PATRICIO MONTESINOS – El presidente boliviano, Evo Morales, se ha convertido en una nueva espina clavada en la garganta del jefe del régimen norteamericano, Barack Obama, que no deja de pincharle al actual inquilino de la Casa Blanca por su política agresiva e intervencionista en América Latina y el mundo.
Morales no pierde una sola oportunidad para acusar a Obama por su permanente conducta amenazante, subversiva, y por fomentar las embestidas y agresiones militares contra los pueblos de este planeta, especialmente aquellos que son antimperialistas, por cierto, cada día más numerosos.
Entre las más recientes expresiones del Mandatario boliviano referidas a su similar norteamericano, figura la hecha el jueves pasado en Venezuela, donde lamentó que el Comité del Premio Nobel de la Paz le otorgara esa controvertida y manipulada distinción a quien solo es merecedor del Premio Nobel de la Guerra.
El líder de la Pachamama (Madre Tierra) subrayó que desde que el jefe de Washington asumió el poder, han proliferado las intervenciones de rapiña y los conflictos castrenses, ejemplificando los escenificados en Afganistán, Iraq, Libia, y ahora el de Siria.
En diferentes declaraciones a la prensa, tanto en el actual 68 Periodo de Sesiones de la Asamblea General de la ONU que se desarrolla en Nueva York, como en otras anteriores en La Paz, Morales ha reiterado que el primer dignatario de la administración norteamericana se ha creído que es el dueño del mundo, y evidentemente está equivocado.
Igualmente, ha propuesto que Obama sea juzgado internacionalmente por delitos de lesa humanidad; y lo ha denominado un “pirata” de aviones presidenciales, al impedirle a Jefes de Estado que sobrevuelen con sus aviones ejecutivos, espacios aéreos de diferentes naciones.
El Mandatario identificó además, al ocupante de la Casa Blanca como el único responsable de la agresión de que él fue blanco, cuando en julio pasado se le prohibió sobrevolar por España, Italia, Francia y Portugal, y se puso irresponsablemente en riesgo su vida.
De otro lado, los Movimientos Sociales en Bolivia y otras organizaciones, han demandado una y otra vez que la embajada de Estados Unidos en La Paz debe ser cerrada definitivamente, debido a sus cotidianas actividades sediciosas adversas a esta nación andina.
Las repetidas acusaciones de Morales contra Obama y la petición de la sociedad boliviana, mantienen a los representantes norteamericanos en la Pachamama con “los bultos preparados” desde hace algún tiempo, porque no descartan que en cualquier momento todos sean expulsados.
De hecho, ya algunos han partido de La Paz por temor a que sean reveladas sus conocidas acciones de subversión contra el ejecutivo y el pueblo bolivianos.
Por su parte, el Premio Nobel de la Guerra estadounidense se mantiene enmudecido, quizás por la nueva espina que tiene clavada en su garganta en la que se ha convertido Morales, líder indiscutible indígena de la Patria Grande.