Pablo Gonzalez

Secretos en torno al asesinato de Hasan al-Laqqis (Hezbollah)


Tras la intensificación de los enfrentamientos del gobierno sirio y el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbollah) contra los grupos terroristas, el asesinato de Hasan al-Laqqis, un alto comandante de Hezbollah, revela muchas verdades. 

Al mismo tiempo, los últimos disturbios ocasionados por el denominado Grupo 14 de Marzo en la ciudad de Trípoli, en el norte del Líbano, exponen claramente la relación entre estos sucesos.

El servicio de inteligencia del régimen israelí (Mossad) asumió oficialmente la responsabilidad del asesinato de Hasan al-Laqqis. 

Previamente Tel Aviv había rechazado su responsabilidad sobre el asesinato de Imad Mugniyah, otro comandante de Hezbollah. 

Cuando un estado primero oculta su accionar y luego lo revela oficialmente, se desencadenan importantes consecuencias políticas y de seguridad en el nivel mundial.

 Este enfoque no es lógico a menos que haya detrás de ello un interés mayor. 

Y evidentemente existe ese interés para Tel Aviv.

El pasado jueves, el periódico israelí Haaretz publicó que el asesinato de al-Laqqis fue diseñado en base de un plan exacto y profesional, lo que requirió de muchos esfuerzos. 

De hecho, este inhumano accionar muestra que el régimen terrorista de Israel busca mostrar oficialmente que existe una convergencia entre ese régimen y los grupos terroristas quienes se autoproclaman “religiosos”.

 A través de este accionar, el régimen sionista ha revelado su colaboración con algunos países regionales para debilitar el Frente de Resistencia.

 Por supuesto, eso no fue la primera intervención del régimen sionista en este campo. 

La cadena de televisión de Knesset (Parlamento del régimen israelí), reveló que dos altos funcionarios del gobierno y del parlamento sionista se reunieron con los comandantes de los grupos terroristas en Turquía, quienes luchan contra el gobierno sirio en ese país árabe. 

En esa reunión, los funcionarios sionistas aseguraron que apoyarán y ayudarán a los grupos terroristas que operan en Siria. 

Evidentemente, el asesinato del comandante de Hezbollah buscaba concretar estos objetivos israelíes.

Aunque el régimen sionista asesinó a Hasan al-Laqqis cerca de su casa en la zona de Hadath, según Haaretz, al-Laqqis fue perseguido y monitoreado por las agencias de inteligencia occidentales y árabes desde la década de los 80. 

Por lo tanto, se hace evidente que existe un complejo proceso de inteligencia detrás de este asesinato. 

Distintas noticias en varios medios de comunicación indicaron el papel de algunos gobiernos árabes en estos asesinatos. 

Recientemente, en el periódico israelí The Times of Israel se sostuvo que “Israel y los gobiernos conservadores árabes ribereños del Golfo Pérsico comparten el interés de controlar a Hezbollah y a otras fuerzas de la resistencia. 

Este asunto puede ser un comienzo para diferentes cooperaciones en distintos campos entre el régimen sionista y esos países árabes.”

Además de los israelíes, durante las últimas semanas el gobierno saudí reveló e indicó en varias ocasiones que existen estos intereses comunes. 

La semana pasada, una fuente de seguridad cercana a Bandar Bin Sultan, jefe del Servicio de Inteligencia de Arabia Saudí, sostuvo: “el enemigo de nuestro enemigo es nuestro amigo e Israel no es excepción en este campo.”

 Así se revela el colaboracionismo entre Arabia Saudí y el régimen sionista. 

Al mismo tiempo, el periódico saudí Al-Hayat, editado en Londres, capital británica, publicaba en un artículo que “hoy, la interferencia de Irán en los países árabes de la región es nuestro problema.

 Las agresiones del régimen de Tel Aviv son el pasado, no el presente.

 Entonces, es posible utilizar todas las capacidades para controlar a Irán.”

Aunque el martirio de Hasan al-Laqqis es un golpe para Hezbollah, y es difícil formar cuadros como al-Laqqis para su reemplazo, este asunto se considerada una oportunidad para Hezbollah.

 Israel puede demostrar su influencia y poder de inteligencia en el mundo a través del asesinato de al-Mabhouh, de al-Laqqis y de Mugniyah, pero no puede ignorar las graves consecuencias que estas actuaciones inhumanas conllevan.

 Como respuesta, cada reacción de Hezbollah se transforma en aceptable, se hace más legítima. 

