MÉXICO, D.F., (apro).- Primero fue Human Rights Watch (HRW), luego la Oficina de Washington en América Latina (Wola) y ahora Amnistía Internacional (AI) la que no ve ningún avance concreto en la contención de trasgresiones a las garantías individuales durante el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, más allá de las reformas al marco legal.
Palabras más, palabras menos, AI coincidió con HRW y Wola en que si bien se palpan progresos en el terreno legal, eso no ha logrado tener ninguna incidencia en la realidad.
“Los avances positivos como la publicación de la Ley General de Víctimas, la creación de una Unidad Especializada en Búsqueda de Personas Desaparecidas en la Procuraduría General de la República y el anuncio de un Programa Nacional de Derechos Humanos, no han tenido impacto real en la situación en el país”, puntualiza.
En 2013, agrega, abusos graves como desapariciones forzadas, feminicidios, abusos contra personas migrantes y ataques contra personas defensores de derechos humanos y periodistas han continuado, amparados por la impunidad.
Sobre los casos de brutalidad policiaca contra manifestantes y las detenciones arbitrarias, Amnistía Internacional aseguró que han ido en aumento y no se han dado pasos concretos para modificar la estrategia de seguridad de la administración de Felipe Calderón.
“Poner fin a los graves abusos a los derechos humanos y a la escandalosa impunidad para quienes los cometen requiere un liderazgo fuerte, voluntad política, acciones coordinadas, recursos adecuados y un diálogo efectivo con la sociedad civil.
Estos elementos han estado evidentemente ausentes de la agenda política”, subrayó Perseo Quiroz, director ejecutivo de AI en México.
El organismo internacional destacó que a pesar de los compromisos que se hicieron desde el inicio del actual gobierno en materia de derechos humanos, Peña Nieto “ha fallado en demostrar que los derechos humanos son su prioridad y, por el contrario, parecería que más bien constituyen una cuestión accesoria limitada a compromisos que no se traducen en acciones efectivas”.
Remató:
“La actual administración ha dejado pasar numerosas oportunidades para demostrar su compromiso (a favor de los derechos humanos). La sociedad mexicana, y en especial las víctimas, no esperarán por siempre. Si la actual administración aspira a restablecer la confianza (…) debe tomar medidas inmediatamente”.
El pasado martes 26, el director para las Americas de HRW, José Miguel Vivanco, envió una carta a Peña Nieto en la que le dice que su gobierno no ha mostrado avances significativos “en la investigación de abusos del pasado” y, peor aún, que los abusos contra la población civil no han cesado.
“A casi un año de gobierno, el cambio en su estrategia de derechos humanos continúa siendo, en gran medida, exclusivamente retórico”, subrayó.
Un día después WOLA se pronunció en el mismo sentido. Dijo que hay muy pocos avances y se sigue cometiendo una enorme cantidad de violaciones a esas garantías, en medio de total impunidad.
En un documento firmado por Maureen Meyer y Clay Boggs, WOLA recordó que al asumir el cargo de presidente, Peña Nieto prometió reducir la violencia y combatir los delitos que más afectan a la población, pero hasta ahora, apuntó, los resultados han sido decepcionantes.
Destacó que tras una ligera caída en septiembre de este año, los homicidios relacionados con la delincuencia organizada repuntaron en octubre.
“La violencia sigue siendo desenfrenada en muchas partes del país, y el secuestro y la extorsión se encuentran en niveles récord, lo cual ha provocado el surgimiento cada vez mayor de grupos de autodefensa”, destacaron Meyer y Bogas en el escrito.
El organismo internacional destacó que a pesar de los compromisos que se hicieron desde el inicio del actual gobierno en materia de derechos humanos, Peña Nieto “ha fallado en demostrar que los derechos humanos son su prioridad y, por el contrario, parecería que más bien constituyen una cuestión accesoria limitada a compromisos que no se traducen en acciones efectivas”.
Remató:
“La actual administración ha dejado pasar numerosas oportunidades para demostrar su compromiso (a favor de los derechos humanos). La sociedad mexicana, y en especial las víctimas, no esperarán por siempre. Si la actual administración aspira a restablecer la confianza (…) debe tomar medidas inmediatamente”.
El pasado martes 26, el director para las Americas de HRW, José Miguel Vivanco, envió una carta a Peña Nieto en la que le dice que su gobierno no ha mostrado avances significativos “en la investigación de abusos del pasado” y, peor aún, que los abusos contra la población civil no han cesado.
“A casi un año de gobierno, el cambio en su estrategia de derechos humanos continúa siendo, en gran medida, exclusivamente retórico”, subrayó.
Un día después WOLA se pronunció en el mismo sentido. Dijo que hay muy pocos avances y se sigue cometiendo una enorme cantidad de violaciones a esas garantías, en medio de total impunidad.
En un documento firmado por Maureen Meyer y Clay Boggs, WOLA recordó que al asumir el cargo de presidente, Peña Nieto prometió reducir la violencia y combatir los delitos que más afectan a la población, pero hasta ahora, apuntó, los resultados han sido decepcionantes.
Destacó que tras una ligera caída en septiembre de este año, los homicidios relacionados con la delincuencia organizada repuntaron en octubre.
“La violencia sigue siendo desenfrenada en muchas partes del país, y el secuestro y la extorsión se encuentran en niveles récord, lo cual ha provocado el surgimiento cada vez mayor de grupos de autodefensa”, destacaron Meyer y Bogas en el escrito.