Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Asilados políticos: ¿Luchadores por la verdad o traidores?


El excolaborador de la NSA (Agencia estadounidense de Seguridad Nacional) Edward Snowden, quien había solicitado refugio en Rusia, obligó a volver a evaluar la importancia de la emigración política en el desarrollo de la democracia y la observancia de los derechos humanos.

En el mundo multipolar moderno la posibilidad de obtener asilo se convierte en un salvavidas para millones de personas, pero no sólo para luchadores ideológicos con algún régimen.

¿Pues qué se requiere hoy en día para ser refugiado? Escuchemos la opinión al respecto del politólogo Nikita Zagládin.

–Existe una serie de principios. 
 
Debe tomarse la decisión de que la persona efectivamente es perseguida por motivos políticos y no de delincuencia común.
 
 Las personas no se extraditan a los países donde les puede esperar un castigo más severo por haber cometido una falta que en el país donde se encuentran. 
 
Por ejemplo, Snowden puede ser sentenciado en Estados Unidos a pena de muerte, mientras que nosotros tenemos establecida moratoria de la pena capital. 
 
También existen normas legislativas internacionales que otorgan a los países el derecho de conceder asilo político.

En lo que se refiere al procedimiento de otorgar dicho status, éste tiene en diferentes naciones sus particularidades. 
 
En Rusia se requiere en primer lugar que el aspirante redacte de su puño y letra y envíe a las autoridades la solicitud de refugio en la que exponga los motivos de esa decisión. 
 
En Estados Unidos y Europa se necesita todo un paquete de documentos, incluyendo las pruebas de que en la patria del autor de la petición existan represiones con respecto de su religión, origen étnico u orientación sexual. 
 
Asimismo, el solicitante de asilo debe probar su pertenencia a uno de esos grupos, incluso puede ser sometido a pruebas poligráficas.

Por otra parte, existe una forma segura de quedar en Europa en calidad de inmigrado político: cuando dicho status es otorgado por Naciones Unidas. 
 
Sin embargo, también ahí los requerimientos se han vuelto más rigurosos. Otro camino probado es llegar a la Unión Europea como inversionista. 
 
Todos necesitan el ingreso de capitales y por eso los representantes hasta de gobiernos más democráticos que abogan por la legalidad, a veces cierran los ojos ante los pecados pasados de los nuevos ciudadanos. 
 
Según los numerosos testimonios, en la Europa “sobrecalentada” de inmigrantes, las denuncias de violaciones de derechos humanos como pretexto para inmigración cada quedan sin ser atendidas vez con más frecuencia. 
 
Si no se trata desde luego de personas famosas, en su caso se aplican reglas exclusivas. 
 
En ese sentido las autoridades norteamericanas son más confiadas: para obtener el permiso de residencia en Estados Unidos, se les puede convencer “de palabra” del infierno que la persona había vivido en su patria. 
 
Pero, el asunto vale la pena con tal de obtener el status, señala el defensor de derechos humanos Mijaíl Sálkin.

–En Estados Unidos el derecho de otorgar refugio político garantiza que la persona que lo solicita nunca será entregada ni a la Interpol por delitos que provocaron dicha solicitud de asilo. 
 
Pese a que a la hora de otorgar el refugio político formalmente no se toma en consideración el criterio del Departamento de Estado, las relaciones entre los países cuentan. 
 
Si la situación entre ellos es conflictiva, es probable que el asilo sea concedido, en caso contrario, lo más probable es que la solicitud sea rechazada bajo un decoroso pretexto.

Tampoco existe un criterio único acerca de la evaluación moral que se deba dar a los emigrados políticos. 
 
Por ejemplo, los agentes de los servicios de inteligencia que han revelado los secretos de su país bajo el pretexto de luchar por los ideales humanitarios y “la paz en todo el mundo” difícilmente pueden ser considerados auténticos luchadores por la verdad. 
 
En el caso de Edward Snowden el asunto es diferente. Lo que él ha contado al mundo informa sobre actividades de los servicios secretos bastantes dudosas desde el punto de vista de la ley de un país que se ha puesto el objetivo de mantener bajo vigilancia a todos los demás. 
 
Y eso ya no es cuestión de “traición” aún no probada de Snowden, sino un problema de seguridad global y de derecho de otros estados de tener sus propios secretos.

vg/kg/er
Iliá Jarlámov
Leer más: http://spanish.ruvr.ru/2013_07_17/Asilados-politicos-Luchadores-por-la-verdad-o-traidores-1197/

Related Posts

Subscribe Our Newsletter