El pueblo libanés y también los pueblos de la región no quieren que Israel tenga el poder de hacer lo que quiere y que Hezbollah no tenga el suficiente poder para frenar al régimen sionista.

Las distintas acciones de Hezbollah pueden profundizar la amenaza contra el sistema de seguridad del régimen israelí. 

El exitoso vuelo del avión no tripulado de Hezbollah sobre el espacio aéreo de la Palestina ocupada fue una amenaza y violación directa para la seguridad de Israel.

 Asimismo, recientemente Hezbollah ha podido producir bajas en las fuerzas del ejército sionista y capturar algunos de ellos mediante una sorprendente operación. 

Asimismo, se ha demostrado el papel de Hezbollah después de la importante batalla de 16 días en al Qusair (Siria) donde se triunfó ante los grupos terroristas.

 Hasan al-Laqqis tuvo un importante papel en modernizar los equipos técnicos de Hezbollah, pero es evidente que su martirio no puede detener las acciones de este movimiento, como tampoco pudo hacerlo el martirio de Mugniyah.

Según el diario Haaretz, al-Laqqis fue asesinado luego de haber estado 30 años dedicado a debilitar el régimen israelí y dañar su sistema de seguridad. 

En base a la lógica islámica, este martirio ocasionó que las nuevas fuerzas de Hezbollah entraran en juego con las potencias más fuertes para golpear a sus enemigos y desempeñar el papel principal contra los sionistas. 

Durante estos 30 años, con los esfuerzos de al-Laqqis, las fuerzas de Hezbollah pudieron evitar importantes daños de parte de los servicios militares y de inteligencia occidentales y sionistas. 

A su vez, esos 30 años indican los grandes esfuerzos de parte del régimen sionista para encontrar y eliminar a al-Laqqis. 

Su asesinato es considerado un gran éxito para los servicios de inteligencia. 

Pero, también es sabido que si Hezbollah decide asesinar a uno de los altos funcionarios de inteligencia del régimen sionista, sin duda no necesitaría más de un año para concretarlo.

El régimen sionista conformó una coalición con los árabes y occidente, y obtuvo la información de varias agencias. 

Esto demuestra que la región de Oriente Medio se encuentra en estado crítico.

 Un comportamiento amoral como el asesinato del comandante de Hezbollah no prueba el poder de un país o la debilidad del otro. 

Muchos de los países de la región dan gran importancia a estos asuntos morales y este asesinato puede generar en Oriente Medio una coalición moral contra Israel y otros regímenes como Arabia Saudí.

Hezbollah busca formar la coalición mencionada. Hasan Nasrallah, secretario general de dicha organización, anunció en su discurso de la noche de Ashura que la ceremonia especial de este día y también las manifestaciones habituales serán celebradas de todas formas, incluso si los sionistas buscan atacarlas. 

Claramente esto muestra que el martirio no puede poner fin al desarrollo de Hezbollah y sus partidarios.

 El régimen de Tel Aviv no fue capaz de atacar a las manifestaciones de Ashura, tampoco de ocultar su resentimiento ante la autoridad de Hezbollah.

Debemos mencionar las razones del régimen sionista para cometer dichos actos de terror. 

El régimen sionista aceptó la responsabilidad del asesinato de manera relativamente abierta, en un ambiente lleno de ira de parte de las sectas violentas y algunos regímenes árabes.

Arabia Saudí y dichas sectas han demostrado su enojo dado que los extremistas armados están fallando en Siria.

 Con el asesinato de al-Laqqis, Israel buscó apoyar a los grupos takfirís y al régimen Saudí, a la vez que anunciar una vez más que dichos grupos y el gobierno árabe son sus aliados.

El asesinato de al-Laqqis clarifica las intenciones de Hezbollah en las operaciones de Al Qusair.

 La organización de la resistencia libanesa fue acusada de haber abandonado la guerra contra Israel y pasar a enfrentarse con musulmanes en Siria.

Pero el asesinato de al-Laqqis probó, una vez más, que este grupo todavía está luchando contra el régimen sionista. 

Dicho asesinato expone también la alianza conformada por el frente de los terroristas wahabíes con el terrorismo sionista.

Hezbollah ha tomado una posición correcta frente a la reciente ola de actos terroristas, y como otros países, ha demostrado su preocupación ante el extremismo religioso y el terrorismo.

 Pero también, que es capaz de resolver los problemas políticos y de seguridad de las naciones de la región como una fuerza multinacional. 

El martirio de al-Laqqis es una de las razones que prueban las capacidades de Hezbollah para jugar un papel crítico en la región y en el mundo islámico.

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