Pablo Gonzalez

Incertidumbre ante el inminente choque de un agujero negro y una enorme nube de gas


Una monstruosa nube de gas caliente colisionará con un agujero negro supermasivo en el núcleo de la Vía Láctea dentro de unos meses, según los astrónomos de la Universidad de Michigan, EE. UU. Sin embargo, no pueden predecir qué pasará después.

La nube de gas, con una masa unas tres veces mayor que la de la Tierra, la descubrieron en el año 2011 astrónomos alemanes y la bautizaron como G2. Las observaciones posteriores, tanto del Observatorio Europeo del Sur (ESO) como del Observatorio Espacial Herschel, confirmaron que la nube se está moviendo en espirales hacia Sagittarius A, un agujero negro supermasivo ubicado en el centro de nuestra galaxia. El ESO creó un vídeo de simulación que muestra cómo el gas sería devorado por Sagittarius A y la Nasa lo publicó.

Los científicos europeos calcularon que el proceso de colisión entre la monstruosa nube caliente y el agujero negro debía empezar a finales de 2013, pero esto no sucedió. 

Ahora los astrónomos estadounidenses dan una nueva fecha aproximada: marzo o abril de 2014. Sin embargo, no saben qué se puede esperar exactamente de este choque. La causa es muy simple: no conocen la composición de la nube.

Si G2 resulta ser todo gas, la región alrededor del agujero negro brillará en la banda de rayos X durante años mientras éste devore lentamente la nube. 

Además, mientras el gas se mueve hacia Sagittarius A, empezará a calentarse aún más, emitiendo rayos X. 

Pero existe también la posibilidad de que en el centro de la nube esté una estrella antigua y en este caso las vistas serán mucho menos espectaculares.

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