta a todos los países de la UE y socava la confianza de los ciudadanos en las instituciones democráticas, perjudica a la economía y priva a los Estados de ingresos públicos que son muy necesarios.
La adjudicación de las propuestas públicas y el financiamiento de los partidos políticos son dos frentes que propagan los negocios turbios, señaló hoy Cecilia Malmstrom en Bruselas.
Pero también la corrupción se ha asentado en otros sectores, como la salud, donde muchos pacientes se ven obligados a pagar por debajo de la mesa para obtener los tratamientos necesarios.
El estudio de la Comisión Europea encontró que el 56 por ciento de los europeos cree que la corrupción ha aumentado en los países en los últimos tres años.
Y más de cuatro de cada cinco europeos consideran que los vínculos “demasiado estrechos entre las empresas y la política” son una fuente importante de las prácticas corruptas. Según el informe, España es uno de los países donde el problema se encuentra más extendido afectando la vida diaria de los ciudadanos.
Dice el informe:
Aunque en España ya existe en gran medida un marco jurídico de lucha contra la corrupción, y la legislación se ha aplicado con buenos resultados en materia de investigación de las prácticas corruptas, el informe de hoy muestra una serie de insuficiencias.
Un reto especial lo constituye la corrupción política y los deficientes controles y equilibrios, especialmente en lo relativo al gasto público y a los mecanismos de control a escala autonómica y local.
En su informe de hoy, la Comisión Europea sugiere desarrollar estrategias de lucha contra la corrupción adaptadas a las necesidades de las administraciones autonómica y local, proseguir con las reformas en curso y la aplicación de las nuevas normas en lo tocante a la financiación de los partidos políticos, e instaurar códigos generales de conducta para los cargos electos, con instrumentos adecuados de responsabilización.
La Comisión también propone seguir insistiendo en la lucha contra las irregularidades que se producen en los procedimientos de contratación pública a escala autonómica y local.
Aumentar la transparencia
El informe pide a los Estados miembros aumentar la rendición de cuentas y la transparencia, en particular en materia de contratación pública, que representa alrededor del 20 por ciento de la economía de la Unión Europea.
La propiedad de los licitadores en los contratos públicos rara vez se comprueba, según el informe, y varios países permiten que los contratos públicos se concedan a empresas con accionistas anónimos.
La comisión de anti-corrupción que encabeza Cecilia Malmström, pretende fomentar el intercambio de información entre los gobiernos nacionales y las organizaciones de la sociedad civil, con la esperanza de que una mayor apertura ayudará a limpiar a Europa.
La estimación que hizo la comisión sobre el costo de la corrupción llega a 120 mil millones de euros, cifra que se considera demasiado conservadora dado que equivale al 1 por ciento del producto interno bruto de la Unión Europea de 28 países.
La organización independiente Transparencia Internacional, señaló que este informe es un paso importante contra la corrupción, pero lamentó que la Comisión no emitiera recomendaciones detalladas en la denuncia de las irregularidades.
Transparencia Internacional ubica a Dinamarca y Nueva Zelanda como los gobiernos menos corruptos del mundo.
Finlandia, Suecia y los Países Bajos también se ubican entre los 10 primeros. Pero Grecia está empatado con China en el lugar número 80, e Italia, Bulgaria, Rumania y España sacan mala nota.
Una encuesta realizada por la Comisión Europea mostró que el 75 por ciento de las empresas señaló que la corrupción era generalizada en sus países.
Y el sector más comprometido es la industria de la construcción: cuatro de cada cinco compañías recurren a las malas prácticas en Grecia, España e Italia.
La relación entre la corrupción y la crisis ya no puede seguir siendo ser ignorada.